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Yo quería que tú fueras el amor de mi vida quería ver tu cara cada día que tu piel fuera mi piel tu mi sueño… ¡mi despertar! Fueras como rio de agua clara el agua que bebo, el aire que respiro amor eterno, cariño mío… ¡mi cielo! de ésta y de otra vida… ¡para siempre! Mi fiel esposa, la madre de mis hijos vida dando vida, amor… ¡Quería para siempre tu calor! ver color en tus mejillas y felicidad en tus ojos ¡Tu mi reino y mi palacio tu cara el espejo de mi vida cada palabra tuya… una melodía! ¡día a día!… eso era ¡lo que yo quería! Delalma
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Poeta
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La noche morena indolente hoy te ha traído un presente, no sabe que estás ausente que vives solo en mi mente. La noche morena preciosa y la luna caminera vanidosa, vienen vestidas con prosa y lucen muy presuntuosas. La noche morena, la luna y su brillo… ¡Hacen cantar a los grillos, y en una mata de membrillo ha anidado un pajarillo! La noche morena está inquieta no te ha visto salir coqueta, la luna caminera se va… secreta y los grillos callan su cantaleta. ¡La noche morena escuchó un lamento! ¡Ay, y yo que la amaba tanto! ya no hay canto, solo llanto, él, es puro dolor y quebranto. La noche morena y noviembre en un ataúd grande de mimbre… velan los restos de un nombre cuatro candelabros y un hombre… delalma
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Largos caminos anduve, ora cálidos, ora fríos acompañado por el sol a veces y otros por la luna y fue sólo por ti. Pero hoy he visto claro busco alguien como tú con ojos como el cielo y pelo color noche. Que tenga brillos multicolores como plumas de colibrí que cante como la alondra o el jilguero con voz blanca o carmesí. Con torrente de voz clara y melodiosa delicada como un lirio alegre y triste como un violín gitano. Pero ya no busco más porque sin tenerte… ¡te tenía! sin hablarme… ¡yo te hablaba! y eras tú, amiga… ¡Mi mejor amiga!... Delalma
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El amor que nos unió, sigue vivo y aquí está en el remanso de agua clara, los pájaros, la flor y en el follaje de los árboles… que no dejaron que se fuera. Tu mirada es cielo azul de esplendida belleza en ella se refleja el agua quieta de un lago cristalino mientras viejos troncos de abetos y abedules forman el marco predilecto para robarte un beso. Y yo te miro y escucho que preguntas pero no sé lo que preguntas… pues la mirada tengo puesta en ti y lo demás… ya no importa. Es el sueño que yo tengo cuando vengo a recordar a bordo de ésta barca que no me decido a abandonar porque aquí dejaste tu aroma y vacio tu lugar y yo te espero, hasta el día en que decidas regresar.
Delalma
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Dejaba correr el tiempo con la absurda esperanza de olvidar tu pasión enfebrecida… tu amor… quise olvidar el fuego de tus labios, y de tu cuerpo, la lisura de tu piel. Esa manera tuya, tu pensamiento sobre el sexo… en cualquier parte y alocada; no te importaba fuera en el coche, lo apagabas y… ¡varias multas cancelamos! Para vos… ¡el mundo era una alcoba! hubimos de cambiar mueble cada tres meses, ah! y la cocina… ¡un desquicio!… la vajilla, renovada a la semana; y por poco, de la lavadora nos caímos. El tango y la milonga que tu vida eran los aprendí con vos, como si míos fueran. Un café en el boliche arrabalero, llenándote del bandoneón y su tristeza… y ya, los ojos te brillaban. ¡Una copa!… y la danza fluía de tu cuerpo, imparables tus caderas me embriagaban, con tus senos pegados a mi pecho… ¡me matabas! y lerdo con mis pasos me enredaba en los ágiles malabares de tus rosadas piernas. Me recitabas poemas muy sensuales, incitándome en horarios matinales ¡y esas letras… esos tango que entonabas! despertaba en mí lo que callaba, y menos mal… que la lencería… no te gustaba. Eras mi gata consentida, muy amada te abrigabas en mi pecho algo cansada… y beso a beso entre mis brazos dormida te quedabas y una sonrisa de felicidad… tu rostro iluminaba. Pero pasó, y no sé ni cómo… ni por qué nos alejamos sin quererlo, sin saberlo... tal vez por la rutina o quizás por el trabajo pero fue una triste despedida… de un gran amor que viví, a tu manera. Delalma Domingo, 24 de octubre de 2010
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La rutina diaria… se va, y se viene por el mismo camino, las mismas caras, la misma gente y el trabajo que no espera, porque hay cuentas que pagar. Caminaba ensimismado por el parque, cuando vi a dos enamorados… ¡como palomas!... en amoroso ritual, sonrientes, tomados de la mano, rozaban sus narices… Abandoné el apuro y dejé mariposear el tiempo, me he sentado mirándolos de frente, él leía, ella escuchaba… pero se sentía, lo mucho que se amaban. La dama se me quedó mirando, y yo, me acerqué a congratularlos y a pedirles un favor… ¡el que tal vez otros esquivan!… Quisiera tomarles una foto – les pedí a los dos- ¿Sería tan amable y decirme usted su edad? -el caballero con gesto sonriente respondió- ¡mi novia tiene 80 y yo 85!... La foto está preciosa… ¡Que viva el amor! Delalma
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Me gusta tenerte entre mis brazos rozar con mis manos tu piel de durazno y ver risueños tus ojos almendrados… claro oscuros como capulí. Mujer de tomo y lomo, de mi vida y de mi lecho me deleita sentir tus senos en mi pecho… ¡Frescos, como frutos de naranjo en primavera! ¡y el aroma de tus flores recién hechas! Me encanta que seas mi amor, mi mujer, mi compañera ¡Saber que es amor, no sólo tu cuerpo! mientras tus piernas, son gacelas presurosas que escapan de mis manos: agitadas… sudorosas. Me cautiva travesear contigo y esconderme mirar tus párpados pegados y moverme, unas veces delante y otras detrás y morder tu boca... cuando me provoca. Me gusta beber… gota a gota el néctar de tu fuente, y besarte tiernamente… en el sublime instante… de le petit morte. Delalma
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Tocando mi guitarra en el diván no sé… hoy de ti, me he acordado será porque era nuestra esa canción… la bailábamos pegados, alumbrados por la luna. No sé, es solo que me puse a recordar y me entró una nostalgia, como nunca alguna lágrima se deslizó por mi mejilla cavilando en lo que hubiera sido de los dos. Se me acongoja el alma al recordar que yo te presenté… al que sería tu marido, jugando a ser don Juan dije que eras mi amiga… y ya no te pude separar, de mi mejor amigo. Si la última vez que los vi, hasta me puse a llorar, tuve que decirle que era de felicidad, al ver la niña que llevaba en los brazos y por la alegría de encontrarlos. Con sutileza mordiste mis labios en un beso y los ojos te brillaron despidiéndote de mí, así dijimos adiós y hasta siempre con una lánguida mirada y una farsante sonrisa. Porque no quiero desunir lo que Dios unió, a tu marido, que es mi mejor amigo, nunca más lo he ido a visitar…. porque tengo miedo, que sólo te halles tú. Delalma
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En febriles noches y apasionada madrugadas rebasamos las fronteras del amor… aunque donde hay dos seres que se aman nada es prohibido, ni entrar al paraíso. ........................................ Las palomas que dormían en tu pecho desplegaban alas para tomar vuelo, mi boca ha ganado en el intento mordiéndolas con ansia excitadora. Tu cuerpo como brasa al rojo vivo entregado al mío que era pira, se fundían en una solo llamarada cual bola de fuego rodando en una cama. Tus gemidos, carbón para mi flama… enterrando mis dedos en tu piel abrasadora recorría montes y colinas, de tu cuerpo ardiente y avivado. Saciar la sed que padecías dándote más de aquello que pedias era lo que yo me había prometido y es mi orgullo, el haber siempre cumplido. Viviendo como esclavo… de rodillas alimentando tu lumbre con más leña voy atizando el fondo de tu hoguera mientras brota lava que me abrasa. Tu cuerpo ha sido lumbre salvadora, he gozado de tu vientre y tus afanes, y de todo lo más bello que tú amor me ha regalado.
Delalma
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Me haré viento para volar hasta encontrarte hallarás aromas conocidos en el aire… en tibio beso rozaré tu boca y tus mejillas me verás como un fantasma tomando tu cintura. Por inaudito que parezca, oirás viejas canciones y poemas que eran nuestros girando en torno a ti… como un rumor del viento. Tendrás un pequeño desvarío… abrazarás la brisa esperando de mis labios sentir el beso amante… y extrañarás de mí, lo que yo extraño de ti. Me creerás a tu lado como antes… con mi amor, mis besos y caricias, entornando los ojos musitarás mi nombre… sonriendo por bellos recuerdos, vivos en la lejanía. Sentirás mi cuerpo apartándose del tuyo lágrimas de dolor rodarán por tus mejillas, querrás tenerme… y no podrás detenerme. ¿Qué sucede mi amor? ¿Alguna pena escondida? ¿Acaso el recuerdo de algún viejo querer?; a tu lado, tal vez, alguien preguntará… y volverás a la dolorosa y cruda realidad. Enjugando tus lágrimas y ocultando tu pena, pensando en mí responderás… ¡No!... ¡Es el viento que me entró en los ojos!… -Bien, entonces yo llevaré a la nena. delalma
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