Rutina

Fecha  12-10-2012 5:19:09 Tema:  Poemas
Por las tardes escapo de la rutina que en mi casa es inquilina y cada mañana me asesina a sangre fría, que ataca ya sea que esté yo frente al computador o me encuentre cual inspirado escritor, con un auricular en mi oído y teniendo frente a mí una hoja con un poema escrito, es constante e inclemente la forma en que me da muerte, usualmente llega sin que pueda notarla y me toma sin que pueda detenerla hasta que llega la hora de marcharme a la escuela en dónde, con mis amigos, mi mente vuela.

Ella sólo se queda en casa esperando por la oportunidad para un nuevo homicidio, de esos a los que ya soy asiduo y que ya no me duele cuando me alcanzan, entre clases, profesores y divagues es que la olvido por unas horas, pero ella solo espera encontrarme de nuevo a solas, regreso por la noche y ella espera en la oscuridad, le deja el trabajo a la soledad con la que me suicido a diario antes de dormir.

Porque mis paredes al callar me hacen sufrir, y no, la música que empiezo a oír no logra salvarme, quizá es que no quiere, quizá se rehúsa a salvarme por insolente, o quizá solo sea que no me doy cuenta como lo intenta y no puede, y mi cuarto se llena de cenizas y humo cuando me consumo con llamas negras, si, la oscuridad no retrocede ni un segundo mientras me inflamo, y es allí que recuerdo que la ciudad parece un mundo, tan cerca de tantos, al lado de ninguno.

El techo de mi cuarto mira mi cansancio, yo lo combato soñando despierto, pero antes de darme cuenta estoy de nuevo muerto, unas horas más de muerte no hacen daño, lo que duele es que he pasado muerto tantos años, lo que duele es que al llegar la primavera yo siga viviendo en un frío invierno, es darme cuenta que vivo en mi propio infierno, donde el castigo es la impotencia, o quizá la indiferencia para cambiar mi situación.

Aunque a diario se alegra mi corazón, cada noche me espera la desesperanza en mi cama, es curioso, conozco el camino pero por más que ando no logro dejar detrás la oscuridad, aun así, entre muerte y muerte siento felicidad al mirar por la ventana y que matices de azul y gris me inviten a volar, pero cuando vuelo la sonrisa se pierde al darme cuenta de que hay tanto cielo y tan pocas alas, al cruzar la ciudad y ver tanto odio, tantas balas.

Por supuesto hay amor también, hay gente besándose mientras espera en el andén, hay gente que canta lo que siente con una sonrisa, y hay gente que corre deprisa para ver a quien extraña, pero no hay equilibrio, aunque las escenas de amor sean muchas, suelen pesar más las luchas, gente a la que le arrebatan la vida, gente triste con mirada perdida, como yo, y regreso a mi habitación, el silencio la inunda sin compasión.

De nuevo veo a la rutina en mi espejo, lista para cometer otro asesinato complejo, lista para enterrarme una vez más, sin pensarlo, sin hablar, y muero de nuevo, hasta que las alegrías me hacen vivir.


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