Arrojada ensoñación... (Experimental)

Fecha  2-11-2012 4:05:14 Tema:  Poemas
ARROJADA ENSOÑACION

Del soñar me dices vengo.
Alborear quizá anocheceremos.
Porqué sé, creo, nacerá en alguna vez.
¡El otro cor
azón del tiempo!.
En esa claridad que se refleja, lejos latido.
Con la mística substancia acústica.
En los textos.

Demasiado imposibles, al espejo,
que se limpia en la sangre muy tarde,
denegándonos haber partido.
¡Entre panorámicos pórticos incólumes!.
Me dices. ¡Vengo!

Como si hubiere llegado el invierno, cubre al fuego del espejo al que se limpia.
En el viento paralelo donde florece.
¡Una llama repentina herida habiendo sido!.
Una y otra vez.
Al final del futuro que se ha ido.

¡Encordando al deshelar las escépticas posturas!.
Aquéllo donde yazgan las horas perdidas.
En la ruta del reloj interminable.
Torneando el aliento del alfarero.
De arcilla la desdicha amasando.
¡Al pasado fallecido que ha teñido!.
Nacerá de alguna vez.

El corazón en un latido, ido, inventado.
El momento de túnicas vistiendo.
¡Al vapor enredado al soñar arrojado!.

Rojo rojo, ensoñación arrojada, enrojecida siendo.
Porqué, creo, tal vez.
Del significado repentino escapar.
Del mismo tiempo al que retorno.
Por haber habido un vivir aliquebrado.
En un soñarme, demasiado. Dices:
Estuve crucificando noches.
En la fragancia peculiar del arcoiris.
En la marcha de la tarde abrupta.
Porqué, sé, creo, tal vez.

Cultivar del viento el aroma.
Volando después los años.
¡Antes de tejer al tiempo!.
Los pasados, amasando, el camino.
¡Aliento del reloj, arcilla humana!.
En la paz que refleja el reposo.
Una ausencia presente en el espejo.
¡En los himnos sin palabras!.
Sabores, sombras, colores, dolores.
¡Qué se hayan en ésto!.
Y en aquéllo.

En el sendero abundante de la ignorancia.
Del soñar me dices: ¡Vengo!.
Del soñarme con tu sueño, vengo despertando.
Porqué, sé, creo, tal vez.
¡Qué neutral es cualquier nunca!.
Creo, tal vez.
¡Qué parcial es ningún siquiera!.
Tal vez.

¡Porqué vengo del soñarme, con tu sueño!.
Vengo rojo, rojo, con ensoñación arrojada, enrojecida. La noche que dices me sueña, despertando al día.
Porque vengo del soñarme con tu sueño.
Y al sueño, sueño y dejo, durmiéndome.
Al cerrojo arrojado al sonrojo.
Ensoñación.
Enrojeciendo del alma la sangre.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez



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