EPISODIOS LEGIBLES
V
Sobre la epidermis viva de los árboles,
talladas...
profundas las letras.
Símbolos universales les adornan:
Flechas, corazones...
Ayuda de memoria
para el transeúnte que se olvidó de amar
y para el que ama todos los días.
VI
Escondí mi envejecido cuaderno
bajo mullida almohada
y así, por osmosis,
transformar mi mente...
y ella, me transforme en intelectual
para pensar y hablar inteligentemente
hasta la eternidad.
VII
Después de largo viaje
sílabas se desmontaron de palabras
y se pusieron a descansar;
se formaron como soldados del mejor ejército
y una a una fueron enumerándose
para después ensayar
las mejores poesías
y cantos de la cultura universal.
Había uniformes cargados de condecoraciones,
también vi otros sencillos, de batalla.
Los más utilizados eran estos últimos.
VIII
Antes de rezar me interioricé de las ciencias,
aprendí teoremas y principios por montones
que me llevaron a hurguetear la historia
y posteriormente ensayar...
repetir miles de veces
las mejores oraciones
y letanías de la humanidad:
Ama, ama, ama... Lee, lee, lee...
EPISODIOS LEGIBLES (xx)
A veces me di tiempo para rezar...
ensayé poses, creé el mejor ambiente,
llegué a mi sensibilidad...
reconocí mis errores que cubren mi cuerpo,
vi también temores que día por medio siento:
la vejez, la muerte, el destino...
también he encendido muchas velas
para ayudar en lo que pueda
a alumbrar el mundo,
acercando los candelabros a las bibliotecas.
Quise ser el mejor,
pero no pude.
No pierdo la esperanza... tal vez,
cuando caigan más hojas con leyendas que convenzan
o cuando asfixien mi vista las consecuencias...
PALABRAS
Palabras, alegres y tristes palabras...
nacen, abundan, fluyen al instante.
Son las emociones que cantan
o sólo la rutina que habla.
Qué bello suena decir al oído
aquéllas que siempre deleitan:
Ayuda, amor, cuidado…
Sentir en lo íntimo su significado.
Hermosos sonidos que brotan susurrantes,
grafías que se plasman inmortales
trayendo consuelo al dolorido
o compañía al que medita en el asilo.
Cuando dulces se presentan
o al ser agresivas en ofensas,
ellas perduran en el tiempo,
grabadas, como placer o aturdimiento.
Que agradable se ven vestidas de melodías
de aquella canción romántica o divertida,
en los versos del poeta ilusionado,
o en la voz del que clama justicia o amparo.
Libertad, juventud, naturaleza… palabras,
frágiles palabras de riqueza universal
resuenan como ecos de milenarias recetas
conformando preciosos racimos de letras.
NOCHE EN VELA (FRAGMENTO)
“Mis padres eran mi mejor compañía siempre, en todo momento; sólo me ausentaba cuando tenía que ir a estudiar, o ellos las escasas veces que no los pude acompañar, como esta vez, al momento de hacer el obligado viaje al pueblo. Los lazos que se producen en la infancia con la familia son únicos. Los más importantes seres desde la más temprana edad son los padres, llegando a ser nuestro complemento; sus manos son la extensión de las nuestras; así mismo, nuestros gestos, palabras, sentimientos, extensiones de los suyos. Vivimos en ellos y ellos en nosotros. Mis temores me hicieron meditar tantas cosas, como que había comenzado a madurar prematuramente. Aprecié sus risas, consejos y también sus regaños que más de las veces me los merecía. Observé mi cuarto, vi algunas antiguas fotografías que mamá había puesto para que me hicieran compañía: la de papá cuando era joven y estaba trabajando en el huerto, la de mamá, tomada en el pueblo cuando era muy menor. Aproveché de contemplarlas, de verlas por primera vez de manera detallada; los ojos de ambos me miraban alegremente dándome su mejor compañía, esculpieron mi alma de ternura, haciéndome sentir el ser más feliz por tenerlos. Sentí la tibieza de sus palabras que anidaron en mis sentidos, descubriendo en cada uno de ellos la verdadera fuente de amor y con las que de manera inagotable siempre he contado. Contemplé, además, algunas imágenes religiosas que eran parte del decorado, influido por las costumbres de mamá. Cada uno de estos retratos tenía una historia que más de una vez me había narrado, especialmente cuando me acompañaba a dormir. Las miré una a una, recordando hasta los más mínimos detalles de la vida de aquellos santos personajes, todos seres buenos de los que estaba rodeado en esta solitaria noche –me convencía– y estaba agradecido de contar con tan selecta compañía.”
SINFONÍA
Música, endulzas los oídos,
acaricias el alma,
atrapas con tu sinfonía...
Eres dulce compañía...
Llegas con tus melodías envolventes
que atrapan todos nuestros sentidos.
Música, mágico sonido
eres sin duda la reina de las artes
y posiblemente la más brillante.
Llegas al oído como un remedio natural
que nuestro espíritu desea escuchar
y con sólo siete notas debes armonizar
todos los sonidos de cualquier lugar.
Vives en la melodía de los ríos al pasar,
en el roce de las hojas del follaje
o en el suspiro del viento al clamar.
Estás el los sonidos del oleaje de la mar,
en las melodías de las aves al cantar,
en el zumbido de los cálidos desiertos
o en el retumbar del hielo polar.
Susurro, melodía, canto... sinfonía;
eres música del firmamento celestial
que caes con la lluvia del sur y la boreal
inundando nuestros pueblos y comarcas,
al pasar.
Música, mágico sonido,
endulzas los oídos,
acaricias el alma,
abrigas con tu melodía...
Eres dulce compañía...
DO, RE, MI, FA, SOL, LA , SI ...
Eres MúSIca LAureada
con tu REtórico soniDO
y de FAstuosa SOLemnidad...
¡ MItica ...!
¡ Viva la música !
AGRADABLES VISITAS
Hoy tocaron a mi puerta las palabras,
venían contentas, alegres a verme...
les dije que eran bienvenidas.
Eran tantas que tuve que abrir mis ventanas
para que pudieran entrar prontamente.
Venían alegres como dije;
pero algunas venían tristes...
que fueron las últimas en entrar.
¡Me gustan las palabras!
Las alegres y también las tristes.
Las alegres para hacerme feliz,
haciéndome reír a carcajadas
y remedio para mi alma.
Las tristes, un mal necesario,
porque son sinceras, justas y verdaderas.
Jugué con ellas hasta más de la madrugada...
formé bellas oraciones que me dictaba
el alma;
hice hermosos castillos con ellas,
cree puzzles, adivinanzas, poemas y misivas.
(¡Son fantásticas las palabras!
ellas nos permiten,
con su generosidad, conocer el mundo,
Durante las horas que pasamos juntos
fraguamos una gran amistad, la que estoy seguro,
para siempre perdurará.
Ellas me regalaron mensajes de afección;
yo les respondí con recados extravagantes,
cargados de confusión
con el propósito de que ocuparan
más minutos en descifrar
los contenidos de mis textos
y poder yo permanecer
el mayor de los tiempos con ellas.
... ya hacía muchas horas que había entrado
el sol por las ventanas... ellas se fueron
de mi casa a media mañana.
Pero al momento de irse
un regalo me obsequiaron:
unas hermosas fotografías de ellas,
que juntas en un libro
formaron un diccionario.
expresar todo lo que queramos
en segundos...)
PIES DESCALZOS
Quiero que me saques los zapatos
para así de verdad caminar
por todos los relieves terrestres
que comienzan a orillas del mar.
Sentir la sensación de la arena
cuando la aplana el viento en el mar,
sentir la tibieza de sus granos
cuando el sol los comienza a dorar.
Grato percibiré los guijarros
que voy a encontrar al andar,
sentir el cosquilleo festivo
bajo mis dos plantas al pisar.
Dormiré en las noches caminando
y así, caminando descansar
para no perder el tiempo escaso
que la vida me va a regalar.
Amasaré el barro humedecido
que enloda la senda al lloviznar,
mis fríos pies marcarán sus huellas
que el calor del sol no va a borrar.
Mis pies después de tantas andanzas
se suavizarán al empolvar
sus asperezas con suave tierra
que en tiempo estival van a tocar.
De azul también se pondrán los dos
cuando pisen la escarcha polar,
la nieve de las grandes montañas
y el suelo cristal al granizar.
Pisarán el tapizado césped
que las praderas han de verdear
y aquellas olorosas hierbas
les perfumarán siempre al pasar.
Irán muy cómodos por la landa
ya que el río los va a refrescar;
también se esforzarán en laderas
porque se cansarán al trepar.
Quítame pronto mis dos zapatos,
deseo yo descalzo caminar
porque mis desesperados pies
el suelo urgente quieren palpar...
NO HAY TRABAJO FÁCIL
Todos los trabajos son difíciles de desarrollar.
No hay trabajo fácil,
todos necesitan de nuestra constancia,
esfuerzo y dedicación.
Desde muy temprano hay que entregarse,
a veces, a sus no muy gentiles brazos
que te exigen a cada minuto
perseverancia... concentración.
Todo trabajo no es fácil de desarrollar
necesitan de la preparación y de la experiencia:
¿Cómo labrar los campos para que den
sus mejores frutos?
¿Cómo lanzar las redes a las aguas
para tener abundante pesca?
¿Cómo cocinar los alimentos
para que se disfruten mejor?
¿Cómo cavar los cerros para extraer
el escondido mineral?
Son difíciles todos los trabajos
que debemos desarrollar.
(Nada llega gratis a nuestro hogar).
Se necesita de la dedicación y de la entrega
para su labor:
Cumplir a cabalidad con nuestra misión,
la que deberemos entregar
hasta casi el final de nuestra vida...
Con responsabilidad y vocación.
A la distancia se ven más fáciles
los trabajos de los demás...
¿Será porque se desconocen
y eso hace que se subvaloren por su labor?
Cuando los conocemos de cerca
o nos corresponde realizarlos,
cambiamos de inmediato de opinión
porque no hay trabajos fáciles,
todos son difíciles de desarrollar
necesitan de tu esfuerzo,
y de tu dedicación
para que de este modo...
cumplas con tu misión.
MEDITAR PROFUNDO
Acomodo apuntes que están en mi memoria,
los borro, corrijo uno a uno para que se lean bien.
Ensayo su lectura en voz alta, los vuelvo a corregir.
No suenan bien. Rehago distintas páginas
hasta alcanzar la perfección: retratar en plenitud la vida
y cada una de sus vivencias.
Luego, bajo el brazo, me voy con todos ellos
a los lugares más desolados de la tierra,
los grito a viva voz, pronunciándolos a la perfección,
utilizando mi mejor prosodia,
digo una a una palabras que lo conforman.
Mi lúcida mente modifica los últimos errores,
los hacían parecer vagos, imprecisos.
Mi vista se eleva sobre las más altas montañas,
diviso a lo lejos, en tenuidad, comarcas desvanecidas;
auxilio mis primeras lágrimas: precipitan tristes.
No. Las palabras tantas veces ensayadas, corregidas,
ni una de ellas sirve para consolar lo melancólico
que repentinamente ha nacido: el baño de pena.
Bajo el interminable pasar de nubarrones
alzo mis manos a cimas escarpadas de silencio,
y medito continuos mensajes de sabiduría que algún día,
en algún lugar aprendí de memoria...
despierto en otro momento, en otro estado.
Me obligo a corregir nuevamente... tantas veces modificado
y otras tantas que los ensayo.
Mi cuerpo transformado otra vez de imperfecciones,
superado nuevamente por lo absoluto,
decaigo en mares de depresión... errante vivo,
y en el ocaso, la invitación sin límite,
me saca moribundo a renacer de la nada.
Peregrino por laderas inclinadas,
tropiezo con tempestades áridas que nublan mi vista,
haciéndome afirmar en gélidas granizadas
para así retomar la verdadera ruta.
Aguardo amaneceres púrpuras, azafranes
que me deslicen sin dificultades
y mi vista recoja la sabiduría diseminada a cada paso,
en cada meditación.
Quiero dormir oculto en lo invisible,
percibir aromas irradiadas de virtud,
sumergirme en lagos donde habita la verdad,
escuchar los perfectos sonidos del alma...
añoro el pasado que se fue, ése, el que jamás volverá.
Y en el más extraño sueño que me envuelve,
caen abruptas mis manos,
el peso de mi cabeza no soporta ni el más mínimo razonar.
Aún así, lucubro en el más absoluto silencio, en la máxima soledad...
El tiempo no existe, el espacio es otro,
distinto al que alguna vez experimenté.
Muero y revivo a la vez.
Tomo de nuevo mis ajados apuntes:
los leo y los releo... ahora suenan bien y son perfectos,
los repaso y me los llevo bajo el brazo
a pregonarlos a otras latitudes.
FRAGANCIA
Cuando yo esté muerto
quiero que me cubras
con tu buen perfume,
lo quiero en mi tumba.
Quiero yo llevarte
para siempre a ti
debes tú cuidarme
solamente a mí.
Cuando esté dormido
la fragancia tuya
me despertará,
porque no se esfuma.
Besaré tu aroma,
te recordaré
nuestra vida juntos
en un dos por tres.
Vuestro olor tan grato
trae a mi memoria
aquellos momentos
que ya son historia.
Pero están tan vivos,
vivos de verdad.
No me siento triste
ni con soledad.