Porelinfinito

Poemas, frases y mensajes de Porelinfinito

Selección de poemas, frases y mensajes mais populares de Porelinfinito


Mariposas.

Es este grito que se ahoga en un vaso sin labios con un ciego dolor de cristal. El desierto se mudó y ahora habita en mi alma; remolinos en el estómago y silencios encarcelados en estos ojos. Un cielo malva tan tétrico que las estrellas vomitan oscuridad. Hielo fúnebre con cántitos oratorios a la soledad. Palabras de mentira. Súplica a la vida por la vida misma y ajena.
Es esta impotencia color hueso que esquiva muros y mata mariposas.

Eres mi estrella favorita.

Te echo de menos de manera insoportable, a veces. Otras tantas pienso en ti y me río. Es un dolor, que por lógica temporal, debería ser llevadero, ligero, como desnudo. Y es que otras veces, te lloro en silencio. Creo que formas parte de mi. Es un echar de menos egoísta. Pero te necesito a ti para no estar así como rota. Otras veces recuerdo tu pacífica risa. Me frustra no escucharte. Me siento mareada sin tus palabras que me frenaban cuando corría más de la cuenta. O esas que me decías que me hacían volar cuando correr no era la solución. Otras veces quiero llamarte y decirte que quiero uno de tus abrazos. Parece que ya está muerto esto que latía de primavera. Ojalá lo olvidasemos todo y vinieses a casa a cenar. Otra veces te insulto digo que eres un hijo de puta o un gilipollas. Me gustaría escribirte siempre que quisiera. Pero nosotros nos empeñamos en romper lo roto, así que mejor te escribo por aquí. Otras, me pongo el collar que me regalaste, sobretodo cuando estoy nerviosa. Cuando lloro eres la primera persona en la que pienso para que me calme. Cuando no se que hacer y me pierdo dentro de mi, quisiera tanto con tanta fuerza que estuvieses ahí conmigo con tus manos mágicas. Tus manos y la mueca que se te hace en la comisura de la boca cuando sonríes son lo más esperanzador que he visto jamás. A veces leo lo que me has escrito. Hemos manchado una de las luciérnagas más bonitas que he tenido. ¡Y ojalá sólo manchado! Otras veces miro tú casa y pienso en tocar tu timbre y abrazarte o insultarte o gritarte o abrazarte o insultarte o llorar o todo junto o por en orden. A veces, no, a veces no, te voy a querer siempre aún no estando. Eres mi estrella favorita.

Las ratas vuelan.

La noche, siniestra y clara, me embiste. Un grato enemigo que me ensordece de desasosiego. Es la morada del gratuito e incondicional hospedaje de los espectros aún mas moribundos que yacen como en un rezagado suspiro en los ecos de mi conciencia. Gritos, cólera, lágrimas, zozobra; fieles cadenas a sus sonrisas macabras, crueles, asesinas.En ella me siento aún mas clandestina.

La fábrica de ansia desprende gases azules bajo un mar negro exorbitante. Y del mismo tamaño, quizá mayor, se hallan estas tenues luces, aquellas azucenas malditas de escalofríos pérfidos. La soledad me embauca en sus redes transmisoras de oxígeno donde desvanezco tierna, sin ataduras.
La noche, siniestra y clara, nutre de dióxido mi morada compartida con los espectros y envuelve en un baño de niebla atestada la verdad.

Huye cualquier condición humana. Comienza la tranquilidad a dejar de abastecer el alma. Cada vez mas cerca de mi escucho sus pasos. Me han atrapado como todas las noches, sus garras ensangrentadas de antiguos parajes provocando inimaginables perforaciones a mi exhausta respiración. Sus ojos transparentes sin cavilación esférica provocan a mis pestañas un desolado vaivén de aire mustio, putrefacto.

El insomnio coagula la noche indecisa. Las ratas vuelan cuando la noche despierta a los espectros.

Tu eco azul.

Para cuando cerré los ojos, o cuando los abrí, ya habíamos dado vueltas, vueltas, vueltas agarrados de las manos como juegan los niños ¿y no es lo mismo? ¿o parecido? Y estaba dentro de algodones mis ganas de que perdones mi impuntualidad, y mi desaliño y estas ganas que rozan la locura de dormirme bailando tus latidos. Subida a esa sonrisa tuya, de vértigo, de pánico, como las atracciones altas, altísimas. Sin escucharte, entraste de puntillas, como flotando. Y me subí a tus manos y al tic-tac extraviado de tu respiración, y a tu sonrisa, y a tus puntillas...Serías una nube juguetona o una estrella con sabor a caramelo. Porque desde que tu llegaste este malva deja ya eco azul. Cuando dibujas mi clavícula con las manos o mi risa con tu nariz, parece que me asusta perder tus abrazos. Tu voz aletea en mi estómago mas rápido que teniendo un colibrí enjaulado.