Yo no pedí espadas en las manos yo sólo pedí unas manos puras, sin anillos ni relojes cansados de las horas, yo pedí unas manos perfumadas y solas: unas manos para mis manos que se juntan en silencio manos que arañan de la tierra su sustento y que dieron origen a la noria manos que se derraman en las hojas que lavan unas ollas y que estrechan dilegentes a las negras , las amarillas y las rojas
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Poeta
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