...y al final del sin final te vas marchando sabes que debe dejarse intacta la alegría que todo debe brillar allí donde un rayo abrio con su lengua incandescente agujeros tibios y sanos porque siempre puede ser aunque te digan lo contrario porque también lo contrario puede ser hermoso allí donde las piedras no se desaniman y las paredes retienen el sabor del sol hasta que el sol regresa a consolarlas y las sombras descansan guardando en su aparente gris todos los tonos de la felicidad