"... la vida de alguna, de cualquier manera, nos encuentra con seres muy especiales que serán fundamentales en nuestra existencia, para alcanzar el pleno disfrute de este viaje que hace de la felicidad la mejor compañía, esto es lo que ocurre entre tú y yo..."
...Entonces, hablar de tú y yo en el amor es intentar describir y ponerle colores, aromas a nuestro sueño… sí, nuestro sueño que se amalgamó desde el primer abrazo... estrechito y largo como la previa espera… que juntó más que músculos, curvas y brazos… voluntades, intensiones, ansias de compartir, esta sensación que se reedita hermosa, de mágico encanto, de eléctrica explosión, de ansiar desnudar el alma para entregárnosla…
Tú y yo, ¡vaya encuentro!... ¡indescriptible!... por la catarata de ternura y el atropello frenético de ideas, que sin embargo... las entendíamos… de más que nerviosas caricias, de choques, que intentaban ser quedos… era el amor enfrentando la playa añorada y que por acariciarla… casi la asustaba, por la impetuosa fuerza de su oleaje, es que el ensueño de saberte tan bella, en ese instante profundo, fue recibirte así…
Sueño intenso y mágico, con toques de locura por la mezcla incesante de candor, anhelos y el desenfreno apasionado de saberte mía, de ser como mi mujer: mi solaz, mi bastión... panal de ternura, amasijo de calidez y consuelo. Nunca tuvimos fronteras... no podíamos, ¿cómo marcar límites a un sueño?, la vida juntó nuestros universos y esa, bendita conjunción todavía revienta chispas de tanta vida, de tantas ilusiones por compartir...
Sueño que nunca respetó día o noche, nos asalta a cualquier hora, como aquel súbito instante en que tu hermosa boca pequeña, cerraba la mía, en un arrollador beso, ¿cómo recordar siquiera a qué sabía?... si se me juntaron estrellas, lunas y margaritas, desbaratando cualquier expectativa y muralla, y sumirme absorto en el portentoso ciclón de delicias y ensueños... que mi boca aun no atina a descifrar, a repetir, a evocar...
Este mismo sueño que se hace tangible a ramalazos y crece aun más con tus anhelos y mis ilusiones todas… con más sueños, que entretejes mientras te miro apacible en mis brazos, escapar rendida a explorar más vida, detalles ensoñadores… más pasión, bajo un infinito celeste que vibra y motiva... creo que la luna y tu sonrisa se parecen por la sensación exquisita de placidez, ternura, abrigo cómplice… de esa belleza única que enamora, afirma y siempre cautiva...
Y aunque a veces no podamos juntos continuar forjando más sueños… estos también se multiplican en la lejanía, cuando debemos soportar exilios breves donde perdido recorro paisajes vacios de ti, porque mi corazón se queda contigo y mi alegría también, enredada en las comisuras de tu sonrisa y de los besos que me harán falta; pero que se juntarán luego, en los regresos ansiosos por abreviar distancias y tiempo y retomar con pasión esto de reinventar… amarnos más.
Atesorar al máximo cada instante es otro sueño, que vence cálculos y cualquier imaginación amasada en la nostalgia, en la espera, donde sea... con la conciencia plena de que no soñamos, para sumirnos despiertos en una fantástica espiral in crescendo por lo que tenemos para explorar y por compartir, de este viaje feliz que nos junta lo cotidiano y las utopías que nos amplían el horizonte y ese amanecer destellante que se rompe luminoso en tus cafés pupilas...
Juntar universos parecería apocalíptico, terrible… pero con nosotros no es así, no fue así, no lo será… los espacios compartidos nos dejan más sueños que tampoco pueden ser predecibles, no lo son… por sobre los nuevos amaneceres a recibir y lo que puedan nuestros cerebros intentar explicar, hay en nuestra piel, en nuestras sensaciones, en nuestras vísceras y reacciones una mezcla compleja que no interesa encapsular, esta forma de vivir que nos enciende e ilusiona… que nos junta más y rompe esquemas… es el amor.
Este amor que sigue conjugándose en el simple, contundente, lapidario y definitivo: tú y yo… que despliega nuevas raíces, vuelos y más auroras en el tangible y cierto: aquí y ahora… y en el intangible e incierto: aquí y pronto… este amor que nos hace dueños del espacio ínfimo, fundamental en que interpretamos esta sinfonía inconclusa que en nosotros siempre va a tener nuevos acordes, exquisitas pausas y muchos, muchos tu y yo in crescendo…
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