Poemas :  Venganza
Quieres borrar con el sopor del vino
la hiel de olvido que dejé en tu boca,
y eres la polvareda en mi camino
y yo soy en tus vértigos la roca.

Es inútil que sigas mi destino
con el sarcasmo que tu pie provoca.
Yo fui para tu orgullo el torbellino,
y tú la inundación que se desboca.

Por eso para ahogar tus ambiciones,
te azotaré con risa en mis canciones,
y como esclavo te unciré a mis huellas.

Mientras que cien pupilas de mujeres,
te ofrecerán en lúbricos placeres
mi propia imagen deformada en ellas.
Poeta

Poemas :  Ultrahumana
Espera, no te vayas.
Reclínate en la felpa de mis sueños,
y con unción sagrada
escruta en el horario del silencio.
Va a comenzar la danza;
la bailaré de espaldas al destino,
con los ojos azules de imposible
y abierto en hilos el lagar del alma..

Ondularé sobre el calor de todas
las bocas que durmieron su quimera,
en la ternura de mis labios,
y en la ceniza de los besos idos
como una sombra posaré mi planta,
mientras mis brazos ávidos de altura
rozarán tu pasión como dos alas.
Irán cayendo en tu estupor mis velos:
primero el amarillo de mi angustia,
el desteñido de mis horas idas,
el rojo de mis cálidas palabras,
el lila de mis sueños imposibles....

Y ante tus ojos surgiré tan blanca,
como la leche tibia de mis senos.
Habrá un perfume tenue de desnudez.
Luego, de sombras leves
se poblará la penumbrosa estancia;
y tú, el de la boca oscura de placeres,
el de las manos hondas de caricias,
me seguirás con el deseo mudo,
me beberás con la sonrisa casta,
y al fin caerás ante mis pies ligeros
con la sierpe del cuerpo encadenada.

Habrá un chisporretear de pebeteros,
y alargarán las sombras
sus caderas morenas:
yo seguiré mi danza,
sobre tu mismo alelamiento,
sobre tu propia alma,
hasta caer de espaldas a la vida
en la puerta sin fondo del misterio...

Bajo las luces pálidas del día
te encontrarás mirando al infinito,
y oprimiendo con manos angustiosas
una mujer dormida, con el sueño
que abre los ojos turbios de la vida,
sobre la eternidad de las estatuas.
Poeta

Poemas :  Tu boca
Pulpa de fruta que destila un vino
tinto de sombra en el lagar rosado,
dátil maduro, mora del camino,
granado en flor bajo el azul tostado.

Dientes más blancos que la flor de espino
y más menudos que el arroz cuajado.
Nievan en la sonrisa como el lino,
y son puñales de marfil tallado.

Boca, en sazón, perfecta, deleitosa,
que tiene a veces languidez de rosa
y ansia insaciable de recién nacido.

Ya que fuiste la copa de mi canto,
sella hoy mi beso desteñido en llanto
y ayúdame a partir hacia el olvido.
Poeta

Poemas :  Solos
Vámonos silenciosos por las hondas
avenidas de palmas,
y dejemos la luna que se tienda
como una enredadera a nuestras plantas.

No derrames la copa de tus labios
entre mis manos blancas,
porque son porcelanas palpitantes
que transparentan el fulgor de mi alma.

Deja que la mudez de nuestras bocas
devore las palabras,
mientras la fría claridad del cielo
tiñe de azul la placidez del agua.

Es inútil que dejes tus pupilas
vagar entre su túnica rosada;
solo hallarás entre mi cuerpo tibio
una glacial coloración de nácar.

Quiéreme así, con la sonrisa triste,
con las pupilas al placer selladas;
y si a tu beso me traiciona el llanto,
bésame más... sin preguntarme nada.
Poeta

Poemas :  Serenidad
(Al compañero)

Sentémonos allí bajo la sombra
de los granados frescos...
y mientras rueda entre mi boca el grano
sazonado y rojo,
me dirás qué has hecho
desde aquella mañana desteñida
en que por azulados horizontes
el tren humeante
se perdió a lo lejos...

Sentémonos allí sin más testigo
que la celeste claridad del cielo,
no hagas caso del río,
ni del viento que mece los cañales,
ni del espino que en hilera muda
perfuma el ocre pedregal del cerro.

Contéstame, ¿en qué ocasos
hundiste el nido tibio
que con mis manos ahuequé
en tus dedos?

¿En qué copas vaciaste las caricias
que delirante deshojé a tus besos?

¿Por qué licor
cambiaste los peluches
rosados de mis senos,
que entre tus manos semejaban
lirios de ternura
o cámbulos de fuego?

¿Qué hiciste pues
de aquella rosa viva
que fue para tus vértigos
mi cuerpo,
cuando tronchaba, palpitante y muda
te dio su savia en el dolor de un rito
y en la infinita languidez de un beso?

Sentémonos allí bajo la sombra
de los granados frescos...
y que el secreto sollozar del alma
cubra de nieve el llamear del cuerpo!
Poeta

Poemas :  Salvaje
No me mires así que me haces daño...
Qué bellas tus pupilas de inconsciencia
que tienen el hondor de los abismos
y el verde oscuro de las aguas muertas.
Qué fuertes esos músculos maduros
bajo la carne aceitunada y fresca,
que tiene a veces el temblor de un niño
o la tensión salvaje de una fiera.

No me mires así que me haces daño...
Con ese aliento abrasador me enervas,
y frente a ti soy gajo que se dobla
rindiendo sus frescuras a la tierra.
Cómo rompe el crepúsculo sus oros
en el lustroso añil de tu cabeza
mientras tus manos torpes se resisten
al loco impulso que en tu ser golpea.

No me mires así con esos ojos
oscuros de inconsciencia...
Dobla mi talle entre tu brazo fuerte,
embriágate en la flor de mi belleza.

Sobre la felpa tibia de los musgos
seremos yo el silencio: tú la selva!
Poeta

Poemas :  Regreso
Vuelvo otra vez a ti
con las pupilas hondas de paisajes.
Vine a buscar quimeras, y regreso
con un sabor de lágrima en los labios
y un temblor de cansancios en el beso.
No pienses que estoy lejos...
Es tan solo la estepa interminable
la que impide mi vuelo;
pero mis alas son tan blancas
como el día
en que tocada de nevados tules
te di en hostias rosadas
la milagrosa comunión del cuerpo.
Ábreme, pues, los brazos;
voy de nuevo
a tus ojos de sombra,
a tus manos leales,
a tu boca de fuego.
Llevo para tus labios fatigados
el opio de mi angustia.
Soy la misma;
sólo que ahora ciño
un collar de crepúsculos
y un anillo de inviernos.
Pero eso nada importa...
Soy juventud, soy vida, soy deseo.
Soy nieve dúctil en tus manos suaves
y llama en el contacto de tu aliento.
Ábreme, pues, los brazos,
aunque lleve un amargo de lágrima en los labios,
y un temblor de cansancios en el beso.
Poeta

Poemas :  Poema
Esta noche llevo un blanco lucero
partido en la sombra de mis dos ojeras,
y mis ojos tristes de un verde marino
parece que sueñan...

¡Oh si tu me vieras! Quizás anhelaras
el cálido aliento de mi boca fresca,
quizás suspiraras por los besos trémulos
de mis labios finos, húmedos y rojos
que esta noche tienen el sabor de una
granada entreabierta.
¡Oh si tu vinieras! Cómo se posaran
tus negras pupilas
entre la cascada de mi cabellera
que lleva tan solo
el pálido adorno de un broche de luces
que la luna borda con su luz enferma,
mientras que mi cuerpo desceñido todo
y envuelto en el manto azul e inconsútil
de la primavera,
tiembla con el beso tibio de esta noche
que tiene un perfume fugaz de violetas.

Qué alegres podríamos juntos
tejer el poema;
yo con el prestigio de mi cuerpo joven,
de mis ojos claros y mi boca fresca;
tú con tus pupilas ardientes que llevan
el dulce misterio de noches de luna,
hasta la salvaje inquietud de las selvas¡
¡Oh si pudiera fundir en idilio
mi loca quimera,
cómo florecieran mis cálidos versos
teniendo por cuna tus pupilas negras.
Oh si pudiera!
Poeta

Poemas :  Plenitud
Yo soy la plenitud, soy el estío.
Mi piel trigueña por el sol tostada,
tiene una leve amarillez de hastío
y un perfume de fruta sazonada.

Mi amor ondula como turbio río
por un valle de yerba calcinada,
y es mi beso perenne escalofrío
que aviva una celeste llamarada.

Amo el dolor porque el dolor es cumbre,
amo la vida que la vida es lumbre
si se perfila en páginas de fuego.

No me importan la vida ni el sarcasmo,
porque templo la fe de mi entusiasmo,
sobre la fragua del cupido ciego.
Poeta

Poemas :  Otro rumbo
Amé constante a los que no me amaron
y les di la verdad cuando mintieron.
Mientras unos temblando me besaron
rogó mi beso a los que no quisieron.

Siempre busqué los que jamás me hallaron.
Mi voz llamó los que jamás me oyeron.
Y los que resignados me esperaron
nunca en mi copa de placer bebieron.

Hoy una voz abscóndita reclama
mi voluptuoso corazón de llama,
que limpio ardió como la brasa al viento.

Allá me voy. Torciendo mi camino
avanzo al horizonte de platino,
desnuda hasta del propio pensamiento.
Poeta