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Tengo la desgracia de vivir para sentir cómo duele tu recuerdo… saber cómo pierden el perfume y su color tus bellas cartas de amor. Leerlas en silencio… y en cada palabra… oír tu voz, ellas, al igual que tú, tenían los colores de la primavera y la alegría del verano. Ahora veo amarillear las azucenas y desfallecer los alhelíes hojas blancas tus cartas primorosas, barridas con mis lágrimas… letras ya borrosas en opiácea espera cotidiana. He sentido dentro de mi pecho los latidos de tu corazón… al otoño he abierto puertas con tristeza… ¡todo lleva el viento, menos tu recuerdo!. He caminado entre viñedos y sus frutos y bebido el jugo de la vid… Atesorando una botella en dipsómano letargo esperando que de ella salgas tú… ¡Mi Reina! He tenido entre mis manos tu amor lejano y fluye a borbotones la sangre por mis venas extrañando tu cintura en el invierno… y el calor infinito de tu cuerpo. Se me ha ido la vida en esos avatares y me he quedado pensando en todo lo que fuimos… y que no seremos más. Delalma
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Poeta
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¿Qué sabe el gentío del amor de amantes? pero es la masa que juzga y señala y habremos de escurrirnos sin luna y a escondidas para amarnos en silencio, como si amar fuera pecado. La gente miserable… habla y condena, la vil hipocresía… ¡les corroe las entrañas! pero en deslices subrepticios nos amamos y burlamos la ponzoña de los celos que espían. La envidia otea en las ventanas, en puertas y esquinas escucha en el silencio y detrás de las cortinas, sabe de amores nuevos y de otros que han partido de unos que han ligado… y de otros olvidados. Tiene lengua viperina que te adula y te censura ahora es mojigata… la que antes era gata, así es la gente y su vil hipocresía que si mordieran su lengua… ¡eso los mataría!. ¡Que me llamen infiel, sí así prefieren!... ¡Pero no más a escondidas, que oteen y rastreen! ¡Que brille nuestro amor… a nadie le debemos! ¡Nos amamos… no lo negaremos! Delalma
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Poeta
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Cuando el ardiente verano se torne gris y ya no queme, como quema la sangre de mis venas… Cuando el viento de Otoño con leve y fresca brisa, haga temblar tú cansina figura… cuando en invierno sientas frio, busques y no encuentras prestos mis brazos para cobijarte… Cuando al alba en primavera el rocío no acaricie más… tus aun lozanas mejillas Cuando el paso de los años hayan cubierto de nieve eterna tu blonda cabellera… Comprenderás entonces vida mía que la llama de amor que en mí encendiste un día, en feroz infierno se tornó y de tú amor, sólo cenizas… dejó.
Delalma
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Poeta
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Cuentan los marineros que al atardecer, ven radiante a una novia pasear por el mar del brazo de un mozo que es su querer… y que arroja a la playa… sus flores de azahar.
..................................... Que será lo que encanta a una bella mujer de serena mirada y cuerpo inquietante, a caminar por la playa a la orilla del mar mirar y andar… y volver a mirar. Antes del poniente… bajo un sol inclemente de albo color aparecía a diario para contemplar, ya no sé si era al mar o el atardecer, con el sol venía y con la luna partía. No podría decir que era mi orilla particular… pero si mi lugar predilecto para escribir y soñar… atisbando sirenas… prestas a dejarse atrapar mientras disfrutaban del embrujo del mar. Así, ella, una tarde surgió, blanca y delgada pelo dorado, ojos claros y mirada sublime, y lo sé porque alguna vez me miró pero jamás conmigo, ni con nadie habló. Como una novia vestía siempre de blanco con flores y encajes de igual color, mudaba a veces por uno de flores vivaces, pero níveo, como la espuma de las olas del mar. Siempre puntual, antes del ocaso venía a rondar. Por la pleamar bañado el vestido… en la tarde crepuscular… se alejaba, con nuevo sol… por el piélago regresaba. Una tarde de Mayo, cuando el viento de Otoño es más frio y más fuerte y las olas se hacen mayores… llegó como siempre, linda y de blanco, con un marinero conversó… y a la orilla se sentó. La vi sonreír… o quizás… ¿llorar?, Antes del anochecer ella se quitó el vestido, el brasiere y la braga, me regaló una sonrisa y se internó en el mar… hasta el alba la esperé… nunca más la vi.
A bordo de una gabarra… un buen trecho remé, cuando ya la costa no se avistaba, en altamar, vestido, brasiere y braga, de la dama dejé pues ese era el ara, de la novia del mar.
Delalma
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Poeta
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Cuando yo muera, no quiero ser olvidado en un cementerio, quiero que mi carne y mis huesos… se purifiquen con fuego… Quiero que mis cenizas las lleve el viento por los caminos que nunca anduve, pero que alguna vez en mis sueños, suelos míos yo los pensé. Quiero viajar por los mares y las montañas y volver como rio, abriendo caminos nuevos… con la libertad de mi pensamiento… Quiero que nadie llore, porque he encontrado felicidad, y voy a hablar con mis muertos… porque ya los vivientes no hablan conmigo.
Delalma
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Desde que te has ido, en mi habitación sólo hay un sonido de soledad, de hastío; de risa hueca y de vacío… todo se ha desvanecido, casi todo lo he perdido esperando al amor que ya es olvido. Los caminos cubiertos de flores y de sueños que antes me vieran pasar como tu dueño, quedaron tirados y marchitos, ya no pasaremos por allí, tú te has ido y el amor partió contigo. ¡Me he quedado solo, sin amor… y sin alma! como quedan los muertos allá en el campo santo con los ojos cerrados, cubriendo mi dolor y los puños crispados por la rabia. El trinar de un pajarillo en primavera me recuerda que estoy vivo y que aun siento, siento un año más de mi desdicha y tú abandono, y ésta realidad brutal de quererte y no tenerte. Más de pronto… mi mente tiende un puente entre el ayer y el presente, y todo pasa nuevamente tu cara, tu sonrisa y los rizos de tu pelo cayendo suavemente por tu níveo y terso cuello. Y sonrío… como cuando recordaba junto a ti el día que te conocí hasta el día en que me dijiste: ¡sí! … Con rictus de dolor miro al infinito, ¡Deseando ver tu rostro!... ¿Olvido?... no hay olvido, hay soledad y melancolía, y la ilusión perdida de saberte ¡siempre mía!… ¡y éste dolor que llevaré hasta la muerte! por haberte dejado partir… ¡sin detenerte!
Delalma Enero, 11 del 2010
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La pasión se apoderó de mis sentidos en el irrefrenable placer de los gemidos, aunque nada en el amor es prohibido siento que fui más allá de lo permitido. ………………………………………………………… Corcel sin brida ni correajes fui… a campo abierto cabalgué por las praderas, verde valles, verde montes, hierba fresca en aromas de tu cuerpo y de tu boca. De almizcle el cuerpo lleno me abrazabas mordí del verde pasto de tus llanos, abrevando de las azules tectónicas lagunas en el borde mismo de tu paraíso. Sin sentirlo el noble bronco fue domado por los besos y el frenesí de tus caricias caí de espaldas y en la seda, con ansias La Godiva, trepó sobre el fiel domesticado. En el intercambio de bellos madrigales también hubo los de personalidades, y fui caballero andante en la montura de la más hermosa y suave criatura. Ardiendo entre la pasión y el desespero noche a noche repetir la magia espero, de momentos en que a grupa me llevaste por caminos ondulantes, saciando mis deseos. Delalma Miércoles, 25 de agosto de 2010
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En una barca con velas al viento, Sin rumbo… Mi corazón marinero, sus alas desplegaba, Asoleando recuerdos y sueños, todos vanamente perdidos… Sin apuro, con sedal en las manos, la perca esperaba. El viento lejano y ausente, sus notas, ya no entonaba… El silencio, mi compañía, se hacía melancolía, Pero ocurrió que un milagro de amor, llegó como brisa. Nunca conocí mujer alguna, Ni tanta belleza junta Que hiciera saltar a mi corazón… Como cuando la vi. Los milagros de amor existen, Ahora puedo dar fe, Viniste a mi encuentro niña morena, piel de canela… Como Hada, de cuentos que no se han escrito, Llegaste a mi lado para escribir la mejor historia de amor, nunca antes pensada. Una pequeña estrellita que tímidamente brillaba… ¡Ahora es un sol! Más radiante y más bella que la primavera cascada de versos en su cabellera, color encendido, apasionado, en su cara y sus labios. Yo la esperaba, siempre la quise, ella sin duda igual haciendo cabriolas me lleva en el aire, abandono la barca que era mi vida y en alas su amor bendito… me alejo.
Delalma Martes, 12 de octubre de 2010
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Cómo explicar los secretos caminos del amor,
miradas misteriosas que se encuentran al azar,
y se sienten en el pecho corazones palpitar
cuando dos ardientes cuerpos, se rozan al amar.
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En oscura noche sin sentido, mi vida transcurría,
ya perdida la ilusión que había soñado
ocultaba mi quebranto al nuevo día
en vanos placeres de lujuria refugiado.
Pero hallé tu puerto a mitad de la tormenta
cuando a la deriva, sin rumbo me alejaba
me enamoré del susurro de tu voz
y de las sinuosas formas de tu cuerpo.
Salvación para mi alma y mi tormento
aliento para un desvencijado corazón,
luz en las tinieblas, claro firmamento
vino y pan, en el infortunio de la cognición.
Desde el primer instante yo me enamoré
como del mar se enamora la gaviota
divisando en ella su único sustento,
eso fuiste para mí, desde que en sueños te besé
Delalma
Martes, 24 de agosto de 2010
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Tú eres parte de mi vida dueña de mi alma de mis sueños y locuras, siempre sonriente y comprensiva. Aunque en el vuelo me extravíe, en el nido, paciente esperas.
Prisionero soy de tu cariño de tu nombre que no olvido, que conmigo llevo como talismán clavado en el corazón. Dulce tormento que no agobia porque sé que tú me amas.
Quiero brindar por la suerte de vivir encadenado a ti, tengo hambre de decirlo porque dos caminos iguales cada mil años se juntan y en éste milenio, los nuestros se juntaron.
Me quita el sueño tu mirada y por las noches, tatuada dejas en mi piel tu boca. Cada encuentro contigo es una feliz y nueva aventura, anclado a la vera de tu puerto.
Déjame quererte como te quiero y quiéreme siempre igual porque más… sólo yo puedo quererte. Yo tengo para ti, lleno de amor el corazón y las manos como garfios para asirme a tus encantos.
El día que yo muera quiero que sólo tus manos me toquen para llevarme ángel mío, de recuerdo la suavidad de tus caricias el brillo de tus ojos y tus lágrimas, el rocío de tu amor.
Delalma Martes, 05 de octubre de 2010
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