Coqueta dama
Búscame en mi establo
de pensamientos prohibidos,
estoy sentada en la silla
del jardín de manzanas
esperando tu mirada
a través del cristal
que egoísta te separa.
Tú, coqueta dama
de cabellos desbordantes
y ojos de verde desteñido,
eres el relámpago
recién amanecido,
que escarba en el silencio
de los sueños mudos y escondidos,
donde mis pasiones tiemblan en secreto
en la hora del espejo
que divide el corazón de mis reflejos.
Libérame
de esta lenta agonía,
soy virgen torturada
por la señora de cien años
con su flor de la mano,
tormento de invierno y verano
de mi rígido pasado.
Solo tus pasos de medianoche
que no escucho ni veo,
dan vida al ruido del reloj
mientras siento tu amor
y mis dedos sumergidos
en las aguas del valor.
Postrada de Rodillas
Esta noche me ves
vertir mis sentimientos,
postrada de rodillas
confundida en mis pensamientos,
viví mis inviernos juveniles en el valle de monasterios
la calma reposaba en las aves en su nido,
la celda solitaria,la plegaria y el llanto nazareno
ahogaban el alma de mi espíritu
y apagaban los rumores de la vida
en el seno de una dormida humanidad,
pobre esclava con su baúl escondido
corría el mundo y yo ahí, ausente,
recorrí mis primaveras para detener el sol
que sobre el arcoiris hace alarde
entre robustas nubes carmesí
en mis nacientes olas arde,
y envuelta en esta luz multicolor
de legítimas ternuras de tulle,
en la tierra y en el cielo
aunque el juez cree ser justo
se muestra lleno de celos
y sentencia justicia por reflejo,
la vida un nuevo perfume me ofrece
con suaves y dulces flores
cuyo aroma mi corazón remece,
tal vez por ver ese encanto
sufro y muero en llanto.
Pluma de un escritor
Hay versos que solo tu escribes
en tu extensa primaveral tierra,
das paso de la quietud de tu pluma
a mis ardientes horas de espera,
separadas por egoístas husos horarios,
juegas con mi aparente
campo paciente y adormecido,
en mis ojos crece las ansias de pecado
donde tus pasos resuenan
en aquella lluvia abrasadora de tus versos
y en la brisa de su ardor que me devora
en un aire de tinta enardecida,
mientras espero vagamente
se alza en enervante calma
mi monótona mirada sin gemido.
Droga
El sexo
es una droga,
yo
el componente activo.
Mi sombra
Es opaca su mirada
nada ha terminado
desde su primera mañana,
la miro sentada desde su edad temprana
huyendo de valle en valle
sin mayor reclamo,
observa mi paso atentamente
con su taciturna tristeza
y el ornato de su virginal recato,
incierta en mis marchitos recuerdos
la dibujan los fantasmas
de mi luz cayendo,
muda sirena que ingenua canta
y sin tocar mi velo ni mi débil ramo
sus amores con el relámpago huyeron,
llora ella por su alma sin alas
la bella efigie no supo de amor
en mis suspiros y pechos de ardor.
Mi baile es su pura pasión
devota es mi sombra
de tierna ilusión.
Pasión Presente
Recordarás
hermosa mujer
el nacimiento de mi primera lágrima
en mi primer sollozo femenino,
en tus horas de ardiente sombra
y nuestra edad primera del amor nacido
cantando amores que llegan al alma,
¿recordarás aquel beso que me robaste
en la ya lejana playa?
Yo si recuerdo
esas pupilas de esmeraldas
en nuestras horas de pasión y esperanza
no vivo de esos recuerdos,
vivo de nuestra pasión presente.
Un secreto realidad
La sorpresa asoma
En caja de luz perdida,
El sol inunda la tenue fisura
De aquella silenciosa huella
Pérdida en las nostálgicas
Noches de primaveras juveniles,
Al sur de la estación del arcoiris
Se arrodillan mis húmedas pupilas
Y sufro de este dulce sentimiento
Con don de secreto espanto,
En el celeste de la estrella encendida
Emerges con temor de virgen,
Desvelo ebrio de mis pensamientos
Sin tu rostro tallado en la magnolia
De hojas perennes y verdes retinas,
Tus finos ademanes dibujan
El espejo de mi ser
Enclaustrado en el valle de la vida
Que cubierta de mantos de mentiras
Esconde esta naciente melodía,
No eres poesía de maldad
Solo una generosa realidad.
Mi poeta
Tiembla el ramaje de mis ojos
al soplo de tus últimos versos,
mis lágrimas esparcen
preludios de una sombra
que esta noche cierra
el alma con tu ausencia,
¡No volveré!
Mis letras no serán flor seductora
en la noche de tu tierra,
ni al despertar del aurora,
y se ocultarán sensualmente
debajo de mis ardientes copihues,
cada noche de San Fernando
el viento retirará la roja cortina
y descubrirás mi lujuriosa hermosura.
¡Volveré mi dulce poeta!
El herrero
Mi sombra verdea
al canto cierto del alma
del herrero de mi aldea,
a través de mi balcón
entre mis velos transparentes
miro el metal caliente
fraguado por la corriente de su cuerpo
envidia de las candentes y agitadas
nieblas de mi cuerpo estremecido,
aquella alcoba perdida
llena de vapores y sudor ardiente,
y las revueltas sábanas en su lecho
mordidas con furor ajeno
son el dolor que agrieta mi pecho
que sin crueldades me tortura,
cada noche tempestuosa y fría
mi lujuria siempre despierta
aguarda su impúdica mirada
para ser el metal de sus antojos.
P.... e hija
Un día trae otro día
pienso en mis colores pasajeros
ayer rosa, hoy blanco marfil,
perece mi infancia confiada,
sin tus contratiempos altaneros
ni tu presencia en mi ventana,
pensaste que latiría mi sien
sin la agonía de niña gentil
en sus cálidos dolores
ni el calvario que cierra la puerta de tu ausencia,
eres mi creador perdido
en misteriosa misión de tu existencia .
Perece mi celeste juventud
cual humo sutil que el alba exhala,
mil derrotas, mil triunfos en soledad
en la aurora tímida y callada de tu destierro,
un sol furioso iluminó mi alma
y junto a la hermana aspiración de mis resplandores
la humana juventud brillo en grato ardor,
iluminadas mis blancas virtudes, verdades y mis amores
la voz de la vida cantó en aparente armonía,
más tu mudo canto, mi creador
hábito sordo en las aulas de mis años quemados.
En el crepúsculo de tu vida,
me dejas una rama huérfana de identidad
que tu ausente sol nunca aclaró,
¿rosado, azul o arcoiris?