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Era la época en que yo juraba que la Coca Cola uruguaya era mejor que la Coca Cola chilena y que la nacionalidad era una cólera llameante como cuando una tipa de la calle Bandera no me quiso vender otra cerveza porque dijo que estaba ya demasiado borracho y que la prueba era que yo hablaba harto raro haciéndome el extranjero cuando evidentemente era más chileno que los porotos.
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Poeta
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Y, sin embargo, amor, a través de las lágrimas, yo sabía que al fin iba a quedarme desnudo en la ribera de la risa.
Aquí, hoy, digo: siempre recordaré tu desnudez entre mis manos, tu olor a disfrutada madera de sándalo clavada junto al sol de la mañana; tu risa de muchacha, o de arroyo, o de pájaro; tus manos largas y amantes como un lirio traidor a tus antiguos colores; tu voz, tus ojos, lo de abarcable en ti que entre mis pasos pensaba sostener con las palabras. Pero ya no habrá tiempo de llorar. ha terminado la hora de la ceniza para mi corazón:
Hace frío sin ti, pero se vive.
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Poeta
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Clima emitido por un clavicordio en lontananza perdiendo el tiempo como el que arroja perejil a las medusas ángeles desdentados te acompañen mas no por accidente sino por no pinnípedos metal de cálices para hacer espéculos feto de títere yo quiero que tu me lleves al tambor de la alegría Y mi alma será sana para unos cuantos años más.
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Poeta
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Cuando anochece y tibia una forma de paz se me acerca, es tu recuerdo pan de siembra, hilo místico, con que mis manos quietas son previsoras para mi corazón
Diríase: para el ciego lejano ¿qué más dará la espuma, el polvo?
Pero es tu soledad la que puebla mis noches, quien no me deja solo, a punto de morir. Somos de tal manera multitud silenciosa...
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Poeta
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Los que ampliaron el Canal de Panamá (y fueron clasificados como "silver roll" y no como "gold roll"), los que repararon la flota del Pacífico en las bases de California, los que se pudrieron en la cárceles de Guatemala, México, Honduras, Nicaragua, por ladrones, por contrabandistas, por estafadores, por hambrientos, los siempre sospechosos de todo ("me permito remitirle al interfecto por esquinero sospechoso y con el agravante de ser salvadoreño"), las que llenaron los bares y los burdeles de todos los puertos y las capitales de la zona ("La gruta azul", "El Calzoncito", "Happyland"), los sembradores de maíz en plena selva extranjera, los reyes de la página roja, los que nunca sabe nadie de dónde son, los mejores artesanos del mundo, los que fueron cosidos a balazos al cruzar la frontera, los que murieron de paludismo o de las picadas del escorpión o de la barba amarilla en el infierno de las bananeras, los que lloraran borrachos por el himno nacional bajo el ciclón del Pacífico o la nieve del norte, los arrimados, los mendigos, los marihuaneros, los guanacos hijos de la gran puta, los que apenitas pudieron regresar, los que tuvieron un poco más de suerte, los eternos indocumentados, los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo, los primeros en sacar el cuchillo, los tristes más tristes del mundo, mis compatriotas, mis hermanos.
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Poeta
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Nunca entendí lo que es un laberinto hasta que cara a cara con mi mismo perfil hurgara en el espejo matutino con que me lavo el polvo y me preciso.
Porque así somos más de lo que fuimos a la orilla del sol alado y fino: de sangre reja y muro bien vestidos de moho y vaho y rata amados hijos.
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Poeta
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La vida paga sus cuentas con tu sangre y tú sigues creyendo que eres un ruiseñor.
Cógele el cuello de una vez, desnúdala, túmbala y haz en ella tu pelea de fuego, rellénale la tripa majestuosa, préñala, ponla a parir cien años por el corazón.
Pero con lindo modo, hermano, con un gesto propicio para la melancolía.
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Poeta
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Mi amor por ti es mucho más que amor, es algo que se amasa día a día, es proyectar tu sombra junto a mí, hacer con ellas una sola vida.
Las miradas que ya al conocer se hablan entre sí en la distancia, no hacen falta palabras...qué más da! si ya interpretamos lo que claman.
Los mil detalles que tienes tú por mí, mi descaro al advertir en lo que fallas, el sincerarme cuando hay que decir lo que sinceramente no se calla.
Mi amor por ti es mucho más que amor. Mi amor por ti es como una nevada, un torrente de luz, algo tan bello... como ponerse el sol o amanecer el alba.
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Poeta
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Los días de leyenda en que me amabas sin hacer preguntas hicieron que la ciudad tomara la cara de un juguete
como en los nacimientos al dejarte en las noches iba a mi casa alegre por calles de aserrín
En el espejo tembloroso y tristón de los charcos me miraba la cara al lado de la luna me buscaban tus besos para que no alumbrasen los sueños de los pájaros perdidos en mi almohada
Policías de barro y gallos de hojalata en silencio se burlaban de mí guiñándose a saber cómo los inmóviles ojos y es que e a mi paso hasta los dormidos chismeaban con envidia en sus habitaciones decían que tú eras la novia del niño Dios
Con musgo arrancado de donde nacen los Chorros de Colón me esperaban los jardines del sueño con su frescura verde pero el calor de la punta de tus dedos había sido una puñalada tan honda que al amanecer el nixtamalero lavaba en mis pupilas como en dos huacalitos de sangre su gran ojo desnudo
Entre árboles de papel de china vestidos desde el corazón del añil pasaba el nuevo día escuchando una orquesta de arcángeles ancianos que con su cabello de algodón formaban nuevos ríos en la brisa
Después yo te encontraba a la par del crepúsculo -con su alto árbol de fuego incendiado de veras- y lamía en tus manos la piel del mazapán
En los alrededores los muñecos con mejillas de flor bebían sus cervezas de polen y humo
Ay pero a los pocos meses se te ocurrió crecer y te me fuiste lejos con un horrible gesto de persona mayor desde entonces la ciudad recobró también su tamaño de siempre y en sus negras calles de asfalto los ciudadanos pegan con las manos a mi alma de muchachito triste que todavía necesita jugar
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Poeta
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Finaliza septiembre. Es hora de decirte lo difícil que ha sido no morir.
Por ejemplo, esta tarde tengo en las manos grises libros hermosos que no entiendo, no podría cantar aunque ha cesado ya la lluvia y me cae sin motivo el recuerdo del primer perro a quien amé cuando niño.
Desde ayer que te fuiste hay humedad y frío hasta en la música. Cuando yo muera, sólo recordarán mi júbilo matutino y palpable, mi bandera sin derecho a cansarse, la concreta verdad que repartí desde el fuego, el puño que hice unánime con el clamor de piedra que exigió la esperanza.
Hace frío sin ti. Cuando yo muera, cuando yo muera dirán con buenas intenciones que no supe llorar. Ahora llueve de nuevo. Nunca ha sido tan tarde a las siete menos cuarto como hoy.
Siento deseos de reír o de matarme.
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Poeta
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