Dos segundos faltan por llegar ahora que el reloj sigue en el mismo lugar… Ya es hora de precisar el tiempo, pero no lo hace, esta detenido mientras el crepúsculo yace. ¡Es tan breve el instante! Manifiesto escapa, frente a tus grandes ojos grises atrapa la mirada atónita, perdiéndose en el infinito, quedando huellas en el reflejo estricto.
Nada más en la memoria le he podido detener, solo allí sostengo su paso recurrente reponer a la existencia real, un espacio propio del pasado -aunque siempre vaya adherido a mi lado-.
El tiempo nunca marcha atrás, en su recorrido va dejando pruebas detrás de cada acción tomada, aunque no volvamos a recordarnos de ellas tal y como esperamos.
Dos segundos en la vida me faltan, sin ellos oscilando las manecillas saltan, y nada enseñan por el horizonte cumplido porque el reloj sigue así; detenido.
Julio Medina 7 de agosto del 2013
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