Una noche

Fecha  26-9-2012 5:02:56 Tema:  Poemas
Mientras la llama de mis tinieblas consume el día y lo convierte en noche, me harto del silencio susurrándome inclemente que estoy solo, quedo hastiado de que en la oscuridad de la madrugada, la luz que emano sea mitigada, o quizá solo sea que me recuerda que no tengo nada, así que tomo un violín viejo, recuerdo de días felices y de clases amenas que me llenaban de alegría, sin saber bien qué, comienzo a tocar, y acaricio con el arco las dulces cuerdas de mi violín, el sonido parece un reflejo de mi sentir, el violín parece llorar mi sufrir.

Conforme las lagrimas brotan de mis ojos, el ambiente se vuelve más frágil y la música se vuelve más violenta, regresan aquellas preguntas que me atormentan, ¿Por qué tuvo que irse? ¿Por qué decidió no volver? No conozco las respuestas como tampoco lo hace mi instrumento, así que mientras me llena mi tormento, el tan solo suspira los gritos de mi alma, pronuncia con voz débil mis pensamientos, es difícil decir adiós, pero es más difícil olvidar, y mientras se acerca el amanecer, no cede ni un poco la oscuridad, y yo siento desfallecer, pero mi violín no deja de tocar.

Comienza a llover, pero el sonido de las gotas al caer no me alcanza, tan solo lo hace una pequeña brisa que entra por mi ventana, tan solo siento una pequeña caricia sobre mi piel olvidada, y recuerdo su nombre, su tacto, su rostro y su abrazo, recuerdo porque la extraño, pero ella no ha de volver, una sonrisa se planta en mi rostro, y yo, loco, río y lloro su recuerdo, lo brillante de su estadía, lo triste de su partida, quizá sea que tuvo que marcharse antes de que yo entendiera que no siempre estaría ahí, quizá sea por eso, o quizá su amor por lo que sufrí.

Lo cierto es que desde hace unos meses juego a ser feliz con la paranoia de que piensa en mí, juego a guardar su recuerdo en mi reino congelado de cristal, juego a buscar su esencia cuando la necesito más, y cuando el dolor se hace presente yo reproduzco su voz en mi mente, a pesar de saber que no la volveré a escuchar, y de repente oigo una cuerda desafinar, el violín me regresa a la realidad, y mientras noto que retrocede la oscuridad, veo su imagen desvanecerse una vez más, dejándome solo en mi habitación, en el silencio del final de mi canción, mientras una lagrima más brota desde mi corazón.


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