Cartas :  Tierra mía
No se tierra mía como es que dedico más tiempo a las grises paredes y a las luces artificiales que a los árboles, al aire o al sol, no sé porque me pierdo frente a una pantalla que ofrece no más que ilusión y dejo a un lado el verde césped que crece en los parques o el perfume distinto y fresco de las flores, no sé porque me alejo de tus suaves caricias y el misterio que se aun guardas para solo aquellos que han comprendió que la vida no se rige de riquezas o poder.
Tierra mía, extraño tus ríos, su sonido y su maravillosa habilidad de fluir, extraño admirarme de tus montañas imponentes llenas de vida, tan libres de la mediocre sociedad, extraño también escuchar el canto de los pájaros por la mañana y verlos volar de arriba abajo, solos, acompañados, sin rumbo, viviendo…
Tierra mía, se tan poco de ti, pues mi pueblo me hablo solo mentiras, y no me enseñó a amarte ni a respetarte, y me duele que la enseñanza siga siendo la misma para tus nuevas generaciones, estamos corrompidos, y cada vez somos menos humanos, tierra nuestra, no nos perdones.
Poeta

Cartas :  2:22
He visto mil fotos tuyas, y ninguna ha podido cautivar tu esencia, los segundos qué me dedicas, tus miradas discretas entre la línea delgada del cristal y la sonrisa que viene detrás cuando eres descubierta. Tu cabello desordenado y tú escote perfecto que me invita a probar cada vez un poco más de tu presencia. Tu falta de realidad y exceso de pensamiento, tu mirada, tu mirada acompañada de esa sonrisa, un rayo necesario de luz tan distinta. Tu manera de vestir y como en mis fantasías te desnudo, y tú suspirando por primera vez en tu vida, solo volteas la cara para cubrir con tus manos y tú despeinado cabello aquella sonrisa que prohíbes tan constantemente, tu miedo a expresar lo que el corazón dicta. Tu, mi musa, tan fugaz, tan casi perfecta, tan hermosa, tan tu.
Poeta

Cartas :  Carta
Te imagino, te imagino con poca ropa, aunque no me importaría imaginarte con tu atuendo casual, esos shorts pequeños que muestran tus largas piernas y tus pechos libres cubiertos solo por esa blusa blanca de tirantes que te hace ver perfecta. Te imagino sonriendo, llenándome de pequeños besos que son como destellos de energía, te imagino con esa mirada tan tuya llena de emoción, tan llena de ternura que me hace no perder esta sonrisa. Te imagino, te imagino con poca ropa, aunque no me importaría imaginarte sin ella, tan radiante, con el mapa de tantas constelaciones de los pequeños lunares adornando tu piel, y esa pequeña luna solitaria justo en tu pecho izquierdo. Te imagino recostada sobre mi pecho como aquella vez en que jugamos a ganarle al tiempo, y el camino de regreso a casa fue un sinfín de despedidas, que se convirtieron en nostalgia que aun hasta el día de hoy me llenan de alegría el corazón. Te imagino, te recuerdo no a todo momento, pero si cada día!
Poeta

Crónicas :  Viento - Para ustedes
No necesitaba de alguna razón, yo estaba seguro de lo que sentía y eso me mantuvo con la creencia de que desde un inicio el paraíso se había hecho solo para los dos, me olvide de todo lo que alguna vez amenazo mi mundo, y seguí adelante, caminando a su lado, con la certeza de que siempre seria así.

Solíamos pasear por las tardes, justo en el momento en que el sol estaba por ocultarse, impregnando de un hermoso tono anaranjado a las nubes que viajaban sobre nosotros, no podría explicar el sentimiento que me causaba el verla pasear junto a mí, con la mirada puesta en los árboles, en la tierra, en el cielo. Siempre disfrute los momentos en que ella se fundía con la naturaleza, incluso cuando soltaba mi mano para salir corriendo lejos, sonriendo ante la libertad que encontraba al flotar entre la brisa; me llenaba el corazón verla volar, deteniéndose para acariciar las tantas flores que ahí crecían, me llenaba verla siendo libre siendo solo ella junto al viento. La veía a lo lejos y ella me veía a mí con esa sonrisa que me invitaba a levantar el vuelo, para disfrutar del paraíso que se había hecho solo para nosotros.

Al caer la noche las estrellas nos mostraban el camino de regreso, y el viaje siempre parecía eterno, justo hasta el momento en que nos encontrábamos frente a su casa, una vez ahí ella me abrazaba fuerte y caminaba hacia atrás para no perderme de vista, lanzando besos y sonrisas hasta el momento en que desaparecía tras la puerta.

Yo sonreía y rescataba del aire aquellos besos que aún quedaban suspendidos en el aire a través del camino, me gustaba imaginar que pronto no tendríamos la necesidad de separarnos, y buscaba en el cielo cualquier estrella que estuviera dispuesta a concederme quizá el deseo más grande de toda mi vida, caminaba despacio disfrutando del viento, el mismo que hacía que ella fuera tan feliz, el mismo que en un futuro habría de ser testigo del amor tan grande que sentía por ella, el mismo que me acompañaba siempre que por pensar en ella prefería no dormir.
Poeta

Crónicas :  Distancia – Para ustedes
Por un tiempo nos fue imposible vernos, y las opciones se reducían cada vez más, limitándonos a pláticas sencillas y de poca duración a través del teléfono, fue difícil, pero jamás deje de esperar con ansia un mensaje suyo, ni deje de alegrarme al recibir alguno. “Te quiero”, me dijo por primera vez a través de un mensaje, y la distancia que nos separaba en ese momento se esfumo, la sentí tan cerca que casi pude saciar mis ganas de abrazarla, me deje caer sobre la cama y volé, volé alto, dejando atrás el miedo que hasta ese día había guardado en mi corazón.

Desperté ilusionado, con la esperanza de que la distancia desapareciera de la misma manera en que aquel “Te quiero” había hecho desaparecer los miedos que me habían cegado tiempo atrás, desperté y vi todo de una manera diferente, mágica, casi perfecta, mostrándome cada amanecer un rayo de luz distinto, donde el tiempo y la distancia me hicieron quererla y extrañarla cada vez más.

Las noches sin su sonrisa al principio fueron imposibles, pero aprendí a admirarla con paciencia en los momentos en que lográbamos estar juntos, tomando con mis manos la fotografía perfecta, grabando en mi mente cada uno de sus lunares, sus ojos eternos, y su perfecta sonrisa, que me entregaba la inspiración y la calma que me hacían ver una luz distinta en cada despertar.
Poeta

Crónicas :  Tiempo, cigarros y café – Para ustedes
Este no era un sentir diferente, en el pasado de igual manera mi corazón había estallado al encontrase frente a las mujeres que llegue a considerar perfectas, pero que con el tiempo su luz se volvía opaca y todo se perdía en una rutina sin sabor. Conocía el camino, o creía conocerlo, y me llene de tristeza al imaginar que correríamos con la misma suerte, viéndonos caer, sin poder… sin querer hacer algo para salvarnos.

El tiempo pasaba y contra mis miedos decidí seguir adelante, dándome la oportunidad por primera vez de confiar en mi mismo y en el cariño que hasta el momento tenia hacia ella. La invite a seguir descubriendo pequeños detalles y  acepto de inmediato, sin terminar de escuchar lo que tenia que decir, sin enterarse de todo lo que había detrás de mi sonrisa nerviosa; entonces la abrace, y ella mordió mi brazo y comenzó a reír, sanando después con pequeños besos su arrebato de locura robándose cada palabra de mi boca, dejando solo en mi una sonrisa y la sensación de tranquilidad que tanto buscaba desde hacia mucho tiempo.

Ella disfrutaba cada cigarrillo, cada taza de café, sin temor al tiempo cerraba sus ojos un momento y sonreía, me miraba y sus ojos se iluminaban al mismo tiempo que mi corazón se veía encendido por una llama que juraba ser eterna. Me gustaba perderme en los pequeños lunares que tenia en su cuello, me gustaba embriagarme con su voz mientras me contaba sobre el universo, me gustaban tomar su mano y simular el humo del cigarro con suaves movimientos, me gustaba ella y el tiempo que pasábamos juntos disfrutando de los pequeños detalles.  
Poeta

Poemas :  El arte en el abandono
Qué manera tan hermosa de perderte,
creyendo yo, que conmigo serias feliz,
lo nuestro se fue quedando atrás,
en la nostalgia de un nuevo amor,
y todo cayó sobre los dos, sin que pudiéramos correr,salvar un poco de lo mucho que construimos,y aunque traté de buscarte bajo tantos recuerdos,simplemente acepte que te habías ido,simplemente te llore, porque en verdad te quise,y pensé que conmigo serias feliz,y ante tal desastre, yo fui el único afectado,el único que quedó atrapado,pero fue demasiado tarde para darme cuenta,tú ya te habías ido, tú ya me habías dejado,pero fue hermoso, una pintura, una fotografía, una escultura,manera tan tuya de hacerme creer que conmigo serias feliz…
manera tan hermosa de romperme el corazón.
Poeta

Crónicas :  Lo mucho que había en ella- para ustedes
En verdad había mucho en ella, en su casi eterna sonrisa, en cada uno de sus pasos, en su largo y obscuro cabello que solía ocupar casi toda la cama cuando decidíamos no dormir.
Había mucho en ella, en sus besos suaves, siempre al ritmo de su música, un blues distinto, improvisado, que recorría mi cuerpo lentamente, dejando la sola sensación de pertenecerle
en ese momento y para siempre.
En esos días no había nada que comprender, todo se resumía en abandonarse a la silueta de su cuerpo, dibujada por una tenue luz amarilla de una pequeña lámpara que años atrás había hecho para ella. Había mucho en ella, y en el rítmico latir de su corazón, su piel cálida después de hacer el amor, las incontables y saladas gotas de sudor que la cubrían y su perfecta costumbre de recostarse sobre mi pecho.
Por la mañana me contaba historias de su infancia y el tiempo se iba volando mientras la veía recordar esos años, donde había algo de magia, algo de realidad, y sin duda una gratitud a la vida que jamás había conocido en una persona.
Después de eso, la guerra comenzaba, era ella y la cama contra mí, volaban las almohadas y las sabanas se volvían redes que nos atrapaban constantemente, entre risas y gritos siempre yo era el primero en solicitar apoyo de los peluches que colocaba en la esquina de la habitación que servían como fieles soldados kamikazes rellenos de algodón. Cuando la batalla terminaba, encendíamos un cigarro, y curábamos nuestras heridas de guerra con besos y risas, de esas que te hacen recordar que al final de cuentas la realidad también puede ser buena de vez en cuando.
El desayuno se servía en el patio, rodeados de las variadas plantas que ella cuidaba con tanto esmero, amaba verla sonreírle a los girasoles, y se me llenaba la mirada de ternura, cuando acariciaba los pétalos de los narcisos al extender los brazos, recuerdo la ocasión en que lloro al ver que una orquídea no tolero el clima extremo y se marchito, todo fue luto por unos días, después lleno los espacios vacíos con claveles y todo tomo una vista tan hermosa que no he vuelto a ver algo igual.
Había mucho en ella, y en esa serenidad suya en tiempos de crisis que me causaba una sensación que se parecía más al miedo que cualquier otro sentimiento, mas, no perdía la oportunidad de recordarme que estaba ahí y lo seguiría estando, siendo algo que aun hasta estos días le sigo agradeciendo.
Poeta

Crónicas :  Un Anillo Viejo - Para ti
Siempre recuerdo que la mejor manera de hacerte sonreír era con algún postre improvisado, descubrir ese secreto tuyo me salvó de un sin fin de batallas pérdidas y noches solitarias en el sofá, recuerdo bien ese gesto de sospecha acompañado de una sonrisa traviesa que se iba disolviendo entre fresas, chocolates, nieve de vainilla, entre otras cosas que escondía en el refrigerador para casos de emergencia.
En alguna ocasión mi estrategia no funcionó y te llevaste la recompensa y el placer de verme derrotado ante tu tan infalible mirada, no había nada que me hiciera dejar de amarte, aún me viera solo en el sofá, sonreía al pensar en ti, hasta acabar vencido por el sueño.
Amaba las mañanas a tu lado, y los besos en la frente con los que me despertabas, amaba que anduvieras descalza, moviéndote de aquí para allá en ropa interior, amaba que te detuvieras un momento para regalarme pequeños besos que llegaban de mis labios a mi cuello para después seguir tu camino, amaba tu manera de cocinar, y el desorden que hacías en la cocina, amaba que no probaras tu comida hasta que yo no te diera una opinión de su sabor, en verdad no probé nunca mejor comida.
No puedo olvidar tu sonrisa, tu mirada, tus caricias, no puedo olvidar tu ligero cabello, largo y negro, ni tu piel siempre con ese olor que nunca pude identificar pero tanto me gustaba, no olvido tus palabras, ni la tonalidad de tu voz al decirlas, no olvido tu manera de vestir, ni lo radiante que te veías al estar desvestida, no olvido las heridas que me causaste, ni la forma tan tuya de curarlas, no te olvido nunca, ni a todo lo que por ti cobraba vida.
Pasaron suficientes días y pensé en aquel anillo que entre bromas me confesaste sería perfecto para usarlo toda la vida, un viejo anillo que vimos en una tienda de antigüedades en el centro de la ciudad, vi como brillaron tus ojos aquel día y sabía que será perfecto para sorprenderte con la pregunta que pensé jamás tendría que hacer. Solías decir que no creías en esas cosas, pero dabas tantas señales de lo contrario, y a mí me llenaba el verte corriendo de aquí a allá viendo todo lo relacionado a ese tema, recuerdo que me gustaba cuestionarte camino a casa, y tu corrías lejos escondiéndote de mí en cada sitio que así lo permitiera.
Poeta

Crónicas :  Un beso a la vez – Para ti
Tú me hiciste sentir nuevamente eso que no se sabe explicar, eso que llaman “mariposas en el estómago” que aunque suene tonto, considero yo que es la manera más correcta de llamar a la etapa número uno del amor, la más inocente, la que hace que un beso lo sea todo y una mirada nos destruya totalmente.
No sospeche que cada día estando junto a ti fuese a sentir ese fuerte palpitar, esa tan increíble sensación de lo perfecto viajando por mi cuerpo, haciéndome sentir ligero y completo, no sospeche, solo me deje llevar por la suave brisa de tu aliento hasta llegar al lugar correcto.
Tú me veías atenta, paciente, como quien admira el atardecer, tú me veías mientras yo trataba de no caer, de no desplomarme ante tan hermosa espectadora, ¿Cómo hubiera sabido yo lo que pensabas, lo que sentías? ¿Cómo hubiera sabido yo?... Yo solo deseaba estar junto a ti sin la preocupación de tener al tiempo como enemigo.
Fue entonces cuando el vino se terminó, te levantaste y caminaste hacia mí, recuerdo tus ojos pequeños y brillantes, tu sonrisa tímida, y tus palabras en voz bajita para que solo yo pudiera escucharlas, recuerdo como nuestras manos se encontraron y se quedaron unidas por un largo tiempo, recuerdo el palpitar de tu corazón y como casi pierdo el mío esa noche, recuerdo la sensación de tu piel al recorrerla con las yemas de mis dedos y como me abrazabas fuerte para que no me fuera.
No diste un paso seguro, tu sabias que yo te amaría desde el primer momento, tu sabias que me amarías, y que a través de los días, todo se volvería perfecto, paso a paso, desde el primer momento, desde nuestro primer beso.
Poeta