POR SOMERO ROMBOEDRO
Por exceder al excepto en ligereza un romboide siente. Al impulso pintando una cama corre juiciosa lombriz bien que de un sueño saltando al otro laborioso gris bajo el sombrero previo arrugado de una camisa del periódico asonante instinto decimal al decir la decepción qué guarda la frecuencia bajo una plancha del equipo refrigerado verde tan lógico al azul zoológico como rojo es a la izquierda del sol poniente del prado ¡Vaya!___Humo que fuma pipas. Por El Somero Romboedro Por el grito en la pared colgado están los cascabeles en las venas. ¡Disueltos!. Unos muchos, inmóviles de fiel indiferencia, en la transparencia de las mariposas negras. ¡Dónde se asoman!___Los trigales desapareciendo. ¡Dónde se doblan!___Al mundo legendarias. Más allá de toda fantasía___¡Simple realidad!. En el fondo de los muros mares feroz ferrocarril. En la sonrisa del zapato postulantes póstumos. En la certidumbre del escombro éxito seguro. Romboedro Por El Somero Las burbujas tejen solemnidad en grande córnea con la paz del ruido en su caja inclinación aguda en las soluciones del documento práctico poste postizo por el párrafo lapidario, es un ejemplo del punto neurálgico una tesis en la frescura.
Porqué la calle corre desgarbada diariamente. ¡Al ojo del semáforo un capricho!. Claro no. Un no que sí lejano, que hubiere partido solo. ¡Qué hubiésemos amado al crédito sereno!. Con todo lo inmaterial de un basta inaudito. Memorable si nada hubiéremos temido. Por El Romboedro Somero. Por el ejemplo de la inmaculada razón fértil. Sembrando la doctrina del áspid en libertad. ¡Con la fuerza del no quiero!___Frente de bala. ¡Qué no recuerda de la distancia del árbol, del plato acinturado, en el frasco de sombras ligeras!. ¡Qué no recuerda una ortiga, malva, espina, clarín, revés de la madreperla pendiente del peine rojo!.
¡Sí, sí, exactamente!. Como la mandrágora, hace dos años recita sumas de manera pesada, tal y como hubiera querido al sol, donde el odio es maravilloso al bolsillo, del edén multitudinario, con todo lo insistente de la tumbas enamoradas. Por El Somero Romboedro, somero por él. Dejó al existido por el mismo nunca estatua. De la humedad fuera del cráter seco. De la mayoría indefensa plantación. ¡Romboidal el asfalto espinoso!. ¡Somero el suelo amargo mate!. Porqué la montaña murmura invisible, a las escaleras ecos sube el día, viajero envejecer de los rincones. ¡Dónde el horizonte corre aprisa!. ¡Dónde el vendaval guía colinas!. En La Cresta De La Vista. ¡Distante!. Parece solo someramente romboidal ocaso.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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