Niño extraviado en su noche
Negrura que se apodera de su pecho
que palpita cabalgando arriba y abajo
por la selva de sus pensamientos
que no se aclara como la chispa de luz
que enceguece su firmamento.
Atmosfera que lo ahoga y arrastra
con ansiedad de desasosiego
no puede liberarse de su congoja
no logra despojarse de sus miedos
Obscuridad que nubla su destello
resplandor asustadizo que aflora
al chiquillo olvidado y perdido
criatura amada mía
Buscándote no te encuentro
contemplándome no me ves
pidiera a tus nocturnas sombras
que me permitieran hallarte otra vez.
AUSENTE
Retumbo que taladra mis tímpanos
como si fuera a reventar en miles de retazos
el eco de mis remotos pensamientos
Concepciones que se adhieren a la escarlata tapia
de su musculoso eje
que no palpita
que se dilata y contrae
Percibo mi esencia elevarse
para aferrarse a su desvalido aliento
que me absorbe
que me impregna
Como el ocaso que ensombrece al crepúsculo
abandonándolo sin dejarlo
Libero mi conciencia
renuncio a tu voluntad
tu fin me conlleva
a vivir mí destierro
FALSEDAD DISFRAZADA
Te percibo pero no te descubro
en la obscuridad transitoria que envuelve mi mirada
cuando me dejo llevar por el suspiro de la voluntad
al rememorarte en mí meditado desierto.
Lugar que me transporta fugazmente
al pasado venerado e incierto
que no me deja avanzar y al exacto tiempo
me impulsa hacia el futuro desconocido
Porvenir ignorado que me invita a esculpir
como tallista de la vida las ansias sumergidas
y dejarme traspasar por la torrente del desamor
para finalmente comprender la liberación de tu realidad.
Aún
Todavía conservo en mi memoria de niña
las cartas que me enviabas
y aquel disco que cantaba canciones
como poema a mis oídos.
En aquel tiempo no te percibía
no te tenía presente
aunque sabía que estabas en aquel lugar
donde querías ser encontrada.
Espacio tuyo queriendo ser compartido
por las almas amadas
entes veneradas
que se alejaron bonitamente
para después hallarte
En aquel momento no te conocía
Pero comprendía que te iba a reconocer
cuando escuchara la sabida melodiosa armonía
de tus palabras.
Te Respiro
Te respiro
Mis pulmones henchidos respiran tu olor a través de la distancia
aroma a verde pino, a pasto recién cortado, a hierba mojada.
Te huelo y evoco tu imagen ya borrosa
en el manantial de aguas solitarias
tu rostro se desliza, se desborda.
Inhalo tu bálsamo embriagante que me domina y destierra
de la imaginaria tranquilidad que ingenuamente poseía.
Te respiro y te vuelvo a respirar
entras en mi cuerpo circulando mis fosas nasales
traspasando mi alma sombría
alcanzando mi organismo ermitaño anhelante de ti.