Fuiste tú…. Quien llenó mis días de calor y sol Fuiste tú… Guardian de mi corazón que arrancaste la tristeza de mis días sin sabor.
Imaginé maravillas cuando te vi marchar… Te seguí con mis ojos hasta que la distancia devoró tu espalda, llevándose los últimos vestigios de este amor.
El alba trajo nuevos renaceres, ilusiones transformadas. Hundí la mirada en el mar agitado de mis ansias y un tenue resplandor, acarició mi rostro. Deshice… poco a poco tu ausencia en pétalos de algarabía.
Fuiste tú… quien levantó mis alas y me hizo volar… Fuiste tú… ángel de mi alma, quien alzo vuelo y yo aquí… ¡Esperándote!
Acepte tu invitación… con cierta desconfianza, Me prometiste fascinación y aventuras, viajar sin nada. sin equipaje ni cargas, solo la emoción de volar. Andar tus caminos, cargados de sol y luna amplios espacios, y rincones donde soltar nuestra locura. Abdico ante a ti mis rebeldías… Recorro tu piel con mis besos, siento mi sangre golpear vertiginosa en mis sienes. Vientos bravíos dominan mi existencia doblegando mis fuerzas, hasta deshacerme en tus brazos; sin resistencia, dejarme llevar en sueños de éxtasis y quimeras. Dormir en ti quiero acurrucada en tu pecho con la ilusión que este viaje … ¡¡¡No termine jamás!!!
Déjame en tus brazos dormir amor… soñar paraísos, fantasías inermes. Quiero en tu piel perder mi aliento y con mi boca recorrer tu alma. Ser en ti… madrugadas tibias, amaneceres pasionales, mañanas apacibles. Ser tu luz en días venideros, con nuestras manos recoger las mieses del recuerdo. Ver nuestras sienes de nieve pintarse dormir contigo amor cuánto deseo. Si la vida se escapara. con mi último aliento, gritar tu nombre quiero. Llevare tu recuerdo aferrado Aquí… ¡Aquí en mi pecho!
Miradas tristes, Rostros cansados de buscar Entre los escombros de la vida. Calles vacías, Desiertos poblados de horas inciertas. Y en mis manos La última rosa
Lagrimas Peregrinan mi rostro. Sonrisas por lo que vendrá, Esperanza en lo que queda
Paz añorada entra en mi alma inquieta Dame descanso Sueños dulces de amor
Seca mis lágrimas. Y volveré a reír llevando aún en mi pecho La Ultima rosa
Llegaste a mí. Tu silencio atronador, rompió nuestros espíritus. Sin promesas, ni pactos que nos comprometieran. Besé tus manos, tu frente, tu boca. Hielo profundo eran tus labios, Sonrisa de hiel ante tu farsa Mi piel trémula suplicaba un momento más. Tu abrazo cerró mis párpados. Contuvieron mis lágrimas pero en torrente desbocado brotaban sin parar Resignada mis manos abrí. No quise verte marchar ni escuchar tu última palabra tu figura se perdió en la bruma de mis olvidos
Saliste impetuosa, arrebatada, presurosa llevándote mi ser Levantaste vuelo una tarde de otoño cuando apenas los rayos del sol acariciaban mi piel. Engañosa, indiferente mariposa, te posaste en mi alma para elevarte sobre las oscuras nubes del hastío... En tu alocado ascenso estrellaste tus alas destrozando tu virtud
¿Qué fue de ti pequeña mariposa? En tu vanidad quedaste envuelta en amargura y en un suspiro al sol quisiste engañar Tu desierto te espera. En el camino te quedaste, desnuda, inerte, vacía… ¡Nada por rescatar!