Juana Borrero

Poemas, frases y mensajes de Juana Borrero

Selección de poemas, frases y mensajes mais populares de Juana Borrero

Nacimiento:18 de mayo de 1877
La Habana, Cuba

Fallecimiento: 9 de marzo de 1896 (18 años)
Cayo Hueso, Florida, Estados Unidos

Apolo

Marmóreo, altivo, refulgente y bello,
corona de su rostro la dulzura,
cayendo en torno de su frente pura
en ondulados rizos sus cabellos.

Al enlazar mis brazos a su cuello
y al estrechar su espléndida hermosura,
anhelante de dicha y de ventura
la blanca frente con mis labios sello.

Contra su pecho inmóvil, apretada
adoré su belleza indiferente,
y al quererla animar, desesperada,

llevada por mi amante desvarío,
dejé mil besos de ternura ardiente
allí apagados sobre el mármol frío.

Crepuscular

Todo es quietud y paz... En la penumbra
se respira el olor de los jazmines,
y, más allá, sobre el cristal del río
se escucha el aleteo de los cisnes

que, como grupo de nevadas flores,
resbalan por la tersa superficie.
Los oscuros murciélagos resurgen
de sus mil ignorados escondites,

y vueltas mil, y caprichosos giros
por la tranquila atmósfera describen;
o vuelan luego rastreando el suelo,

rozando apenas con sus alas grises
del agrio cardo el amarillo pétalo,
de humilde malva la corola virgen.

Reve

Su voz debe ser dulce y persuasiva
y soñadora y triste su mirada...
debe tener la frente pensativa
por un halo de ensueños circundada.

Su alma genial, cual pálida cautiva
de un astro esplendoroso desterrada,
sueña con una nube fugitiva
y con el traje de crespón de un hada.

Cuando la ronda azul de los delirios
disipa sus nostálgicos martirios
borrando del pesar la obscura huella,

él se acuerda en la noche silenciosa
de aquella virgencita misteriosa
que dejó abandonada en una estrella.

medieval

Junto a la negra mole de la muralla altiva
que alumbran las estrellas con tenue luz de plata
el trovador insomne de frente pensativa
preludia conmovido la triste serenata.

El aura de la noche voluble y fugitiva,
besa los largos pliegues del manto de escarlata,
y extiende la armoniosa cadencia persuasiva
que el plácido reposo perturba de la ingrata.

Al pie del alto foso destácase la airosa
romántica figura del rubio menestrello,
que al agitar la mano sobre el cordaje de oro

entristecido, exhala su queja dolorosa
en la cadencia rítmica del dulce ritornello,
y en sus mejillas siente que se desborda el lloro.

Dime siempre la verdad

Dime siempre la verdad
mi tálamo carmesí
irónico colibrí
no te quedes a mitad
no calles y anuncia aquí...
De la vida y del silbido
que hoy se reviste el sarmiento
del extremo monumento
con suspiro oscurecido
contra el lento crecimiento.

Mar y calma van unidas
allí en medio del salón
con una conversación
alegre acompaña vidas
y convierte en ligazón.
Que desde el viaje abrumado
se diluye la porfía
con ese bonito día
y así es hallado en el prado
un vaso de leche fría.

José Pómez

Dime siempre la verdad
http://pomez.net

Íntima

¿Quieres sondear la noche de mi espíritu?
Allá en el fondo oscuro de mi alma
hay un lugar donde jamás penetra
la clara luz del sol de la esperanza.
¡Pero no me preguntes lo que duerme
bajo el sudario de la sombra muda...
detente allí junto al abismo, y llora
como se llora al borde de las tumbas!

Vespertino

Hacia el ocaso fúlgido titila
el temblador lucero vespertino,
y a lo lejos, se escucha del camino
el eco vago de lejana esquila.

Como escuadrón de caprichosa fila
nubecillas de tono purpurino
se desvellonan en celaje fino,
etérea gasa, que disuelta oscila.

El rayo débil que las nubes dora,
lentamente se extingue, agonizante,
sus fulgores lanzando postrimeros;

y la noche se apresta vencedora
a desceñir sobre el cenit triunfante
su soberbia diadema de luceros.

Última rima

Yo he soñado en mis lúgubres noches,
en mis noches tristes de penas y lágrimas,
con un beso de amor imposible
sin sed y sin fuego, sin fiebre y sin ansias.

Yo no quiero el deleite que enerva,
el deleite jadeante que abrasa,
y me causan hastío infinito
los labios sensuales que besan y manchan.

¡Oh, mi amado!, ¡mi amado imposible!
Mi novio soñado de dulce mirada,
cuando tú con tus labios me beses
bésame sin fuego, sin fiebre y sin ansias.

Dame el beso soñado en mis noches,
en mis noches tristes de penas y lágrimas,
que me deje una estrella en los labios
y un tenue perfume de nardo en el alma.

Las hijas de Ran

Envueltas entre espumas diamantinas
que salpican sus cuerpos sonrosados,
por los rayos del sol iluminados,
surgen del mar en grupo las ondinas.

Cubriendo sus espaldas peregrinas
descienden los cabellos destrenzados,
y al rumor de las olas van mezclados
los ecos de sus risas argentinas.

Así viven contentas y dichosas
entre el cielo y el mar, regocijadas,
ignorando tal vez que son hermosas,

Y que las olas, entre sí rivales,
se entrechocan, de espuma coronadas,
por estrechar sus formas virginales.