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Quiero que me saques los zapatos para así de verdad caminar por todos los relieves terrestres que comienzan a orillas del mar. Sentir la sensación de la arena cuando la aplana el viento en el mar, sentir la tibieza de sus granos cuando el sol los comienza a dorar. Grato percibiré los guijarros que voy a encontrar al andar, sentir el cosquilleo festivo bajo mis dos plantas al pisar. Dormiré en las noches caminando y así, caminando descansar para no perder el tiempo escaso que la vida me va a regalar. Amasaré el barro humedecido que enloda la senda al lloviznar, mis fríos pies marcarán sus huellas que el calor del sol no va a borrar. Mis pies después de tantas andanzas se suavizarán al empolvar sus asperezas con suave tierra que en tiempo estival van a tocar.
De azul también se pondrán los dos cuando pisen la escarcha polar, la nieve de las grandes montañas y el suelo cristal al granizar. Pisarán el tapizado césped que las praderas han de verdear y aquellas olorosas hierbas les perfumarán siempre al pasar. Irán muy cómodos por la landa ya que el río los va a refrescar; también se esforzarán en laderas porque se cansarán al trepar. Quítame pronto mis dos zapatos, deseo yo descalzo caminar porque mis desesperados pies el suelo urgente quieren palpar...
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Poeta
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Dale tranquilidad a tu espíritu, a tu alma. Recréales, te lo agradecerán. Necesitan estar en silencio algunas veces para que tú les escuches... para que medites junto a ellos. Una mente tranquila y pura es lo que siempre debes tratar de conseguir, como una meta segura. Escúchale atento a sus consejos que te entregará en el oportuno momento. Ella, tu mente, es sabia...Tenlo por seguro. Si alguna vez piensas que se ha equivocado, no la reproches... porque fuiste tú quien no le escuchó atento su llamado, ni le quisiste entender la nobleza de sus sabios consejos. Atiéndele, ella siempre se adelantará a los hechos que pronto se harán realidad. Lo mejor para tu mente es meditar y caminar... Recuerda que en tu vida llevas una trilogía dorada: mente, espíritu, alma. Serán tu íntima compañía... tu complemento... La prolongación de tu cuerpo. Ellos protegerán tu valiosa existencia, aportándote a cada momento la seguridad, la valentía y la felicidad que necesitarás como ingredientes diarios. En la noche, cuando estés solo... en la playa, en la montaña, en tu cuarto o en el silencio de tu frágil cuerpo... Comunícate con ellos; Medita de tu presente y de tu pasado... Efectúa un balance sincero de todo lo que en tu vida has hecho. Calibra la brújula que guía a tu vida... Nunca es tarde para mejorar tu andar; supérate a ti mismo para ser cada vez mejor y para que vivas cada momento en plenitud. Escucha en silencio a tu mente, a tu espíritu y a tu alma. También son tu cuerpo... ...Medita y camina con ellos.
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Poeta
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Hoy tocaron a mi puerta las palabras, venían contentas, alegres a verme... les dije que eran bienvenidas. Eran tantas que tuve que abrir mis ventanas para que pudieran entrar prontamente. Venían alegres como dije; pero algunas venían tristes... que fueron las últimas en entrar. ¡Me gustan las palabras! Las alegres y también las tristes. Las alegres para hacerme feliz, haciéndome reír a carcajadas y remedio para mi alma. Las tristes, un mal necesario, porque son sinceras, justas y verdaderas. Jugué con ellas hasta más de la madrugada... formé bellas oraciones que me dictaba el alma; hice hermosos castillos con ellas, cree puzzles, adivinanzas, poemas y misivas. (¡Son fantásticas las palabras! ellas nos permiten, con su generosidad, conocer el mundo, Durante las horas que pasamos juntos fraguamos una gran amistad, la que estoy seguro, para siempre perdurará. Ellas me regalaron mensajes de afección; yo les respondí con recados extravagantes, cargados de confusión con el propósito de que ocuparan más minutos en descifrar los contenidos de mis textos y poder yo permanecer el mayor de los tiempos con ellas. ... ya hacía muchas horas que había entrado el sol por las ventanas... ellas se fueron de mi casa a media mañana. Pero al momento de irse un regalo me obsequiaron: unas hermosas fotografías de ellas, que juntas en un libro formaron un diccionario. expresar todo lo que queramos en segundos...)
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Poeta
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Muéstrame el camino que me llevará hasta tus pies, indícame el atajo que debo seguir para alcanzar tu sombra, guíame por la senda que me permitirá llegar hasta tu cuerpo celeste.
Mis noches han sido eternas. No he tenido días. Mi mente sólo en ti piensa... Mi cuerpo está abatido, cansado de seguir en tu búsqueda. Desvelos continuos se entretejen en el silente nocturno. Me he dado casi por vencido de no poder hallarte; pero de nuevo... mi obsesión me lleva a seguir buscándote. Estoy alucinado, envuelto en una nube espesa de misterio. No te puedo encontrar, no sé llegar a tu cuerpo, menos a tu sensibilidad porque soy tosco, y de modales rústicos; no tengo tu fineza, tu preclaro gusto que te ha convertido en una inalcanzable diadema.
Y yo, con mi esperar luctuoso sin poder llegar. Ahora, en el umbral de mi plenitud insisto en llegar a ti; en tocarte primero, abrazarte enseguida y ganarme tu cariño después. Sé caritativa con mi alma y mi solitario corazón, bríndale a mi cuerpo ese regalo: terminar con su obsesión . Muéstrame el camino que te lleva a ti; ilumíname mis pasos para llegar pronto y poder tocar tu placentero corazón. Envuélveme con tu aura para que mis palabras, modales sean gráciles y pueda llegar hasta tu alma para finalmente, puedas amarme eternamente, ser feliz y mi cuerpo termine con esta tremenda obsesión.
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Poeta
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Soledad, precioso circunstancia de la vida, comunicación interna, deseo. Paso obligado del silencio que exige al hombre pensativo a buscarse en lo perdido.
Soledad, Aparentas estar siempre vacía o ausente de los momentos vitales; pero sin duda eres luz y no olvido que alumbra los obscuros caminos de la multitud de seres confundidos.
Soledad, Abrigo necesario del ermitaño, refugio del labriego en el exilio, para aquél que llora un amor perdido, o del navegante que llora abatido por no tener a los suyos en el navío.
Soledad, Meditación que hace grande y es escuela donde nacen los consejos colmados de sabiduría. De ti se habla en negativo sabiendo que eres el encuentro íntimo, el sitio sublime y reflexivo.
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Poeta
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Música, endulzas los oídos, acaricias el alma, atrapas con tu sinfonía... Eres dulce compañía...
Llegas con tus melodías envolventes que atrapan todos nuestros sentidos. Música, mágico sonido eres sin duda la reina de las artes y posiblemente la más brillante.
Llegas al oído como un remedio natural que nuestro espíritu desea escuchar y con sólo siete notas debes armonizar todos los sonidos de cualquier lugar. Vives en la melodía de los ríos al pasar, en el roce de las hojas del follaje o en el suspiro del viento al clamar. Estás el los sonidos del oleaje de la mar, en las melodías de las aves al cantar, en el zumbido de los cálidos desiertos o en el retumbar del hielo polar.
Susurro, melodía, canto... sinfonía; eres música del firmamento celestial que caes con la lluvia del sur y la boreal inundando nuestros pueblos y comarcas, al pasar. Música, mágico sonido, endulzas los oídos, acaricias el alma, abrigas con tu melodía... Eres dulce compañía...
DO, RE, MI, FA, SOL, LA , SI ... Eres MúSIca LAureada con tu REtórico soniDO y de FAstuosa SOLemnidad... ¡ MItica ...! ¡ Viva la música !
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Poeta
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Lágrimas amargas mojan el andén por ese gran amor que terminó ayer cuando todo era felicidad para ellos, cada vivencia con sus recuerdos bellos. Y por este dolor se humedece todo, porque esto no podría ser de otro modo... tanta ternura y afección entregadas, tantas promesas de amor acariciadas, de manera recíproca hasta el final durante el día, la noche y el matinal. Ahora todo es gris y vapor en la estación que se confunden con la desilusión. ¿Por qué esto pasará, lo del desamor? ¿Si en momentos se juró un eterno amor?
Preguntas que no tienen explicación, ni respuestas lógicas a la razón. Suena el pito del tren. No hay besos ni adiós sólo vive la tristeza entre los dos; la boca se seca... late el corazón... efluvios de vapor ocultan dolor. Lentamente se va el tren. Llora el andén porque nunca más se volverán a ver.
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Poeta
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“Mis padres eran mi mejor compañía siempre, en todo momento; sólo me ausentaba cuando tenía que ir a estudiar, o ellos las escasas veces que no los pude acompañar, como esta vez, al momento de hacer el obligado viaje al pueblo. Los lazos que se producen en la infancia con la familia son únicos. Los más importantes seres desde la más temprana edad son los padres, llegando a ser nuestro complemento; sus manos son la extensión de las nuestras; así mismo, nuestros gestos, palabras, sentimientos, extensiones de los suyos. Vivimos en ellos y ellos en nosotros. Mis temores me hicieron meditar tantas cosas, como que había comenzado a madurar prematuramente. Aprecié sus risas, consejos y también sus regaños que más de las veces me los merecía. Observé mi cuarto, vi algunas antiguas fotografías que mamá había puesto para que me hicieran compañía: la de papá cuando era joven y estaba trabajando en el huerto, la de mamá, tomada en el pueblo cuando era muy menor. Aproveché de contemplarlas, de verlas por primera vez de manera detallada; los ojos de ambos me miraban alegremente dándome su mejor compañía, esculpieron mi alma de ternura, haciéndome sentir el ser más feliz por tenerlos. Sentí la tibieza de sus palabras que anidaron en mis sentidos, descubriendo en cada uno de ellos la verdadera fuente de amor y con las que de manera inagotable siempre he contado. Contemplé, además, algunas imágenes religiosas que eran parte del decorado, influido por las costumbres de mamá. Cada uno de estos retratos tenía una historia que más de una vez me había narrado, especialmente cuando me acompañaba a dormir. Las miré una a una, recordando hasta los más mínimos detalles de la vida de aquellos santos personajes, todos seres buenos de los que estaba rodeado en esta solitaria noche –me convencía– y estaba agradecido de contar con tan selecta compañía.”
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Poeta
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No hay mejor refugio, no hay mejor hospitalidad que aquella que se da en una cocina de campo, generosa desde siempre apegada junto al rancho.
Huracanes de aromas brotan por sus rendijas; pero mejor saben sus sabores a sencillas esencias de huerto y a la multitud de sus verdores: albahaca, hierba buena, tomillo, morrón, romero, cilantro...
Rústica cocina de campo, hermosa por su simplicidad por su pintado a humo y por su barnizado de alquitrán. Cocinas decoradas con zapallos; con largas ristras de cebollas, de ajíes y de ajos.
Olletas negras penden de cadenas que abrazan la calidez del fuego; y dentro de ellas su magia: el caldo, el estofado, los porotos, la cazuela, el perol o el mote.
Ollas, cacerolas y sartenes son fuentes de alquimia de la apartada alquería.
Penden, también de la oscuridad las carnes secas y el costillar que lagrimean por el calor y que mañana serán sabor sobre una mesa dadivosa, en un gran plato suculento que los alimentará a todos, hasta el errante hambriento.
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Poeta
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Palabras, alegres y tristes palabras... nacen, abundan, fluyen al instante. Son las emociones que cantan o sólo la rutina que habla.
Qué bello suena decir al oído aquéllas que siempre deleitan: Ayuda, amor, cuidado… Sentir en lo íntimo su significado.
Hermosos sonidos que brotan susurrantes, grafías que se plasman inmortales trayendo consuelo al dolorido o compañía al que medita en el asilo.
Cuando dulces se presentan o al ser agresivas en ofensas, ellas perduran en el tiempo, grabadas, como placer o aturdimiento.
Que agradable se ven vestidas de melodías de aquella canción romántica o divertida, en los versos del poeta ilusionado, o en la voz del que clama justicia o amparo.
Libertad, juventud, naturaleza… palabras, frágiles palabras de riqueza universal resuenan como ecos de milenarias recetas conformando preciosos racimos de letras.
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Poeta
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