totito

Poemas, frases y mensajes de totito

Selección de poemas, frases y mensajes mais populares de totito


cincuenta años

Cincuenta años… dicen que es la mitad de la vida, que de ahí en adelante vivimos a diario el último día. Que vamos bajando, que nuestra espalda se va curvando con el peso de los años y que el pelo blanco es síntoma de vejez. Que hay arrugas en la piel, que se marchita la mirada, que llegamos a la curva de la vida, que se condiciona al corazón a querer lo que ya es querido.

Cincuenta años… ¿Qué es la mitad de la vida? Si es así, tengo que decir. ¡Gracias Señor por perdonarme cuando creí que podía andar esta vida sin ti!, sin tu compañía, sin tu protección, sin tu amor. ¡Gracias por considerarme tu hijo!, por no juzgarme, por enseñarme a amar aún a los que me odian, ¡Gracias Señor por permitirme llegar hasta aquí!, sano y salvo. Gracias por tenderme tu mano amiga cuando tropecé y no sabía como levantarme, cuando en mi horizonte solo veía tormentas, cuando busqué un oasis y tú me lo entregaste. ¡Gracias por ayudarme a llegar a esta isla llamada... cincuenta años!

¿Que es como el último día? Pues que sea. Y que venga otro para vivirlo a concho. Que quiero vivirlo contigo, contigo, y contigo también. Y ojalá te sirva lo que he vivido. Por que de niño descubrí el amanecer. Por que he andado muchos caminos y por que he sufrido también.
Que quiero la luz del sol besando mi ventana, que quiero las estrellas alumbrando mi alma, que quiero a mi corazón en los brazos de mi amada, que quiero pintar a besos... esta noche estrellada.

¿Que voy bajando? ¡Y que! si es la ley de la vida. Como decimos los camioneros, todo lo que sube tiene que bajar. ¡Y que! si la vida es una escala que debemos subir. Vamos peldaño a peldaño, pasito a pasito, tal como empezamos a caminar, titubeantes, dudosos, a veces con miedo a lo que vendrá más adelante, temerosos del futuro. Hasta cuando llega el momento en que te das cuenta de lo que quieres, hacia donde llevar tu vida. Y te esfuerzas, luchas y lo consigues. De pronto se te acaba la escala, y te tienes que devolver igual como empezaste. Peldaño a peldaño, pasito a pasito, temeroso del mañana, con miedo a llegar al ultimo peldaño que a diferencia de ayer, hoy... solo baja.
Pero yo estoy contento, subí a lo más alto de la montaña, tan alto que toqué el cielo, y cuando nadie me vio, me robé un lucero, y lo guardo en mi pecho con mucho celo, es quien me alumbrará el camino, si se me abren las puertas del cielo...

Cuan equivocados están cuando dicen que el peso de los años curva la espalda. No será que como adultos o como padres al querer resolver los problemas de los otros, los tomamos como si fuesen de nosotros ¿y los cargamos en nuestros hombros por años?
Quizás sea la pena silenciosa que dejaron los que ya no están, y los que no quieren estar.
Quizás es la forma que adoptas, cuando te conviertes en un peldaño más, para que tus hijos puedan llegar mucho más alto que tu.

¿Que el pelo es blanco? ¡Mira bien! Que es gris y plateado. Y lo llevo con orgullo, sin disimulos, que en él está la historia de mi vida, es como un libro abierto que puedes hojear cuando quieras y te puedo enseñar a leerlo.
Y te digo que cada pelo gris ha sido un problema en mi vida, y representa la lucha que sostuve con tesón para poder resolverlo, el esfuerzo y a veces las lagrimas que derramé cuando no encontraba la solución y daba todo por perdido.
Gris. Sinónimo de triste, así también a estado mi corazón con las perdidas que he enfrentado. No son perdidas materiales, esas que son muchas jamás me dolieron, hablo de las otras, de esas que te rompen el alma, de esas que a veces callas por que debes ser fuerte, de esas que darías tu vida para cambiar lo sucedido, de esas que te hacen mirar el cielo, de esas que te hacen; hablar con el viento.
Pero, también tengo cabellos plateados que representan la alegría del deber cumplido. Y son muchos, como muchos son los días felices que he vivido y que sigo viviendo. Porque tengo sus sonrisas, porque tengo sus miradas, porque tengo sus palabras, porque sé que aún me aman. Porque puedo mirar hacia atrás y no me avergüenza mi pasado, porque puedo ver a mis hijas caminando firme por la vida, porque tengo un hijo en algún lugar de la vía, porque tengo algunos nietos que me entregan su alegría.

¿Que hay arrugas en la piel? Cuantos sinónimos hay para la palabra arrugas, algunos de ellos son: Pliegues, estrías, rayas, surcos. Yo me quedo con este último. “Surcos.” Por una razón muy sencilla, los surcos de mi piel los hizo el arado del tiempo, y en ellos quiero sembrar: besos, abrazos, cariños y muchos te quiero. Para que se rieguen con tus besos, para que germinen con tus cariños y para que florezcan con tus te quiero.
Para que algún dia cultivemos lo que tengo para ti, aquí dentro de mi pecho.

¿Qué se marchita la mirada? ¡No!, es que quizás me viste abatido cuando recordé algún pasaje triste de mi vida. O cuando hice un largo alto en mi camino, para buscar donde perdí al mas grande de mis cachorros. O tal vez me viste en un sino de la vida. En uno de esos momentos en que tienes todo y nada a la vez, cuando tus manos están llenas y vacías también. Quizás fue cuando me acordé que tengo el privilegio de tener conmigo a mi mamaíta, pero que no la puedo abrazar por que lejos de mi está.
Es que mis ojos se empañan cuando miro la creación. Cuando tímidamente el sol se acerca a mi ventana. Cuando escucho a un pajarillo entonando una canción. Cuando siento que a mi alma se le escapan las palabras. Cuando entiendo que en la vida no vivimos sin amor.

¿Que es la curva de la vida? Si es así, que cada uno la enfrente lo mejor que pueda, que yo lo haré a mi manera y aquí aplicaré todo lo aprendido a lo largo del camino. Aquí pondré el sudor, la calma, aquí dejaré mis manos ajadas. Aquí seré el camionero, por que aquí correré por todos esos caminos que aún no conozco.
Porque aquí pararé, justo en esta curva y bajaré mi carga pesada, la mitad de mi vida, ese ultimo día, la famosa escalera, el peso de mi espalda, los cabellos grises, las arrugas de la piel y la mirada marchita.
Y seguiré viajando por la senda de mi vida, por lo ancho y lo angosto del camino, por esta ruta que me tocó recorrer. Pero no me apures, que mi andar es lento, no me apures, que quiero tiempo, déjame tomar la curva de mi vida con sigilo, que no esta señalada hacia que caminos me llevará…

Y aquí estoy, en un alto del camino que tengo que recorrer, a la orilla de el, sentado sobre una roca, tomando aliento para refrescar a mi corazón. Mirando al cielo y su río de estrellas, extendiendo mis manos para poder tocarlas, admirando a un lucero que se entrega a mis ojos y que ilumina mi vida en su brillante agonía.
Porque así quiero a mi corazón, hallando luz en la oscuridad de mi alma, arrancando de cuajo los odios, los temores, abrazando al viento para amainar la tormenta, y renovando el amor en cada amanecer.
Así quiero a mi corazón, que no este condicionado a lo mismo del ayer, a la soberbia y a la desidia, quiero un corazón capaz de sentir el amor en cada silencio del alba, en cada trinar de las aves, en cada suspiro del viento y en cada gota de lluvia al caer.
Porque voy a recorrer el futuro de la mano de mi amada. Y bailar con las espigas, rodeados de versos de amor.
Porque quiero navegar mi vida en un halo de su beso. Y correr por las veredas, de la entrega y la pasión.
Porque de mi alma en sus brazos, floreció la primavera. Porque con ella a mi lado soy un huerto en flor.
Porque así quiero a mi corazón, libre. Para saltar y correr por un plateado camino de luna, por la blanca estela dibujada en el mar, tomado de la mano de la amada mía, dejando mí esencia volar. Así quiero a mi corazón. Mojado por la lluvia de sus besos, en el silencio perpetuo del querer, y en el absurdo sosiego de la noche... repartiendo lisonjas de amor.

f.n.h.a.

ve mi niña.

ve, ve mi niña, es hora de partir.
Corre, súbete al vuelo del viento...
y llega con él a los pies de la luna.
cántale, llévale una estrella,
y enamora con tu alma a un lucero,
ve, y se lluvia y sol de primavera,
se rocío de madrugada,
como poeta y brisa, que recorre los caminos...

f.n.h.a.

Navegando amaneceres

Navegando amaneceres.
(Dedicado a Paola. La mujer que amo.)

Navegando amaneceres solía soñar con tus besos,
gaviota de madrugada, fuego de mi luna blanca
de mi vida eres la rosa, ¡rosa de mi mar en calma!
Eres la estrella perfecta que entre la noche y el alba,
le acaricias el alma,
a este peregrino seductor.
Soy, quien te trae una flor,
y te declara su amor con profundo sentimiento.
soy cómplice del viento,
cuando acaricia tu pelo.
soy de tus alas, el vuelo.
soy de tu barca un madero.
soy el fiel marinero que quiere acompañar tu viaje,
el que sin mayores ambages,
trae solo de equipaje,
el corazón abierto.
Y eres tú mi puerto,
la aurora que me provoca,
eres el sol que me toca,
y que alumbra mi horizonte,
la que en la cima del monte,
pudo detener mi vuelo,
la que anclo mi velero en la bahía de sus brazos,
eres de mi huella, los pasos,
para mis penas, regazo,
eres del amor un retazo que encontré en el camino,
y que cambió mi destino,
al sentir que te quería.
Hoy, tus ojos son mis días y compartimos las mañanas,
y entre tus manos mis canas,
se vuelven adolescentes,
porque tu amor inocente,
me llena de sueños el alma.

f.n.h.a.

Como ayer (a mi madre)

Deja que me refugie en ti, cuando la soledad me aceche.
Cuando mis sueños naufraguen, y la lluvia borre mi sendero.
Y si mis lágrimas se rompen como cristal...
Acógeme; como ayer.

Si mi vuelo es lento y me faltan las fuerzas.
Si el camino equivocado me hace rodar.
Si la soberbia o el desden se tornan mi compañera...
Perdóname; como ayer.

Cuando me encuentre perdido en el eco del silencio.
O solitario en la bruma me quiera ocultar.
Si me arrastra la duda como la marea...
Rescátame; como ayer.

Que cuento contigo por si fallo en la vida.
O si falla el amor que creía tener.
Si se esconde la noche.
O la luz del dia no me deja ver...
Acompáñame; como ayer.

Al amanecer.
Encuentro tus brazos que acunan mi ser.
Y vuelvo a ser el niño que se esconde en mí.
El que se siente perdido si no encuentra tus manos.
Y que llora en silencio, si no lo puedes mimar...
Arrúllame; como ayer.

Que no existe silencio, que no rompa un sollozo.
Ya sea de pena...
Ya sea de amor...
Ya sea de pena de un hijo triste...
Que por larga distancia, no te puede besar.
Y con lágrimas de flores te dice...
¡Cuánto te amo mamá!

f.n.h.a.

Lloró la luna esa noche

Sembró su rayo la luna
A los pies de un triste cerro
De blanco pintó el sendero
Y de grises mis cabellos

Lloró la luna esa noche
Al saber de mi destierro
Lloró porque tú te fuiste
Y contigo lo más bello

Ahora me encuentro solo
Y tan triste como el cerro
Arando mis pensamientos
Para vivir de tus recuerdos

Sendero que me guiaste
Hasta el amparo de su seno
Aléjame ahora te pido
De este difícil momento

Que en el jardín de mi casa
Ya no florecen sus besos
Y las rosas que florecían...
Ya no adornan sus cabellos

f.n.h.a.

Paisajes de soledad

Tristezas caen del cielo,
como las penas mías.
Mis versos quiero cantarte,
en este amanecer.
Más tú has de ayudarme
para que pueda hacerlo.
Y no broten más de mis ojos,
paisajes de soledad.

Tristezas sembraré en el campo,
bajo los rosales.
Porque sus espinas
son como el amor.
Que importa que arañe el alma
cuando te enamoras.
Si llevas rosas a quien amas...
al caer el sol

La suave luz que despierta,
va pintando la mañana.
El ave vuela bajito,
como acompañando al sol.
Sus rayos hacen caminos,
entre guijarros y piedras.
Y abrigan a los rebaños;
y a este triste corazón.

f.n.h.a.

Ayer te amé

Ayer te amé…
Con toda el alma mía.
A tu lado, en mis días,
no faltó nunca el sol.
Hermosa la luna,
brillaba serena.
Y un lucero encendido,
cantaba de amor.

¡Ay! Que dulce mi vida,
el sabor de tus besos.
Tus caricias las llevo,
impregnada en la piel.
Y tú aroma sutil,
es fragancia bendita.
de jardín florecido,
en gladiolos de amor.

Cuando cae la tarde,
en brillantes colores.
Y el gorrión ya no canta,
sus canciones de amor.
mi alma se agita,
en latidos a raudales.
Al saber que te amo…
Tanto; y más que ayer

f.n.h.a.

Caerán las horas

Caerán las horas,
como cae el rocío en mi ventana.
Lentamente y sin prisa.
Como tu mirada…
cuando busca la mía.

Como tus labios,
que en sutil pausa
y como suave brisa.
Susurran que me amas

Labios que descansan sobre los míos.
Tibios, ¡como tibia tu piel!
¡Y como tus manos!
que en vuelo de hojarascas,
se deslizan por mi cuerpo.

Caerán las horas…
Como cae el roció en mi ventana.
Como mis lágrimas;
Al saber que eres mía.

Malos momentos

Hoy se despertó mi corazón caminando por las veredas de mi alma. Esta parado de frente a un pasaje interminable, y esta mirando por fuera, a quien lo carga por dentro.
Y me ha pedido que calle, quiere ser él quien hable, quiere decirme unas cosas por las qué muy fuerte late.
Y se han sellado mis labios, se enmudeció mi boca
Se han apagado las luces, de toda mi cabeza loca
Y he cerrado mis ojos, le doy paso al guerrero
Vamos a ver que me dice, este que dice... te quiero.

Anoche anduve por las calles de tu alma y me detuve en la esquina de las penas. Allí te encontré. Apoyado sobre el farolito aquel, con tu piel helada de tristeza, un sollozo plañidero como el viento y mojado por la lluvia de tu llanto.
Allí te encontré. Destrozada el alma por largas llagas de silencio. Por largas noches de preguntas, y de amaneceres sin respuestas. Desnudo y frágil, solitario y triste, a la deriva, con la mirada perdida en el ocaso del desconsuelo.
Allí te encontré, sin los besos de su dulce boca, buscando amor en aquellos ojos color de miel que desnudan tu alma. Abrazando su almohada impregnada del aroma de su piel y viviendo de los recuerdos de una historia de amor que pudo ser mejor. Aun sabiendo que no es justo aceptar la distancia cuando se está tan cerca. Enjugando una ultima lagrima, admitiendo que ya llego la hora de que tu bella mariposa abra sus alas y dejarla volar hacia nuevos paisajes. Así te encontré. Buscando una calle solitaria para alejarte de todos y de todo. Queriendo acallar el soplar del viento y el rugir de las olas, para que no pronuncien su nombre. Cerrando tus ojos, quitando tu mirar del cielo y de las estrellas... porque usaste sus brillos para hacerle poesía, porque danzaste con ella bajo la luna llena, y tomados de la mano caminaron enamorados bajo el sol de primavera, porque fundieron sus cuerpos como se funde la nieve, porque anduvieron la playa como el vaivén de las olas, porque se gritaron “te amo” cual graznar de gaviotas.
Porque así te encontré, a la sombra de un viejo y derrumbado sauce que acompaña tu llanto, refugiado del calor del sol y de la nostalgia de sus besos, agarrado a sus ramas como a la esperanza de su regreso, y queriendo enterrar sus raíces como también sus recuerdos.

f.n.h.a.

En el jardin de los sueños

Luna, aquí estoy a tus pies para contarte mi tristeza,
de ésta pasión que no me deja
ni siquiera respirar,
porque la veo pasar,
cuando ya cae la tarde,
y mi corazón arde,
por quererla besar.

Pero sé que es imposible,
porque ella no es libre
y ya tiene un amor,
y le entrega el calor
que sé que tienen sus manos,
mientras yo en sueños vanos,
a lo lejos le susurro...
como te amo mi amor.

Aunque no podemos hablar,
porque ella va de prisa,
me regala una sonrisa,
que me hace temblar,
y la acompaño en su andar,
tan solo de pensamiento,
y sigilosos con el viento,
mis besos se van detrás.

Y yo sigo a sus ojos, como el ave a la fuente,
ojos preciosos,
helechos de campo verde,
y en brotes de esperanza y de trigales su pelo,
se acomoda el ocaso,
en el jardin de los sueños.


f.n.h.a.

Cuando creí ser un poeta

Después de alejarme un tiempo
de la pluma y de las letras
Leí lo que escribí en un verso,
cuando creí ser un poeta

Que tremenda mi osadía,
al evaluar con tibieza
A quien le pone voz al alma
y al amor sutileza

Acaso existe mejor pintor,
de auroras y atardeceres
Que aquel poeta que pinta,
¿con sus palabras, que son pinceles?

Y le da brillo a la noche,
aunque estés entre tinieblas
Y le da esperanza al beso,
cuando el amor se va muy lejos.

Y acaricia los mares
cuando se agitan las aguas
Con un jirón de tu enagua
con un renglón de sus cantares

Y yo que no soy pintor
ni caminante, ni poeta
A veces largo mi queja
creyéndome un trovador

Es que tanto fue lo que amé
que mi alma quedo herida
Y de tanto buscar el amor
se me ha escapado la vida

Discúlpeme si en estas letras
usted no encuentra belleza
Discúlpeme no soy poeta;
solo me embarga… la tristeza

f.n.h.a.

soy

Soy el pajarillo aquel
que de cuando en vez,
llega a tu ventana.
Ese, el de trinar triste, pero armonioso.
Ese, el que va a beber de tus recuerdos.
El que esparce con el alma tu alegría.
.

f.n.h.a.

la niña de tus ojos

a mi niña paloma le envio estas palabras,
que fluyen como el agua de la fuente,
limpia, pura y transparente,
desde un manantial de ilusiones,
en donde cantan los gorriones,
donde no existen sinsabores,
donde solo se escuchan los rumores,
de los peces en el río,
allí no existe lugar,
para un corazón sombrío.

allí también la luna se baña,
que escondida entre las cañas,
quiere besar al rocío,
mientras el corazón mío,
la mira de mi cabaña.

si quieres venir a ella, debes seguir el sendero,
cualquiera,
el que encuentres primero...
el de la niña de tus ojos,
o el del simple... te quiero,
o el de... hija te necesito,
eres mi mundo entero.

Está la puerta abierta para que entres en ella,
el fuego está encendido,
se oye el crujir de la leña,
tengo un cuarto preparado para el vuelo de la cigüeña,
que traerá luz a tu alma...
en los ojos de una pequeña.

f.n.h.a.

loco

Loco

Si amarte con locura
lo encuentras poco.
Entonces sumaré la ternura
que de mi corazón provoco.
Y así, con mucha dulzura,
te estrechare poco a poco
y apreciaras la cordura;
con que puede amar un loco

f.n.h.a.

A la orilla de la fuente

En estas palabras de despedida te pido,
Me escuches por favor.
Sé que fallé, los errores los cometí por amor
Te quise envolver en mis sentimientos
Sin darme cuenta que te ahogaba,
Y hoy que no tengo nada de ti
Todo es tristeza a mi alrededor.
.
Que triste es no tener un beso de bienvenida
ni siquiera de despedida
Hoy todo es hastío, es mañana sin amanecer.
Es sol sin calor, es querer amar... y no tener a quien.
Hoy, solo existen palabras de reproches, de ofensas.
Certeras dagas que laceran mi corazón y mi alma
dagas que cortan lo hermoso que hubo entre los dos.
Y hoy la luz de tus ojos, alumbran un solo camino.
En el no hay lugar para mi
y como piedra de ese camino; detrás de ti quede

Y te alejas... mientras yo me rindo.
Abandono esta inútil lucha, que nada bien me hace.
¿Qué adonde iré? Quizás a los pies del arco iris
donde un día pensamos construir nuestro hogar
Allí donde el cielo estrellado adorna el jardín y la fuente.
Allí donde un rayo de luna, trazó un sendero para los dos.
Allí donde el aroma de amapolas y de jazmín...
me huelan a ti.

Y me sentaré en la orilla de la fuente que nos vio reír, que nos vio llorar y besarnos,
Donde tantas veces nos ilusionamos con un mañana mejor.
Y los pececillos de colores vendrán a mí para esconder mi llanto
y ocultarán mis lágrimas con el brillo de su piel...
y no estarás tú...
Y mi casa se llamará... soledad.

f.n.h.a.

A veces cuando al alba

A veces cuando al alba
Navego entre tus besos
Naufrago y pirata me siento
En el mar de tus labios rojos

Y en la cima de tus senos
Tibieza de arenas blancas
Se abrigan los sentimientos

Y en el silencio eterno
De una cómplice mirada
Dejamos para después
Un beso inconcluso

Si miras a tus andares...

A lo lejos... tu imagen difusa,
Borrosa como la niebla.
Lejana cual la distancia.
El viento con su queja,
me habla de ti
Y yo que camino al borde de mis tristezas.
Te pienso, y solo y en silencio,
te vuelvo a amar.

Por donde vayan tus pasos,
voy tras tu sombra.
No sé cual es mi destino,
por amarte así.
Espero que llegue el día en que te detengas,
y si miras a tus andares;
Me verás a mí.

Al que cabalga en el viento
Para ir tras tu huella
Y en la cima de la montaña
A tu amor cantará
Y en bandadas de aves,
vendrán eternos poemas.
Y cada uno de ellos;
Con una flor para ti.

Caminito

¡Ay! Caminito de tierra
Que me alejas entre llanto
De aquel amor que sin causa
Me ha dañado tanto

¡Ay! Caminito de tierra
Ya no está
Pero la extraño

Entre tanto polvo del camino
Mi caminar; se detiene
¡Ay! Caminito amigo
Ya lo se…
Ya no me quiere

Indiferente como el viento

Indiferente como el viento.

Silenciosa la noche escucha un lamento.
De un padre que llora…
Su oculto tormento.

Quien le mira... no sospecha.
No imagina siquiera
La triste pena que le acecha.

El comparte con el humo de un cigarrillo que se fuma con nostalgia.
El pasado tan presente.
De su vida, de su infancia.

Ya no puede contener las lágrimas.
Gota a gota se le van escapando.
Abatido y de rodillas le pide a la luna.
Que nadie sepa que está llorando.

Porque, indiferente como el viento pasa el hijo por su lado, el hielo de su corazón entristece a su alma. Le mira, y los polvorientos recuerdos de su infancia, quieren huir de la cárcel de sus memorias. Mas los retiene, no quiere que escapen. Es lo único que de él hoy tiene, y se aferra a ellos tal como se aferraba él de sus manos... cuando era un pequeño.

¿Que hizo mal para que lo ignores?
¿Acaso no te dio todo su amor, su respeto y enseñanza?
¿Acaso no puso en tu camino flores… para que cruzaras con confianza?
¿Qué hizo mal para que lo ignores?

Hoy. El padre va viajando su silencio por el largo camino del olvido.
La triste ruta que lleva está borrando los recuerdos.
Sabe que perdió la lucha, a caído en la batalla.
Se ha resignado a su suerte y su corazón sangra.
Y aun así quiere a su hijo.
Que indiferente como el viento; golpea su cara.


f.n.h.a.

Como gorrion o jilgero

Un pequeño pajarillo se acercó a mi ventana,
llamó mi atención y busqué su mirada.
Es un polluelo de débiles alas,
que cuando intenta volar, le teme a la nada.

Las péndolas de sus alas son de sol intenso,
el brillo de sus ojitos, tan claro como el cielo inmenso,
le corona su frente la nubecita de un beso,
y tiene un corazón muy grande, tan grande como el universo.

El se arropa con sus plumas en un rincón de la lumbrera,
se agazapa suavecito, para que nada le dijera,
y me sigue con sus ojos hacia el lado que yo fuera,
como esperando mis palabras y que en mis manos le cogiera.

¡Y me miras y cantas como diciendo te quiero!
¡Soy tu luna de noche soy guardián de tus sueños!
¡Soy el alma sencilla de un poeta viajero!
Que te trae su canto como gorrión o jilguero.

¿Por qué me cantas pajarillo?
¿Por qué me cantas de esa manera?
¿Acaso eres mi estrella?
¿Acaso eres mi sol visitando mi lumbrera?
¿O acaso eres mi niño que va en su nube viajera…?

Pronto te iras pajarillo, otros ya vienen por ti.
Y en su trinar feliz, hará una fuente mi llanto
para llenarla con el canto
de mi precioso colibrí.

El frío tempranero de esta triste mañana… se despeja,
se calma cuando tú abres las alas,
me apena pensar que vas a emprender el vuelo
y que al cabo de un rato,
serás solo un recuerdo…

f.n.h.a.