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Poemas, frases y mensajes de hnarbona

Selección de poemas, frases y mensajes mais populares de hnarbona

Soy poeta chileno con 50 años de trayectoria.Escribo desde niño. A la fecha, 5 poemarios dan cuenta de esta trayectoria y varias antologías en las que se ha incluído poemas de mi autoría.En lo profesional, trabajo en funciones de Estado y como per...

Extrañándote

Musa que despliegas tu aura protectora
Corres por los dunares, construyes castillos
Me dejo llevar, eres épico baluarte
Conduces comarcas naranja, ánforas de sueños

Flotas sin prisa, sonriendo escudriñas enigmas
El horizonte invade tus ojos constelados
y justo en el umbral, resplandeces
Abres tu pecho, eres mi oasis
Susurros me arrullan, eres tú, rezando

Adicto a ti

Mi adicción es al cepaje agridulce de tus besos que saben a licor de selva y burundanga.

Toda mi voluntad se desvanece
en la liturgia del embrujo,
desnuda te me vienes al pecho
y te recibo con mis manos como timbales, recorriéndote, apretando tus hombros,
tu espalda y tus misterios.

En tu ombligo, el centro de la galaxia, me detengo,
soplo tu piel y siento la proyección
de mis caminos madrugados,
crezco hasta la gloria, ciego,
me revuelco en ti con embeleso.

Las mareas de tu cuerpo
desafían mi impronta de corsario,
llevo el ritmo cadencioso,
me cuelgo a las garcias de tu pelo,
respiro profundo las fantasías de tu boca, increpo tu pasado, ardientemente peco.

El éxtasis de tus muslos golpea mis orejas, sucumbo en tus volcanes,
mi represa se rompe en tus gemidos,
como un monstruo prehistórico, fluyo.

El sudor nos empapa y en el agua
nos desvanecemos
para salir juntos en un sueño
a revolotear el no tiempo,
en el relajo profundo,
de placer satisfechos.

_______________________

Caligrafías de amor, 02 Marzo 2011.

Besatón

Tus labios inflaman mis propuestas
Y de tanto besarlos en las protestas
se me entrevera de hormonas
la conciencia

Te digo qué hacer con la tristeza

Gimiente y porteña preguntaste
¿Qué he de hacer con la tristeza?
Desde el bar oscuro de San Telmo,
en el humo dibujo mi respuesta:

Con la tristeza dibujá un tango,
así le das laburo y la hacés productiva,
la instalás en la Recoleta
y la alquilás a las lloronas
de las funerarias ABC1

La tristeza puede desplegar
sus frustradas seducciones
entre borrachos suicidas.

Ser copetinera del averno
y hacer streep tease
para los noctámbulos
que se fuman las madrugadas
rumiando soledades.

Finalmente, la tristeza
se acuesta con la fatalidad
en incestuosa orgía.
Drogadas y esqueléticas
desparramadas por la aurora,
vampiresas huyendo
de la luz
de mi alegría.

Poemas desde mi barrio, América.

Niño

Estás solo, tiritando
Has venido a mi portal
Declamados tus derechos
¿quién los vuelve a proclamar?

Son, mi niño, tus derechos
convicción universal
Tus mayores se persignan
Los editan sin parar
Es hermoso su empastado
Son epístola papal
Son poema nerudiano
Se conmueve el más truhán

Son discurso recurrido
Infalible de apelar
Hay consenso, es increíble
Saca aplausos, ¡colosal!

Tu derecho, ¡formidable!
Tu derecho y otro más…

Pero estás frente a mi puerta
-¡si te viera la Mistral!–
No te leo tus derechos
No se trata de imitar

Simplemente, te convido
de mi duro, algo de pan
-quizás logres indulgencia
consecuente intelectual–

Ay, mi niño, tus derechos
¿quién los vuelve a proclamar?


De Miedo al Miedo, 1983

Antipoema de Amor

!Cuántas fantasías
evolucioné,
sudoroso,
luchando con
las rodillas apretadas
de Edelmira¡

Hasta alcanzar, locuaz,
grotesco
o cibernético,
su casto jeroglífico.

Hasta ascender,
ilusionado,
el penúltimo camino,
esgrimiendo los besos más furtivos.

Hasta quedar,
pétreo y mordido,
suplicando
conclusión del compromiso.

Porque ella,
mi Edelmira enamorada,
prisionera
de atavismos ancestrales,
en algún estoico
aliento
victoriano,
censuró
mis embestidas alocadas…

!Virginalísima
Edelmira apasionada¡
con la organiza crepitante
en clarines constreñidos,
esquivó
mis estocadas bizantinas,
alejándose
tras hosca despedida.

Y fue así,
con Edelmira acalorada,
que aprendí,
vía orgullo macerado,
y en escandaloso
latín languidecido,
el punzante significado
del:
“coitum interruptus”.

Alquimias

En probetas de greda incaica he indagado por tu génesis, Atacama. Rasmillones en la roca me confidenciaron de tus ilusiones galácticas. Empinado en el espiral del fuego superé las eras del hielo, pero se secó la sal y quedó el perfil del desierto embalsamado como una gran interrogante.

¿Qué familia de colosos bebió la energía en el Salar de Plato de Sopa? ¿Quién domesticó las Lagunas Bravas? ¿Qué gigante niño jugó con las rocas partidas, amontonadas frente a la playa Conchillas? ¿Qué artesano esculpió mastodontes y mamuts en la franja costera de Rodillo? ¿Cuántos fantasmas acumulados a la vera del camino se han quedado clavados a los crepúsculos de Caldera?

Sigo mi camino, deambulando sin un norte, atrapado a una nostalgia difusa, que viene del traslape de confusas dimensiones y se pega a la piel como camanchaca salobre de la fría madrugada. Así, fui recorriendo los arrecifes y urgué las arenas buscando el alimento del mar para sobrevivir a mis fantasmas.

Estoy deslumbrado, forastero perenne, inventando vertientes en las rocas eternas, cavando por vellocinos de oro, por pactos endiablados que retumban en los encierros magnéticos de los socavones.

Veo almas en pena deambular por ellos, buscando la veta de la juventud eterna. Y transpiran mis manos en el frenesí del espejismo dorado y claudico, como tantos, al embrujo del brillo.

Sin embargo, a poco andar, hinco la rodilla en tierra y escapo luego de las garras del oro, resguardado en la lisonja de mi abuela, que ha venido con su haz de luz a proteger mis pasos.

En la alquimia secreta del desierto, establezco mi oasis y quedo convertido en un cometa que se escapa y vuela libre por las fronteras de los acantilados, besando el mar, recuperando el candor de las auroras, libre amante persistente de los amaneceres de Atacama.

Odisea libertaria - A Catalina de Los Ríos y Lisperguer

Odisea libertaria
A Catalina de Los Ríos y Lisperguer

Urgentemente
cruzo la plaza de San Pedro
para presentar mi expediente azul
reclamando por el oprobio
que manchó tu historia,
Doña Catalina de Los Ríos y Lisperguer

Para hacer sentir al Sumo Pontífice
la crueldad perversa de sus inquisidores
la calumnia ululante que cruzaba la Colonia
amedrentando, pervirtiendo, codiciando,
esclavizando indios, usando sus mujeres

Quiero decirle al Papa que fuiste su víctima,
perseguida pelirroja de orgullo empedernido,
y necesitas de él un mea culpa
Porque quisieron apropiarse de tus bienes
Descalificar tu impronta de mujer valiente
Sepultarte en un claustro, como a tantas

Pero tu látigo sacudió sus dientes de oro
Defendiendo lo tuyo, tu dignidad y tu albedrío
Evitando que la codicia forrada en hábitos e inciensos
se quedara con tus tierras
No podía permitirlo tu prestancia rebelde

Te acusaron de maldita
Que al propio Cristo de mayo habrías expulsado
Murmuraron por el barroso campo de Santiago
Sus dientes enrojecidos de odio te mordieron el alma
Acusada de malvada, devoradora de esclavos
Apenas humana, la Quintrala

Pero detrás de eso la ambición desbocada
La fiera camuflada vestía sus hábitos de muerte
Rastrera se escondía en los portalones
Estirando los cuerpos sin misericordia
Estampando la verdad en su cruenta historia

Impía te llamaron
Basura de tu honra hicieron
Hasta dejar establecidas en leyendas
las mil misas redentoras
que habrías ordenado para salvar tu alma

Indómita Catalina de los Ríos y Lisperguer,
el puente de la ira se rompió a tus espaldas
Has sido víctima desolada de la mentira oficial

Por eso cruzo la plaza de San Pedro
Los orines del cenáculo se arremolinan
recordando las voces del Santo Oficio,
las torturas disfrazadas de piadosa espiga

Llego al Papa somnoliento
El mismo que espera quinientos años para un perdón
apenas susurrado en el ángelus

Y le grito desde la plaza hasta el balcón de las palomas
Que sus mentiras ya no te alcanzan
Que la vida te rodea y que la luz de la justicia
abraza tu cabellera pelirroja

Y le exijo que te dejen volver a ser niña, Catalina,
Libre, independiente, rebelde,
conjura de mapuche y huinca
Levantada como una espada para atravesar al verdugo

Y queda en el cielo tu nombre, tu honra recuperas
Y la vida se cuela por tu historia hidalga
Sin que nadie ose tocar tus bienes
Sin que ningún obispo profite de tus tierras
Sin que ningún zángano inquisidor beba el vino libre de tus campos

Eres heroica Catalina de los Ríos,
la vida hoy te aplaude a la distancia
y queda embelesada por tu coraje

Con tu verdad en ristre,
luchando contra el sistema,
revolucionando la colonia,
sembrando semillas de libertad
en la noche corrupta
que vestida de muerte
quiso pisotear tu dignidad inclaudicable.

Valiente y decidida mujer
de laica estirpe,
tu historia corrijan los escribas

Que fluya la verdad como un puño
que sacude la bazofia
de esos sarcófagos blanqueados
que por cinco siglos mortificaron tu memoria.

Valparaíso, Comarca de los Poetas, 7 de abril de 2010

América, ya es tiempo

Hurguemos en tu historia
la savia literaria
Ya basta de abstenernos
en torpe autocensura
Rompamos etiquetas
busquemos la cordura

Si fue civilizado ser acero del hambre,
Políglota del genocidio,
master del absurdo,
saltimbanquis del odio
o marionetas…

¿Por qué, entonces, no remontar los Andes
y vociferar hastiados?

¡Dennos un siglo solo
de mayas resurrectos.
de incas persistentes,
de fuerza mapuche irreverente¡

!Dennos apenas un minuto¡
para libar en greda de Atacama
aquella ancestral promesa indiana…

Congreso de Panamá: Bolívar elocuente,
pero era madrugada

Matriarcado adolescente
de niña americana,
intentando ingenua y flaca
sentarse a la mesa veterana

Congreso de Panamá: Bolívar y su llama,
Pero era madrugada

Y fue el viento del norte
El que rasgó esperanzas

Mandaron emisarios
A sofocar su fragua
- peligroso emblema
eso de aunar las chacras -

Quisieron sepultarla:
usaron fratricidio los traficantes de armas
Tras tórridas alianzas corrió sangre mestiza
por desiertos, sierra y pampa

La moral del poder
fue crema utilitaria
que justificó doctrinas
y almas derramadas

Hubo de aprenderlo en fuego
la niña americana,
tras muchos avatares
la intuyo cabizbaja

América temprana,
hoy bebo de tu historia
que es fuerza renovada

¡Ya es tiempo de campanas!
¡Bolívar vive y clama
por sacudir tus llagas!

Mulata de Pueblo Hundido

Absorto en el penúltimo crepúsculo,
voy aspirando el aire marino,
pensando en la sal pegada a tu piel canela,
la que aprendí de memoria cuando te seguía
como un perro faldero
por los cabarets del muelle,

juntando mendrugos para comprarte una caricia, para tener derecho
a un remezón de tus caderas de artista,
olerte sudorosa, con lociones violetas,
para llegar como un adolescente
a la plaza de juegos,
a las sillas voladoras,
al éxtasis del vértigo.

En medio de un suspiro profundo
descendía de tus pechos aureolados
y quedaba desvencijado
con una mano en tu vientre,
deslizándome como en un tobogán
hacia el sueño relajado.

Al abrir los ojos ya no estabas,
como tampoco está hoy el sol
en el horizonte
y apenas una línea azul rosa
traza despedidas
y aplaude a la noche
que se asoma
con sus tules de juerga.

Así, como un soplo,
desapareciste de mi vista
y nunca más supe de ti,
errante ninfa de los campamentos,
laboriosa trabajadora sexual
de Pueblo Hundido.

En cada puesta de sol,
te buscan mis manos rasgadas
por la tierra cobriza
y es un fantasma tu cuerpo oloroso
a arenas y concheperlas.

Despedida

Despedida
Me queda media hora

para sumergirme en la laguna de tus ojos

media hora escasa

paupérrima

violenta

terminante

para musitar tras tu lágrima

que me alejo

Déjame un puñado de silencio

un abrazo anclado

al alma encarcelada

que te grabará

en secreto

Media hora apenas

para alzar mis huesos

de tu lecho

apartar mis raigambres

de tu cuerpo

y despertar del sueño

con el agua fría

con la camisa blanca

la corbata de seda

los zapatos lustrados

mis documentos

Media hora

que se escapa en el silencio

ni un te amo

ni un reproche

Parto inexorable

sin despedirme

Me queda media hora

Alcanza para un café

o un té con canela

Cuídate mucho

me conceden tus labios

la media hora se agota

raudo alcanzo mi valija

y sin poder mirarte

frunzo el ceño

beso tu mejilla

y un hasta pronto

mentiroso

rasga el aire

Una paloma

ensucia la vereda

y el golpe de la puerta

a mis espaldas

cancela el último minuto

El amor se esfuma

y un avión me espera.

Escribir desde la Felicidad

Yo me propuse escribir desde la felicidad y lo he logrado, ya sea en la poesía que se eleva en humanismo para resistir e inventar el día indispensable, en el nacimiento de mis hijos, en la pasión errante que besa las montañas donde se esconden gordas milenarias, en la pasión cotidiana que me liga a mi compañera, en su individualidad indómita y en esa capacidad de inventar futuros derrotando juntos a la muerte artera. No creí nunca en la impostación de artista, ni necesité estar ebrio o drogado para redescubrir el infinito, rompí paradigmas de pseudo bohemias y me levanté temprano para trabajar con ganas cada día, dejando espacios cuadriculados en el éter para las gotas poéticas que han enhebrado mis trabajos. Próximamente con más dedicación buscaré mayor difusión mediática a esa poesía escrita desde el emprendimiento y la doctrina del esfuerzo, es decir la felicidad.

Poemas desde mi barrio, América.

Miedo al Miedo

MIEDO AL MIEDO

El miedo es un gusano

carcomiendo.

Te deja silente y aislado

Te vuelve servil

Te desmantela



Se anuda

a tus ojos zigzagueantes

dejándote frío como hierro



Taladra tus cimientos

y te deja

funcional como jilguero desecado

Royendo tus páginas más nobles

Te impulsa a mentir continuamente



Te impide reir, ser solidario

Te bifurca

Es mortaja

Con que cubres tus disfraces

Sanguijuela en tu fe

Zombi sin credo

El miedo es un gusano

carcomiendo

Va doblegando tu esperanza

y como ostra taciturna

ya sólo te importa tu sosiego.

Mónica (Acróstico)

Mientras nacían los nardos inocentes
Oía tu voz pasar sonriente y así
Nacía mi amor, tímido y silente
Imaginé besarte entre mis sueños
Con pasión y fuego irreverente, pero
Apenas me animé a escribirte este ingenuo verso adolescente
07.12.1965

Querido...

Querido,

Mi odio no anda
con melodramas…
No es monólogo vaticinado de hembra postergada
No es ni declamado ni espurio.

Siento que lo llevo cual lentejuelas.
Túnica ajustada de lunares rojos
Carmín en mis labios entreabiertos.

Aros de ágata y cobre
elongando mis orejas
para escucharte siempre

Caracola monótona
reeditando por siglos
el engañoso mensaje de tu beso

Así es mi odio…
ciñe mis caderas con ritmos de salsa

Aprieta mis pezones con elevado vuelo
Levanta mis cabellos y se establece
en mi cuello
como incitante mordizco de felino

Mi odio se levanta muy temprano
Empuja catre abajo
mis valles y colinas
Los ordena en didáctica
pirámide de esperas

Luego, me viste con ajuares reprimidos…
me calza las bragas que adivinas,
Portaligas negro,
un suave tobogán de fantasías.

Y me lleva radiante
en el telúrico vibrar de los recuerdos
hasta tu acera, tu espacio, tu oficina.

A florecer en mi odio
con bolcheviques aprestos,
con cimitarras de fuego.

A lucir victoriosa mis perfumes de ocupación
A recibir tus miradas de deseo
como atribulado montepío
que cancelan tus ojos miserables.

Extendiendo hasta nuestra eternidad
los placeres que nunca más
tú y yo consumaremos.
_________________________________________
Autor Hernán Narbona Véliz, del libro Voz Prestada, Editorial Nueva Voz, 1989.

Buscándote

Con piedras redondas escribí sobre la arcilla
tu nombre rimaba mariposas
Escudriñé las mansiones de Neptuno
siguiendo tu rastro de luciérnaga

Te supe extraviada en las arenas
levantando jardines de contramano
Cautivaste a los colibríes con tu voz entonada
Alfombras de verdor rebelde tendiste en Atacama

Por fin, llegué a tu orilla
con las manos sedientas
esperando un remedo de amor
que sellara mis ojos con un beso

Difusa te encontré
hilando el huso de la primavera
entre cactus agradecidos
que cercaban tu aura, protegiéndote

He recuperado la vida
en este agitado correr tras de ti
atiborrado de frutas y vinos
para seducirte una vez más
como a una crédula doncella
de los atardeceres
de Caldera.

El Expediente olvidado

Hice antesala por un siglo…

Traía en mi carpeta concienzuda
la piedra filosofal del desatino

Cabían en mi epístola atrevida
la paciencia,
quince códigos,
mi soñar y un compromiso

La institución secaba mis nudillos
Sus estampillas me creyeron pergamino

Un burócrata de azul puso diez timbres
-de negras manguillas intuí la muerte-

Continué entre espectros sigilosos
aspirando a exhibir mi pedimento,
pero un morado número en la frente
me remitió a la suerte de expediente

Me colgaron en plomo subterráneo,
broté en idearios encrespados
Maduré doblado y amarillo,
mas nadie leyó mis argumentos

Conocí la alacena de las ratas,
tirité mordida mi gran carta
Me encogí reseco como paja
mientras se hacía añicos la esperanza

Hice antesala por un siglo…

La ilusión se llenó de telarañas
Cuando quise gritarles mi proyecto
la voz tenía clausurada

Hice antesala por un siglo…
Equivoqué mis pisadas
En vez de sumarme a los miles
me trasnoché en burocracias

Y una oficina de partes
después de esperar un siglo
archivó mi atrevimiento
de reclamar suelo patrio.

Nuevamente

Nuevamente...

En minúsculos recuadros te dejo
mi sombra de árbol viejo,

sin las ilusiones de entonces,

sin la fuerza para alzarte cual bandera,

pero añoso y sabio para desear de ti esa suave calma de vida plena.

Adiós a Mercedes Sosa

Mercedes,

Tu canto rompió las mazmorras del espanto
enclavada rosa americana, prólogo de la libertad
acequia andina, resistencia celeste

Viniste con el viento, clandestina, poderosa,
Negra querida de los cañaverales
subimos por tu voz de alondras a vivir la epopeya de Alfonsina

Lloramos remecidos por tu ronda, esfumaste la pena, todo cambia
te empinaste liviana en tu galaxia, planeta rebelde

Desde la Argentina trizada por la muerte, flamearon tus pañuelos
Cantora de los mates, fulgurante mariposa de la selva tucumana,

Te vas con Violeta en dúo de amapolas,
Gracias a la Vida, Gracias a la Vida, tú nos diste tanto

Mercedes ve tranquila,
el Padre bailará con tu voz estremecida
y nosotros quedaremos aplaudiendo, aplaudiendo, agradecidos.

Secreto

En fugaz e inocente micropausa
mis hilos de audacia te incautaron.
Un café nos excusó con piel de trópico
hasta quebrar los hielos inventados.

Recreando sensaciones de novatos,
un “me gustás” deslicé en la servilleta
y como encaje amistoso lo guardaste
entre eruditos textos de Política.

Esas Ciencias Políticas constantes
se tiñeron de soplo celestino,
orientando tras largos aspavientos
los mástiles atrevidos del romance.

Cochabamba tuvo dejos de guerrilla.
El Pacífico auguró cooperaciones.
Lima nos cantó del mestizaje.
Palermo nos guiñó su alojamiento.

Mientras de Morgenthau
la moral del poder memorizábamos,
nuestro poder la moral iba flanqueando
en conquista de clandestino espacio.

Desplegamos la piel como un teorema,
planisferio sensual, descubrimiento,
plagios de entregas, dos insensatos,
con dos silencios marcando el paso.

Lúdica tregua, qué gran examen
el que rendimos entrelazados.
Diálogo franco que atesoramos
en cada beso que nos brindamos.

Hasta que pronto, disimulados,
cautos cientistas de grueso marco,
fuimos pañuelos que se estamparon
desde Retiro hasta mis patios.

Pétreas mejillas del Aconcagua
fueron vasijas de confidencia
y la misma nieve, escrupulosa,
tendió amnistías a mi conciencia.

Así, extraviado, quedó el secreto.
Ni puritanos ni desalmados,
sólo un maduro trepar de vides
en reincidencias adolescentes.

http://poetahnv.blogspot.com
http://periodismohnv.blogspot.com
En mi poesía el amor, la libertad,las utopías, han sido ejes temáticos. Escribo desde la felicidad y abrazo las causas del humanismo universal, sin apellidos.