La muerte, ella nunca espera
llega y te lleva consigo,
dejando a su paso una hilera
de llanto en tus seres queridos.

Anda rondando allá afuera
velando el tiempo cumplido,
sea de noche o cuando amaneciera
te encontrará aunque estés escondido.

Siempre aparece sin avisar
yendo a muchos lugares a la vez,
su presencia imposible de notar,
lo hace todo con terrible sencillez.

Posee una marca admirable
nadie se le ha podido escapar,
esta realidad es ejecutable
cuando llega el momento de zarpar.

La muerte, incansable viajera
conoce a todos, pero nosotros no a ella,
habita en los sueños, extraña quimera,
sin nuestro permiso nos lleva hasta las estrellas.

Julio Medina
22 de abril del 2013