Rendida persistencia entrega las armas, ya no hay resistencia ni las ansias de lucha contra la maldad, tiemblan los caídos en la guerra sin fronteras -inocentes o culpables-, víctimas baleadas a fuego y a sable flagelo opulento, cruel y despiadado… La sangre perdida no valió la pena hoy la ley del humo contagia la tierra veneno insaciable ya lanza sus garras devora conciencias de caras rastreras de aquellos incautos que el alma le amarra; la diversión empieza con la marihuana, ¿Qué viene más tarde en la caravana? ¡Abrirán las puertas para la esnifada, dinero maldito…! Arcas disfrazadas de falso bienestar se cuecen en el mal para aparentar curar la escasez que un pueblo padece. ¡Qué ironía la vida suele dar! Se pierde la fuerza de los policiales y el sonido de la autoridad enmudece… Ahora la infamia brota a borbotón en los estados de Colorado y de Washington cabezas con tufo y la mente sanana facultadas hacer lo que se les pegue la gana, culpables los que promueven nefasta legislación le vale más el dinero que obtienen de esta condenación.
Julio Medina 10 de enero del 2013
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