Acielado Cincelado
Allá donde el viento escribe, párpados del fuego acuoso, a las flores fieras, blancas golondrinas, la verdad de los trineos, el murmullo de las nubes, la sonrisa de los velos, el corazón de las pestañas.
¡Cincelado, acielado, cincelado!.
Allá donde la tierra calla, pupilas del hielo ardiente, a las cándidas cadenas, grises adioses, la soledad de las arenas, el dolor de las paredes, la espera de las grutas, el espacio de los huecos.
¡Acielado, cincelado, acielado!.
Por ese allá. Donde la noche se duerme. Donde la aurora se dora. Y empuña estrofas imborrables. Y labra lágrimas imberbes. En las sombras heridas de penas. En los sobres ardidos de panes. Por ese allá del más allá.
¡Cincelado, cincelado, cincelado!.
Es Ese Cielo Que la luz llora Que la tierra cultiva Que el polvo goza Que el vacío vibra Es ese acielado cincelado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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