Manantial
La sagaz sombra me persigue una vez mas,
Bajo mis pies se encuentra , a cada paso,
En cada escalon que intento alcanzar,
Comienza a devorar las huellas que intento dejar.
Un rastro quisiera construir,
Tan solo quiero que tu me puedas seguir,
Por un sendero de inmutables estrellas,
Audaces brujulas, guerreras de la oscuridad.
Alzando las relucientes espadas luminarias,
Que en el alma eterna son forjadas.
Un tunel me rodea, y un deseo me desboca,
Encontrar tanteando en las sombras,
El inextinguible calor de tus besos,
Inutilmente mis pulmones palpitan.
Mis ganas de vivir dormitan,
Mientras mi corazon furioso se irrita,
Pues mi mente con un zarpazo lo precipita,
En laberintos inverosimiles, vacios de amor.
Cuando el velo de la obscena tristeza,
Intenta dar la ultima estocada,
Entre rosas y palmadas,
Un manantial de lagrimas mostro un nuevo sendero.
La sed de un nuevo amanecer me dio fuerzas,
El lecho tibio de tus ojos comence a seguir,
Tal vez deba escapar, no tengo mas ganas de sufrir,
Pero mis huellas en tu playa se hacen murallas,
Nada de mirar atras, transforma mis sueños en una fortaleza,
Donde nuevamente broten mis ganas de vivir.
En El Silencio
Las tinieblas se abalanzan,
Se desesperan al oir,
El profundo y palpitante sonido,
Que reverbera en la estancada noche.
Preso de mi oscuridad, el corazon,
Que intensamente palpita el reproche
Desafiando las avalanchas
Cargadas de pesadillas susurrantes.
Pesadillas encarnizadas en mi subconsciente.
Rebanadas... una por una mis ideas se discuten con un cafe.
Las heridas que nunca cierran
Y siempre sangran
Y siempre duelen
Y nunca cicatrizan
Esas heridas... son mis heridas,
Y pronto seran las tuyas
A menos que consiga remediarlas
A menos que consiga acabar con ellas
...
Antes de que consigan acabar conmigo...
Y ya todo se pierda... en el silencio.
Contra Viento y Marea
Enigmática sonrisa profana tu tristeza,
Leal a tu sombría soledad la desprecias.
Derramas mil gotas de oscuridad,
Ínfimas sombras de una cueva soslayada,
Altaneras voces de un presente tan lejano.
Anidará tal vez tu pecho un iluso corazón?
Duele saber que se puede sentir,
Íntima pernoctación debes sufrir,
Agrietando la razón a la que solías recurrir.
Colmena repleta de espesa hiel,
Ocasional adarga del destino,
Merma la impaciencia de tu hado,
Esparciendo la duda en tu camino.
Navío que en mil puertos fue amarrado,
Zarpará una vez más al naufragio,
Anticipando que el regreso le fue negado,
Romperán las olas su clandestino espíritu.
Ansías la dicha de una nueva ilusión?
Donde dime, pues nadie más lo sabe,
Escondes la tan buscada respuesta,
Susurra en mi oído tu secreto,
Transita los caminos de la nostalgia,
Renueva en tu alma la esperanza,
Urde la vida para ti renovada añoranza,
Irradia el arco iris lunar en tu noche,
Recibiendo de tus ojos un nuevo fulgor.
Mezquina Gravedad
Desesperados por entender,
Intentamos evitar la dolorosa,
Enfermiza y estruendosa realidad,
Aturdidos por la incesante codicia,
Que día a día se vuelve la franquicia.
La gente y sus ideas me desquicia,
La bondad en la calle se queda,
Pidiendo abrigo tu puerta golpea.
Abrigo a cambio de felicidad...
Que duro es entender!
Como es que logras extender,
Los brazos de tu cruda realidad,
Mientras mis abrazos de cristal,
Se desintegran en el mar.
Cada despertar, un nuevo comenzar,
Una nueva oportunidad,
Para que logremos madurar
Pero tu mezquina gravedad,
Ya no sabe donde encontrar,
Para falsas redenciones, un altar.
Triste Humanidad
Debilidad que en mi fuerza dormita,
Enhebrando lagrimas mi dolor suscita,
Jaez infinita de quien caer necesita,
Almacenando derrotas mi corazón palpita.
Narcótico azar, dueño de toda causalidad,
Dividendo inherente a nuestra ingenua humanidad,
Opaca todo sentimiento con su cruel ruindad.
Séquito de la eterna ignorancia,
Albúmina que alimenta la creciente avaricia.
Nace, crece y se desarrolla,
Grita, llora pide que alguien la socorra,
Resistiendo una y otra vez la modorra,
Apegándose a la deshonra,
Renace la conciencia en la eterna mazmorra.
Sentido a sentido hemos perdido,
Ultrajando la inocencia con nuestro descuido,
Saboreamos lo que ha perecido.
Hirsutas resultan nuestras creencias,
Escamando la tan verdadera falsedad,
Revestido en una fulgurante mezquindad,
Ilusiones rotas desprecias.
Dueños fuimos de la sentencia,
Arrogante fervor de la falencia,
Socava nuestra natural esencia.
Excepcional origen de la perdición,
Necesaria se hace la congruente traición.
Taciturnos ruegos soltamos con alevosía,
Incubando en nuestro corazón renovada felonía.