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Se van en la noche con un gran farol que cuelga del cielo lo mismo que el sol.
Se la lleva el viento a la embarcación que sube a las olas como un ascensor.
Lejos de sus casas en la alta mar llenarán sus redes con lo fraternal.
Vuelven con sus botes llenos de ilusión traen los tesoros que serán valor.
Valor a sus hijos convertido en sal, los peces del agua mudándose en pan.
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Poeta
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Mañana me embarco mañana me voy a tierras lejanas marino yo soy.
Me voy desde el muelle a extraño lugar con pena en el alma por grande pesar.
Dejaré a mi amada sola en el hogar con una gran pena que me hace temblar.
Cuando suba al barco me pondré a pensar en nuestro romance que partió en el mar.
Compraré regalos para mitigar el dolor inmenso que hice por viajar.
Traeré un vestido y un lindo collar para mi amada que me va a besar.
Estará contenta porque ya llegué y por los regalos que yo le llevé.
Me dará otra pena volver a viajar porque la tristeza volverá a ganar.
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Poeta
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Vida, discúlpame por haber elegido este trabajo que he desarrollado a lo largo de mis años. Tal vez era uno distinto; y el destino o mi comodidad hicieron que no buscara el otro, el que estaba preparado para mí. Posiblemente me esperaban trabajos más esforzados y más dignos. Tal vez me esperaba ... el arado para hacer germinar los surcos, la hoz para segar la mies rubia del verano, la pala para construir caprichosos caminos, la red para lanzarla a la generosidad de la mar, o tal vez era otro... uno más simple y más rudo. Uno quiere pasarse sus años disfrutándolos, los prefiere a todos con holgura. Anda siempre en busca de las cosas fáciles y que nunca podrán reconfortar tan gratamente como cultivar un huerto o criar animales. Bienestar es nuestro equivocado camino, sabiendo que con la comodidad y aquellos trabajo fáciles no garantizaremos la felicidad.
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Poeta
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Cuando yo esté muerto
quiero que me cubras
con tu buen perfume,
lo quiero en mi tumba.
Quiero yo llevarte
para siempre a ti
debes tú cuidarme
solamente a mí.
Cuando esté dormido
la fragancia tuya
me despertará,
porque no se esfuma.
Besaré tu aroma,
te recordaré
nuestra vida juntos
en un dos por tres.
Vuestro olor tan grato
trae a mi memoria
aquellos momentos
que ya son historia.
Pero están tan vivos,
vivos de verdad.
No me siento triste
ni con soledad.
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Poeta
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Ámame cuando esté vivo y despierto, allégame tu alimento: tu cuerpo perfumado y el calor de tu aliento. Abrígame en las noches frías de invierno; préstame tus gráciles y tiernos cuidados. Arrúllame en tu regazo, quiero hacerlo mi refugio, en los momentos en que esté angustiado, porque la tarde se haya ido y me sienta en soledad o desesperado. Necesito tus suaves manos para que se deslicen por mi cara, que me enjuguen mis lágrimas, nacientes todas las veces de la sinceridad de mi alma. Quiero que me acompañes a diario a recorrer las olorosas campiñas que dan los generosos frutos, imprescindibles para la vida; nos tenderemos en sus mullidas hierbas a contemplar la naturaleza florecida. Apriétame la mano cuando caminemos por los innumerables senderos en que nuestros pasos transitarán por ellos. Necesito en ese momento sentir la tibieza abrigada de tu palma nacarada. Ámame sólo cuando esté vivo y despierto. No quiero que me ames cuando duerma. ¿Para qué gastas energías si no te siento? No quiero que me ames cuando muerto. ¿Para qué gastas tus fuerzas si no te siento? Ámame grávidamente desde que nazca sobre la faz de la tierra el alba y hasta que la luna me refleje en la cara. Ámame plenamente en mis años de mocedad en mi período maduro y en mis últimos años. Ámame sólo cuando esté vivo y despierto, no quiero que me ames cuando duermo, ni menos cuando esté muerto. ¿Para qué quiero tus besos sino te siento?
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Poeta
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Acomodo apuntes que están en mi memoria, los borro, corrijo uno a uno para que se lean bien. Ensayo su lectura en voz alta, los vuelvo a corregir. No suenan bien. Rehago distintas páginas hasta alcanzar la perfección: retratar en plenitud la vida y cada una de sus vivencias. Luego, bajo el brazo, me voy con todos ellos a los lugares más desolados de la tierra, los grito a viva voz, pronunciándolos a la perfección, utilizando mi mejor prosodia, digo una a una palabras que lo conforman. Mi lúcida mente modifica los últimos errores, los hacían parecer vagos, imprecisos. Mi vista se eleva sobre las más altas montañas, diviso a lo lejos, en tenuidad, comarcas desvanecidas; auxilio mis primeras lágrimas: precipitan tristes. No. Las palabras tantas veces ensayadas, corregidas, ni una de ellas sirve para consolar lo melancólico que repentinamente ha nacido: el baño de pena. Bajo el interminable pasar de nubarrones alzo mis manos a cimas escarpadas de silencio, y medito continuos mensajes de sabiduría que algún día, en algún lugar aprendí de memoria... despierto en otro momento, en otro estado. Me obligo a corregir nuevamente... tantas veces modificado y otras tantas que los ensayo. Mi cuerpo transformado otra vez de imperfecciones, superado nuevamente por lo absoluto, decaigo en mares de depresión... errante vivo, y en el ocaso, la invitación sin límite, me saca moribundo a renacer de la nada. Peregrino por laderas inclinadas, tropiezo con tempestades áridas que nublan mi vista, haciéndome afirmar en gélidas granizadas para así retomar la verdadera ruta. Aguardo amaneceres púrpuras, azafranes que me deslicen sin dificultades y mi vista recoja la sabiduría diseminada a cada paso, en cada meditación. Quiero dormir oculto en lo invisible, percibir aromas irradiadas de virtud, sumergirme en lagos donde habita la verdad, escuchar los perfectos sonidos del alma... añoro el pasado que se fue, ése, el que jamás volverá. Y en el más extraño sueño que me envuelve, caen abruptas mis manos, el peso de mi cabeza no soporta ni el más mínimo razonar. Aún así, lucubro en el más absoluto silencio, en la máxima soledad... El tiempo no existe, el espacio es otro, distinto al que alguna vez experimenté. Muero y revivo a la vez. Tomo de nuevo mis ajados apuntes: los leo y los releo... ahora suenan bien y son perfectos, los repaso y me los llevo bajo el brazo a pregonarlos a otras latitudes.
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Poeta
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Anoche estaba solo en casa...
Aburrido... melancólico
de las cosas que pasan.
Quería salir con alguien,
alguien que fuera distinto,
distinto a mis amigos y a mis padres.
Al acercarme a la luz
vi tras mío a una sombra,
mi sombra.
Me dijo con serenidad:
-¿Quieres mi compañía?
Salimos con paso firme;
pero caminamos reposado
por las calles casi obscuras,
salvo por la luz de la luna
que a mí me reflejaba
y a ella proyectaba.
Le conversé de mis dudas:
sobre la discutible sinceridad
de todos los hombres;
quise exacerbarme de un todo,
sincerarme en lo más profundo
que sentía hasta ese momento,
de lo que en mí pasaba.
Contarle de mis angustias y temores.
De por qué nuestra existencia
estaba atiborrada de rencor,
violencia y egolatría ...
De muchas cuestiones le hablé.
Ella me escuchó atentamente,
sin interrumpir un sólo instante,
como tomando apunte de cada palabra,
como rumiando cada frase que le decía.
Me detuve, se detuvo.
Esperé que ella diera respuesta
a todos mis recelos e inquietudes.
Me dijo con seguridad y sin duda:
-Tú eres fuerte y valeroso
como muchos hombres lo son.
- De ti depende cambiar el mundo
a pesar de sentirte con imperfección.
La naturaleza también es imperfecta,
me señaló. Has visto la inequidad del
agua caída en las distintas latitudes,
animalitos deformes,
extinciones de especies , entre otras.
A pesar de todo, la naturaleza y la vida
continúan para siempre superarse y
ser mejores.
- No decaigas...
-Vete tranquilo, te conozco plenamente
en los días con luna y con sol.
-Te ayudaré a enfrentarlo todo con
sabiduría
y estaré siempre a tu lado,
a pesar de no estar presente en las noches
y en los días en que más lo necesites:
cuando esté nublado.
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Poeta
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Todos los trabajos son difíciles de desarrollar. No hay trabajo fácil, todos necesitan de nuestra constancia, esfuerzo y dedicación. Desde muy temprano hay que entregarse, a veces, a sus no muy gentiles brazos que te exigen a cada minuto perseverancia... concentración. Todo trabajo no es fácil de desarrollar necesitan de la preparación y de la experiencia: ¿Cómo labrar los campos para que den sus mejores frutos? ¿Cómo lanzar las redes a las aguas para tener abundante pesca? ¿Cómo cocinar los alimentos para que se disfruten mejor? ¿Cómo cavar los cerros para extraer el escondido mineral? Son difíciles todos los trabajos que debemos desarrollar. (Nada llega gratis a nuestro hogar). Se necesita de la dedicación y de la entrega para su labor: Cumplir a cabalidad con nuestra misión, la que deberemos entregar hasta casi el final de nuestra vida... Con responsabilidad y vocación. A la distancia se ven más fáciles los trabajos de los demás... ¿Será porque se desconocen y eso hace que se subvaloren por su labor? Cuando los conocemos de cerca o nos corresponde realizarlos, cambiamos de inmediato de opinión porque no hay trabajos fáciles, todos son difíciles de desarrollar necesitan de tu esfuerzo, y de tu dedicación para que de este modo... cumplas con tu misión.
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Poeta
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Preocúpate de no hacer ningún ruido. Escucha el silencio de mi expresión, momento de la mayor emoción que de mi hondo interior ha venido. Con el silencio habla mi corazón, con el lenguaje que es sólo asistido cuando de verdad está convencido por los sentimientos y la razón. A veces la palabra está de más debido a su escaso significado o porque muchas veces no es veraz. Te daré mi sentimiento soñado, mis gestos transparentes y mi paz que no usan un lenguaje declarado.
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Poeta
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Quiero que me saques los zapatos para así de verdad caminar por todos los relieves terrestres que comienzan a orillas del mar. Sentir la sensación de la arena cuando la aplana el viento en el mar, sentir la tibieza de sus granos cuando el sol los comienza a dorar. Grato percibiré los guijarros que voy a encontrar al andar, sentir el cosquilleo festivo bajo mis dos plantas al pisar. Dormiré en las noches caminando y así, caminando descansar para no perder el tiempo escaso que la vida me va a regalar. Amasaré el barro humedecido que enloda la senda al lloviznar, mis fríos pies marcarán sus huellas que el calor del sol no va a borrar. Mis pies después de tantas andanzas se suavizarán al empolvar sus asperezas con suave tierra que en tiempo estival van a tocar.
De azul también se pondrán los dos cuando pisen la escarcha polar, la nieve de las grandes montañas y el suelo cristal al granizar. Pisarán el tapizado césped que las praderas han de verdear y aquellas olorosas hierbas les perfumarán siempre al pasar. Irán muy cómodos por la landa ya que el río los va a refrescar; también se esforzarán en laderas porque se cansarán al trepar. Quítame pronto mis dos zapatos, deseo yo descalzo caminar porque mis desesperados pies el suelo urgente quieren palpar...
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Poeta
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