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Caracol de laberinto
Va, va, en la boca. Uva la avellana---Plumeándose el oleaje. Paisaje desbocado---Ensalivado higo. Va. ¿A dónde?. Con labios sin pestañas. Parpadeando y sin corbata. ¡Al baño!. Uva enamorada, uva rubia en ruina. En la ceniza, bandolera del océano. ¡Invocando, dientes y colmillos!.
Buscando, en el porvenir su rostro. ¡La humanidad del enemigo!. ¡La infamia adulterada!. Para cambiar el mundo en su miseria. Molusco de centurias-Legiones a destajo. Y cebolla con tomate, las verduras de hojalata. Silbatos, cobres, periódicos, chatarra.
Desván ritual, y convexo el eco, del milagro engendro. Invento marítimo-Enroscados años. El amor. ¡Helado!. Y sin objeto. Vientre imaginario de un retrato. ¡Amor qué invade acéfalo!.
Amor. ¿Qué?. ¡Invade!. Acéfalo, acéfalo, acéfalo.
¡Flacidez de fábula!. Araña, vuelos bajos, grifos. Todo. Uva. ¡En el paisaje de los higos!.
Auto: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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FRAGMENTO DE MEDUSA
De la nación se siente rey. Y es... ¡Del tiempo!. ¡Esclavo!. Juguete de cien medusas. Del abuso... ¡Ultimo aliento!. ¡Qué nube!. ...Cree vencer al sol... ¿Qué nube?. -----¡La fe pregona!-----
Del bien, primero se dice. ¡Cantaleta qué desgarra!. Cada oreja. Insaciable sed, círculo brumoso. Cuando la noche, abre la puerta. Y la nación... ¡Muere!. Poco a poco. ¡Esclava!.
Rige, sus paupérrimos... Destinos. Invitando su crepúsculo a llorar. Legión sombría. Rojo sortilegio. En sus altiveces. ¡Vibra hueco!.
De sangre, ha cubierto, cada ahora. Es El Paisaje... Un todo... Un fracaso. Un todo... ¡De matanza lleno!. Es El Muerto... ¡Amanecer de la medusa!.
De La Raíz A La... Cabeza... ¡Fragmento!. ¡Solo un fragmento de la medusa!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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Del sol de mármol
¡Qué lejos se oye el sol del mármol!. ¡Qué blanco huele cada siglo añejo!.
Por el amarillo aliento que buscamos. Por el vientre antorcha que llevamos.
Mientras el alma teje cada cuerpo. Mientras el fuego canta cada flama.
La montaña sueña con campanas. La mañana sigue sin relojes.
Vaya, vaya.-------Ya va el vapor. ¡Por el valle!.---De ventanas. ¡Por el oro!.-----Del desierto.
Vaya, vaya.-----------Ya va el hueco. ¡Arriba del éter!.----Con los ecos. ¡Arriba del sueño!.---Con las nubes.
El mármol del sol. Sí...¡Qué lejos se oye!. Sí...¡Qué blanco huele!.
¡Con el vientre amarillo, amarillo añejo!. ¡Con el alma de fuego, fuego del cuerpo!. Mientras, mañana, la montaña antorcha.
El. Sol del mármol. Aliento cada siglo. Tejiendo campanas. ¡Con montañas de relojes!. ¡Con añejos sueños!. *** Es la sinfonía qué duele, qué buscamos*** Y En El Mármol El Sol Habita Sin Tiempo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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el tiempo es un niño egoísta que se ha adueñado de todos los pinceles
juega en las noches pintando todo de sombras y logra hacernos creer que las cosas han cambiado
su engaño le parece divertido sonríe dentro de nosotros confundiéndonos doblemente
débiles para la introspección optamos por las imágenes externas con un malestar indeterminado
no es posible que este mundo sea el mismo de la mañana algo tiene de terrorífico por eso nos alejamos de esos edificios que ahora parecieran respirar imperceptiblemente
esas construcciones nos miran de alguna forma esperan el mejor momento de nuestra distracción segura
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Poeta
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Como dragón me erijo de piel escamosa y negra y a donde me dirijo es donde el viento me lleva
Avanzo volando, y voy sin miedo con mis alas surcando el azul y dulce cielo
Cuando por las noches viajo mi llama es mi unica luz aunque no ilumine abajo eso no es ninguna cruz
vuelo para ver el mundo y las maravillas que hay ahi y aunque sea por un segundo siento que son parte de mi
de vez en cuando me encuentro con otro tipo de criaturas algunas me temen un momento otras se sienten mas seguras
Humanos se hacen llamar y mucho los he observado tienden mucho a pelear y dan todo por sentado
A menudo soy testigo de sus incontables luchas aun sin ser su enemigo he intervenido en muchas
pues simplemente no puedo ver tales peleas sin sentido y aunque nunca lo quiero he llegado a ser herido
Quizas no entiendo su odio pues no hay otro como yo pero aun asi lo repudio y me causa gran dolor
que podra ser que los impulsa a odiarse de tal manera? y que de una forma tan insulsa terminen con la vida ajena
si tan solo conociera a alguien como yo alguien que entendiera lo que es ser dragón
Quizas porque su existencia es comun no valoran como se debe a la vida pero sigo sin poder entender aun su razon para seguir causando heridas
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Poeta
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Fue su desafío entonar los ritmos de una tarde ajena.
Mareado en los cementos, estacionado al sur de sus soñares, cual un reloj de arena, con una confusión ligera,
véanlo, en el diván granate del prostíbulo, repasando sus monedas, cigarrillos.
Véanlo, grumete adolescente, retroceder las risas verdes y escabullirse.
con su soledad concreta, aceitosa como el muelle, el grumete solicitó hacer guardia y no bajar a puerto.
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Poeta
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Desgarré la madrugada rabiando Me atravesaba tu espada de hielo Soporté tu aire azul en mis orejas Corcoveaba mi espíritu rebelde Me sentí acosado y a destiempo No quería yacer contigo No me fuiste atractiva Enjuta te has secado de caricias Irreverente, te dejé a la vera Mi camino resplandecía de flores Jardines de luna me abrazaron Me libre de tus redes y porfiado sigo, Muerte.
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Poeta
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VIVIDOR
Si la Muerte me intima a seguirla algún día, yo la haré concubina con cuatro anclas tendidas.
Esgrimiendo una rosa, un poema y un lirio, he de arar sus desiertos escarbándole vida.
Y tres soles marchitos, distraída en mi risa, la veré derretirse, desvirgada y rendida.
Mas, sabiendo que al cabo ganará la partida, procuraré que me extrañe cuando vague perdida.
En su estero de luna, solterona aterida, de mi tacto insolente quedará poseída.
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Poeta
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La risa me la han robado, La anclaron a dos pirámides de hielo en medio de arenas y cactus. De nada sirve la mueca, mi risa está cautiva a los troncos humeantes de un dolor contiguo.
Mi risa exprime sus últimos cartuchos para reventar el siglo. Mi risa vende sus dientes en remates de marfil de mala clase. Escudriña las arrugas de mis ojos, o busca la comisura de mi boca para instalar su cabecera de playa en el lunar izquierdo. Pero se entrampa, claudica. La carcajada que dispara es fofa tosesilla censurada.
Remiendan los ojos sus miradas. Son diques cautelosos para explorar nuevamente el sol. Al final me río de mis desreíres, de mis disfunciones humorísticas.
La risa engrillada se persigna en el reclinatorio de esta noche larga y fragua escapatorias contagiantes. Usa cilicio masoquista, se ríe de sí misma y, vestida de fábulas y cuentos, asume la farándula diaria de sobrevivir.
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Poeta
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SUDARIO INVERNAL
Las gotas van dibujando destinos en el vidrio, planteando sus fisonomías débiles y mágicas, celulares y volátiles.
Tejen su instante único, en la tela del vidrio, yacen un segundo y se multiplican en pases fantasmales.
Quien las baraja es artista consumado que editó las lágrimas y me trajo a la reflexión del agua.
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Poeta
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