En el fondo de tus ojos
No hay mirada que se pierda
que permanezca vacía
Siempre tiene los reflejos
de la verdad que allí anida.
No hay oscuros pensamientos
en el brillo de sus ojos
sólo un dejo de nostalgia
más deseos a cumplir pronto.
No hay rencores ni maldad
sino ternura y afecto
salpicados de locura
que a la pasión dan su vuelo.
No quisiera en tu mirada
seguir buscando colores
intentaré con la mía
perderme en tus emociones.
Silencio
Silencio es lo que necesito para recordarte en esos momentos aún no vividos. También para imaginarte y soñar con el día en el que estés junto a mí.
Silencio para olvidar lo que ya no debe sangrar ni doler, sino cicatrizar gracias a que estás allí, como un bálsamo ideal.
Silencio para oír tus pensamientos, tus deseos, tus anhelos, tu respiración suave cuando me sueña, agitada cuando me goza, profunda cuando me besa.
Silencio para que tu voz se grabe en mi mente como ya lo está en mi alma, para componer nuevas melodías con esa increíble música que jamás quisiera dejar de escuchar.
Silencio para amarte, porque nada se disfruta más que sentir como se llena un corazón roto y vacío con el cántaro que generosamente vierte hasta la última gota de lo que tiene sobre él.
Silencio es lo que necesito, y también lo que tengo. Tanto, que lo único que quiero ahora es romperlo contigo.
Aburguesada
Hace tiempo que cambiaste
de romance a devoción
por familia, y un desgaste
engañó a tu corazón.
Ser madre te completaba
esposa sin objeción
pero algo allí añidaba
y era ausencia de pasión.
Creíste que nunca más
sentirías algo así
y no quisiste intentar
tus sentimientos abrir.
Aceptaste bien las reglas
de una triste burguesía
aquella de ver a ciegas
adonde lleva la vida.
Pero hoy, mujer divina
aunque algo aburguesada
no puedo evitar decirte
que mereces ser amada.