Si, en cada beso alcanzamos la gloria,
por toda la vida jugada en esta colisión,
de bocas, de ansias, de piel, de hambre,
de absorber como colibrí, la esencia vital
para sostener la alegría, los colores, es…
explosionar ganas, ilusiones, la vida misma.

Besarte es el ambicioso anhelo de amarte,
codiciar el infinito; fusionando entre bocas
nuestras almas, así, aunque no quede un
segundo sin besarte, no serán suficientes,
todos los besos posibles para esta adicción,
galopante, invasiva, insaciable de tus besos.

No son solo palabras, no, besarte es un don,
es comulgar con ambrosía, es crecer en luz,
rendirme vehemente a los táctiles delirios,
que sentirte provoca cual nueva savia, que…
haga justicia a este impetuoso amor por ti,
en el que besarte, es el esfuerzo terminal,
por transmitirte esta total entrega, en la que
amarte, es mi razón de vivir, soñar, volar…

A este punto, con aquello que el universo tiene,
por brindar sin advertir ni preguntar… solo lo da,
somos apenas receptores de la oportunidad única,
de superar las ataduras que la vida dejó atrás y
poner con renovado aliento, con toda la avidez,
la voluntad para desplegar las alas de este amor…

Un amor que complemente nuestros sentimientos…
acople pensamientos y consiga que explosionemos,
todas las ansias inimaginadas; como nuestras bocas,
colisionando en cada beso, de sed, hambre, codicia…
reinventándose con toda la pasión y deseos, como si
fuera el último beso, como si no hubiera un mañana.

Un amor que aún hace temblar el alma, si me miras
o cuando la distancia no deja que me mires; un amor
que derrocha, que enciende su propio infierno…
pero así mismo, levanta templos de espiritualidad,
un amor que no permita asomo alguno de tristeza,
que pueda desdibujar el encanto de tu carita linda.

Un amor que enciende, acaricia, fusiona, redime…
Un amor así, que me eleva hasta el mismo Cielo...

Aunque excluyera toda censura y recato,
tu inmensa ternura… tu grácil belleza…
romperán siempre, cualquier pretensión
de lo explícito, de las obvias y simplonas
descripciones, que jamás conseguirán
delinear siquiera, algún rasgo de la sin par
picardía, de tu sensualidad a quemarropa…

Entonces no importa erotizar mis líneas,
huelga aquí, calentar la lívido de nadie,
tan solo reafirmo, que amarte es comulgar,
sin límites, en cada milímetro de tu piel,
en las brasas de tu bullante voluptuosidad,
esta exquisita demencia de atesorarte mía
y sentirte luego: volar… felizmente libre…