Poemas de amistad :  Tu risa un verismo
Como rayo de luz
en la inmensidad de un abismo
tus ojos, tú risa un verismo
tu amistad como el abedul.

Tú nombre sencillez y fuerza
tu ser emana alegría y rabia escondida
tus ojos avellana miran la noche rendida
Y como siempre toda tú sigue y se esfuerza.

Tú amistad es infinita
como si contar las estrellas yo quisiera
o el océano sondar yo pudiera,
levanta esta alma que se sentía finita.

Y espero al caer la tarde
tú voz, tu dulce voz que un suspiro atraen
y se acompañan con la mía y se distraen
de trivialidades y consejo sin alarde.

Cuál cántaro recibes mi llanto amargo
cuál riachuelo arrastro tus piedras
hacia la mar para que se pierdan,
y es que tú amistad ha sido y será
el recorrer de un fresco y diáfano manantial.
Poeta

Poemas de amor :  En el desierto una rosa
En el desierto una rosa
sí, yo atónito me quede
pudo ser un geranio, un tulipán
pero no, fue una rosa.

Y en su estado no era quejosa
sin agua, sin tierra fértil, arenosa,
pero así era feliz
ni el arduo sol su color disipan
ni sucumben sus pétalos a las ventiscas pedregosas.

Paciente, tolerante
esperaba a su amante,
así pasaran meses o años, y,
a ella no se le notaba desengaños.

Dio frutos la espera
llegando el amante
al ver el cielo encapotarse
cayeron en el páramo,
labios en forma de perlas
que la besaron, la besaron toda,
y a su raíz, por la afluente agüera.
Poeta

Poemas de amor :  Aún dormías
Era ya de noche,
la luz radiante de la luna
en tú rostro tus rizos delineaban.

Aún dormías y tu ondulado cabello
perfumaban;
manzanilla, jazmín y crisantemo.

Tú piel mestiza
a mi ser eriza,
besé tú boca sin carmín ni rosas.

Eres natural, como se te antoja,
las paredes murmuran, las flores se deshojan,
y entre las sabanas níveas
el amor fluyo entre ondulantes líneas y Ateneas.

Era, éramos la primera vez
no hubo tapujos ni reticencias,
solo una cascada de complacencias.

Tus ojos de avellanas
rezuman fulgurantes de pasión,
y el aire tenue y fresco del balcón
el alba anunciaba el terminó de nuestra fruición
¡cuán raudo pasa el tiempo amada mía cuando hacemos el amor!
Poeta

Poemas de amor :  En el arroyo inclinada
En el arroyo inclinada
tú reflejo al paisaje agrada,
de súbito te levantaste
y tu tez al sol, brillaste.

Me acerqué cauteloso para estar a tú vera
y tu belleza, ¡ah! tu belleza, era una primavera
ya a tu lado, me decidí hablarte,
todavía algo temeroso por preguntarte.

¿será tú alma algún día mía?
¿podrán reflejarse juntos nuestros cuerpos mortales qué yo descubría?
¿me dirás esa palabra sagrada, amor?
y yo al final te miré con candor.

Tú silencio, fue para mí una eternidad,
me miraste, sonreíste y con serenidad
me dijiste: me incline al río porque vi tu imagen
y la brillantez del sol fue tu alma,
donde en este infinito cielo nuestro amor convergen.
Poeta

Poemas de nostalgia :  Depresión
Yo tengo una amante, que me llena y despierta,
seductora y envolvente me invita a la cama todos los días,
todas mis noches, me cubre con su peso entregándose absolutamente toda.

Compañera fiel y constante, siempre está, siempre ahí para mí,
yo tengo una amante que por años me suplica no dejarla,
y me es doloroso pensar en hacerlo,
yo tengo una amante que debería decirle adiós,
pero me es difícil abandonar para poder liberar la culpa de una vida a oscuras,
esa vida que una amante calladamente te regala.
Poeta

Poemas de tristeza :  Otra mañana ominosa.
Otra mañana ominosa,
péndulos, los rayos de sol
fustigan el vergel de rosa,
en un sonsonete de hora tras hora.

El aire rancio, el cielo rojo ladrillo
el alma mortecina, de rojo rosa,
viva, encarnada, doliente,
y los caninos chirrían,
y al espíritu, hora tras hora
tic toc, tic toc, fustigan sin perdón.
Poeta

Poemas de amistad :  Estimo que ella no sabía.
Estimo que ella no sabía
de mis intenciones,
porque la vi llorar,
y su alma, como un
cristal a punto de quebrar
terminó por despedazar.

Leí una vez, que quien
a un alma entristece
condenado al infierno,
al inframundo merece.

Mis palabras, mis caricias
no llegaron a consolar,
cuanto más estaba
más sufría, más se afligía
más se apenaba,
nada la hacía cambiar.

Decidí levantarme
retirarme y dejarla
con su llanto,
con su pena en el crisol.

Ora, por no saber ella, de
mi estimable sentimiento,
¿Iba apartarme de su querella?,
no más bien yo si se pudiera
Trocaría su dolor por belleza.

Y decidí así como la sombra
permanece reflejada, muda,
cercana y a la vez no tan cerca
seguirla sin que ella lo
lo supiera a su lado atento
a sostenerla, abrazarla,
cobijarla a rezar por ella
mientras duerme.

Y tal vez quizá, aquel crisol
se convirtiera en un bol
un cuenco donde su alma
al fin pudiera estar en calma.
Poeta

Poemas de alegría :  Nuevamente sonríes
Nuevamente sonríes,
y el reventar de
olas mansas tranquilas,
son tus risas, picaras eximias,
el mar turquesa diáfana
deja ver los corales y
revoloteando los peces
vuelan henchidos de alegría.

¡Ah! nuevamente sonríes
y a pesar que la golondrina
tenga que migrar, ella,
ella permanece extática.

¡Ah! Nuevamente sonríes,
y es como si estuvieras
en la bahía, cuando el alba aparece,
la neblina se hace menos densa.

¡Ah¡ nuevamente sonríes,
ya que el árbol de Lupuna
que estaba exánime, vetusta, enjuta,
ahora está con vida, frondosa, robusta.

¡Ah! nuevamente sonríes,
saltas, cantas, lloras
extasiada de alegría,
al ver las piedras irse,
arrastradas por las olas
al retirarse, que son
tus carcajadas,
llevadas muy lejos
por ese mar diáfano turquesa.
Poeta

Poemas de tristeza :  Flor blanca
Un páramo azul
un océano color arena
una gardenia en el frío glacial
el sol en la oscura noche
la luna en el claro día.

Tus labios estaban fríos,
fríos y resecos,
echada en mí regazo
sin ganas de levantarte,
ni la mirada, ni la sabana alba.

Y de los faroles
Brotaron escarchas
que rasgaron el suave lino,
de tus ojos color avellana
tornándose rojos,
rojos, pero no de pasión,
de esa pasión que;
que en estas mismas
sabanas albas,
nos hacíamos uno,
donde se confabulaban
en tretas infatigables
las diosas y dioses lascivos.

¡No!, ¡no! era este color,
era, diferente;
era un rojo de vesania,
donde tu mente en
su devaneo iba y venía;
nombres, recuerdos,
existencias, que musitabas
como hablando a la oquedad,
¡Flor! ¡Flor! en mi regazo
quedaste quieta, en paz,
y tus ojitos a su color
avellana tornaron, descansasteis.

El páramo fue color arena,
el océano celeste transparente,
las gardenias en los días cálidos,
el sol en el día,
y la luna en la noche oscura.
Poeta

Poemas de amistad :  Me acompañas arrojarlas al mar.
La quietud del ser,
de lo ya sabido;
una mente libre de cadenas
que te esclavizan, y un alma
en paz, libre de heridas y rencores,
está; la sincera amistad,
amistad de papá y mamá,
amistad de hermanos,
y la amistad del amigo,
ora en presencia,
ora en la distancia,
ora en ausencia,
ora sabes incondicionalmente,
que no te olvidan, ora sabes que no te dejan.

Son dos almas que convergen
como dos ramales provenientes
de aquellas montañas donde se
lleva apacentar un gran rebaño de ovejas;
blancas como la nieve, esa nieve que
se deshiela y de ahí serpenteante,
bajan, finas culebrillas de agua
límpidas y diáfanas, uniéndose
en un riachuelo y cargando
quien sabe alforjas con piedras,
que juntos arrojan al mar.
Poeta