Mientras meditaba el agua caliza encaló mi cuerpo y el jabón de arena rayaba lavazas en sangre de espuma colmada de rotos, huecos diminutos por donde fluía el aura del agua; el aire siniestro me llenaba el rostro de hilachos de miedo y el espanto huía con voz retenida entre la ventana indivisa de fuego… Infierno impensado tirita el verdor y la sequedad del enigma hurtado, la fuente de arcilla la tierra dañaba; mientras meditaba árboles de humo con hojas de cera alambran el suelo donde las goteras impuras revientan, el recelo ingrato de harapos rellena, el cielo entablado silencio diserta, los rayos constantes de las sombras tientan al cuerpo mermado de hule y de cables; la senda está abierta con hilos y leños el sitio ornamentan son los miserables, los muertos con vida van a la palestra del agua mojada con cara sedienta, el flujo demuestra mientras meditaba el temor aumenta.
Julio Medina 28 de noviembre del 2012
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