|
Ámame cuando esté vivo y despierto, allégame tu alimento: tu cuerpo perfumado y el calor de tu aliento. Abrígame en las noches frías de invierno; préstame tus gráciles y tiernos cuidados. Arrúllame en tu regazo, quiero hacerlo mi refugio, en los momentos en que esté angustiado, porque la tarde se haya ido y me sienta en soledad o desesperado. Necesito tus suaves manos para que se deslicen por mi cara, que me enjuguen mis lágrimas, nacientes todas las veces de la sinceridad de mi alma. Quiero que me acompañes a diario a recorrer las olorosas campiñas que dan los generosos frutos, imprescindibles para la vida; nos tenderemos en sus mullidas hierbas a contemplar la naturaleza florecida. Apriétame la mano cuando caminemos por los innumerables senderos en que nuestros pasos transitarán por ellos. Necesito en ese momento sentir la tibieza abrigada de tu palma nacarada. Ámame sólo cuando esté vivo y despierto. No quiero que me ames cuando duerma. ¿Para qué gastas energías si no te siento? No quiero que me ames cuando muerto. ¿Para qué gastas tus fuerzas si no te siento? Ámame grávidamente desde que nazca sobre la faz de la tierra el alba y hasta que la luna me refleje en la cara. Ámame plenamente en mis años de mocedad en mi período maduro y en mis últimos años. Ámame sólo cuando esté vivo y despierto, no quiero que me ames cuando duermo, ni menos cuando esté muerto. ¿Para qué quiero tus besos sino te siento?
|
Poeta
|
|
Acomodo apuntes que están en mi memoria, los borro, corrijo uno a uno para que se lean bien. Ensayo su lectura en voz alta, los vuelvo a corregir. No suenan bien. Rehago distintas páginas hasta alcanzar la perfección: retratar en plenitud la vida y cada una de sus vivencias. Luego, bajo el brazo, me voy con todos ellos a los lugares más desolados de la tierra, los grito a viva voz, pronunciándolos a la perfección, utilizando mi mejor prosodia, digo una a una palabras que lo conforman. Mi lúcida mente modifica los últimos errores, los hacían parecer vagos, imprecisos. Mi vista se eleva sobre las más altas montañas, diviso a lo lejos, en tenuidad, comarcas desvanecidas; auxilio mis primeras lágrimas: precipitan tristes. No. Las palabras tantas veces ensayadas, corregidas, ni una de ellas sirve para consolar lo melancólico que repentinamente ha nacido: el baño de pena. Bajo el interminable pasar de nubarrones alzo mis manos a cimas escarpadas de silencio, y medito continuos mensajes de sabiduría que algún día, en algún lugar aprendí de memoria... despierto en otro momento, en otro estado. Me obligo a corregir nuevamente... tantas veces modificado y otras tantas que los ensayo. Mi cuerpo transformado otra vez de imperfecciones, superado nuevamente por lo absoluto, decaigo en mares de depresión... errante vivo, y en el ocaso, la invitación sin límite, me saca moribundo a renacer de la nada. Peregrino por laderas inclinadas, tropiezo con tempestades áridas que nublan mi vista, haciéndome afirmar en gélidas granizadas para así retomar la verdadera ruta. Aguardo amaneceres púrpuras, azafranes que me deslicen sin dificultades y mi vista recoja la sabiduría diseminada a cada paso, en cada meditación. Quiero dormir oculto en lo invisible, percibir aromas irradiadas de virtud, sumergirme en lagos donde habita la verdad, escuchar los perfectos sonidos del alma... añoro el pasado que se fue, ése, el que jamás volverá. Y en el más extraño sueño que me envuelve, caen abruptas mis manos, el peso de mi cabeza no soporta ni el más mínimo razonar. Aún así, lucubro en el más absoluto silencio, en la máxima soledad... El tiempo no existe, el espacio es otro, distinto al que alguna vez experimenté. Muero y revivo a la vez. Tomo de nuevo mis ajados apuntes: los leo y los releo... ahora suenan bien y son perfectos, los repaso y me los llevo bajo el brazo a pregonarlos a otras latitudes.
|
Poeta
|
|
Anoche estaba solo en casa...
Aburrido... melancólico
de las cosas que pasan.
Quería salir con alguien,
alguien que fuera distinto,
distinto a mis amigos y a mis padres.
Al acercarme a la luz
vi tras mío a una sombra,
mi sombra.
Me dijo con serenidad:
-¿Quieres mi compañía?
Salimos con paso firme;
pero caminamos reposado
por las calles casi obscuras,
salvo por la luz de la luna
que a mí me reflejaba
y a ella proyectaba.
Le conversé de mis dudas:
sobre la discutible sinceridad
de todos los hombres;
quise exacerbarme de un todo,
sincerarme en lo más profundo
que sentía hasta ese momento,
de lo que en mí pasaba.
Contarle de mis angustias y temores.
De por qué nuestra existencia
estaba atiborrada de rencor,
violencia y egolatría ...
De muchas cuestiones le hablé.
Ella me escuchó atentamente,
sin interrumpir un sólo instante,
como tomando apunte de cada palabra,
como rumiando cada frase que le decía.
Me detuve, se detuvo.
Esperé que ella diera respuesta
a todos mis recelos e inquietudes.
Me dijo con seguridad y sin duda:
-Tú eres fuerte y valeroso
como muchos hombres lo son.
- De ti depende cambiar el mundo
a pesar de sentirte con imperfección.
La naturaleza también es imperfecta,
me señaló. Has visto la inequidad del
agua caída en las distintas latitudes,
animalitos deformes,
extinciones de especies , entre otras.
A pesar de todo, la naturaleza y la vida
continúan para siempre superarse y
ser mejores.
- No decaigas...
-Vete tranquilo, te conozco plenamente
en los días con luna y con sol.
-Te ayudaré a enfrentarlo todo con
sabiduría
y estaré siempre a tu lado,
a pesar de no estar presente en las noches
y en los días en que más lo necesites:
cuando esté nublado.
|
Poeta
|
|
Todos los trabajos son difíciles de desarrollar. No hay trabajo fácil, todos necesitan de nuestra constancia, esfuerzo y dedicación. Desde muy temprano hay que entregarse, a veces, a sus no muy gentiles brazos que te exigen a cada minuto perseverancia... concentración. Todo trabajo no es fácil de desarrollar necesitan de la preparación y de la experiencia: ¿Cómo labrar los campos para que den sus mejores frutos? ¿Cómo lanzar las redes a las aguas para tener abundante pesca? ¿Cómo cocinar los alimentos para que se disfruten mejor? ¿Cómo cavar los cerros para extraer el escondido mineral? Son difíciles todos los trabajos que debemos desarrollar. (Nada llega gratis a nuestro hogar). Se necesita de la dedicación y de la entrega para su labor: Cumplir a cabalidad con nuestra misión, la que deberemos entregar hasta casi el final de nuestra vida... Con responsabilidad y vocación. A la distancia se ven más fáciles los trabajos de los demás... ¿Será porque se desconocen y eso hace que se subvaloren por su labor? Cuando los conocemos de cerca o nos corresponde realizarlos, cambiamos de inmediato de opinión porque no hay trabajos fáciles, todos son difíciles de desarrollar necesitan de tu esfuerzo, y de tu dedicación para que de este modo... cumplas con tu misión.
|
Poeta
|
|
Preocúpate de no hacer ningún ruido. Escucha el silencio de mi expresión, momento de la mayor emoción que de mi hondo interior ha venido. Con el silencio habla mi corazón, con el lenguaje que es sólo asistido cuando de verdad está convencido por los sentimientos y la razón. A veces la palabra está de más debido a su escaso significado o porque muchas veces no es veraz. Te daré mi sentimiento soñado, mis gestos transparentes y mi paz que no usan un lenguaje declarado.
|
Poeta
|
|
Quiero que me saques los zapatos para así de verdad caminar por todos los relieves terrestres que comienzan a orillas del mar. Sentir la sensación de la arena cuando la aplana el viento en el mar, sentir la tibieza de sus granos cuando el sol los comienza a dorar. Grato percibiré los guijarros que voy a encontrar al andar, sentir el cosquilleo festivo bajo mis dos plantas al pisar. Dormiré en las noches caminando y así, caminando descansar para no perder el tiempo escaso que la vida me va a regalar. Amasaré el barro humedecido que enloda la senda al lloviznar, mis fríos pies marcarán sus huellas que el calor del sol no va a borrar. Mis pies después de tantas andanzas se suavizarán al empolvar sus asperezas con suave tierra que en tiempo estival van a tocar.
De azul también se pondrán los dos cuando pisen la escarcha polar, la nieve de las grandes montañas y el suelo cristal al granizar. Pisarán el tapizado césped que las praderas han de verdear y aquellas olorosas hierbas les perfumarán siempre al pasar. Irán muy cómodos por la landa ya que el río los va a refrescar; también se esforzarán en laderas porque se cansarán al trepar. Quítame pronto mis dos zapatos, deseo yo descalzo caminar porque mis desesperados pies el suelo urgente quieren palpar...
|
Poeta
|
|
Dale tranquilidad a tu espíritu, a tu alma. Recréales, te lo agradecerán. Necesitan estar en silencio algunas veces para que tú les escuches... para que medites junto a ellos. Una mente tranquila y pura es lo que siempre debes tratar de conseguir, como una meta segura. Escúchale atento a sus consejos que te entregará en el oportuno momento. Ella, tu mente, es sabia...Tenlo por seguro. Si alguna vez piensas que se ha equivocado, no la reproches... porque fuiste tú quien no le escuchó atento su llamado, ni le quisiste entender la nobleza de sus sabios consejos. Atiéndele, ella siempre se adelantará a los hechos que pronto se harán realidad. Lo mejor para tu mente es meditar y caminar... Recuerda que en tu vida llevas una trilogía dorada: mente, espíritu, alma. Serán tu íntima compañía... tu complemento... La prolongación de tu cuerpo. Ellos protegerán tu valiosa existencia, aportándote a cada momento la seguridad, la valentía y la felicidad que necesitarás como ingredientes diarios. En la noche, cuando estés solo... en la playa, en la montaña, en tu cuarto o en el silencio de tu frágil cuerpo... Comunícate con ellos; Medita de tu presente y de tu pasado... Efectúa un balance sincero de todo lo que en tu vida has hecho. Calibra la brújula que guía a tu vida... Nunca es tarde para mejorar tu andar; supérate a ti mismo para ser cada vez mejor y para que vivas cada momento en plenitud. Escucha en silencio a tu mente, a tu espíritu y a tu alma. También son tu cuerpo... ...Medita y camina con ellos.
|
Poeta
|
|
Hoy tocaron a mi puerta las palabras, venían contentas, alegres a verme... les dije que eran bienvenidas. Eran tantas que tuve que abrir mis ventanas para que pudieran entrar prontamente. Venían alegres como dije; pero algunas venían tristes... que fueron las últimas en entrar. ¡Me gustan las palabras! Las alegres y también las tristes. Las alegres para hacerme feliz, haciéndome reír a carcajadas y remedio para mi alma. Las tristes, un mal necesario, porque son sinceras, justas y verdaderas. Jugué con ellas hasta más de la madrugada... formé bellas oraciones que me dictaba el alma; hice hermosos castillos con ellas, cree puzzles, adivinanzas, poemas y misivas. (¡Son fantásticas las palabras! ellas nos permiten, con su generosidad, conocer el mundo, Durante las horas que pasamos juntos fraguamos una gran amistad, la que estoy seguro, para siempre perdurará. Ellas me regalaron mensajes de afección; yo les respondí con recados extravagantes, cargados de confusión con el propósito de que ocuparan más minutos en descifrar los contenidos de mis textos y poder yo permanecer el mayor de los tiempos con ellas. ... ya hacía muchas horas que había entrado el sol por las ventanas... ellas se fueron de mi casa a media mañana. Pero al momento de irse un regalo me obsequiaron: unas hermosas fotografías de ellas, que juntas en un libro formaron un diccionario. expresar todo lo que queramos en segundos...)
|
Poeta
|
|
Muéstrame el camino que me llevará hasta tus pies, indícame el atajo que debo seguir para alcanzar tu sombra, guíame por la senda que me permitirá llegar hasta tu cuerpo celeste.
Mis noches han sido eternas. No he tenido días. Mi mente sólo en ti piensa... Mi cuerpo está abatido, cansado de seguir en tu búsqueda. Desvelos continuos se entretejen en el silente nocturno. Me he dado casi por vencido de no poder hallarte; pero de nuevo... mi obsesión me lleva a seguir buscándote. Estoy alucinado, envuelto en una nube espesa de misterio. No te puedo encontrar, no sé llegar a tu cuerpo, menos a tu sensibilidad porque soy tosco, y de modales rústicos; no tengo tu fineza, tu preclaro gusto que te ha convertido en una inalcanzable diadema.
Y yo, con mi esperar luctuoso sin poder llegar. Ahora, en el umbral de mi plenitud insisto en llegar a ti; en tocarte primero, abrazarte enseguida y ganarme tu cariño después. Sé caritativa con mi alma y mi solitario corazón, bríndale a mi cuerpo ese regalo: terminar con su obsesión . Muéstrame el camino que te lleva a ti; ilumíname mis pasos para llegar pronto y poder tocar tu placentero corazón. Envuélveme con tu aura para que mis palabras, modales sean gráciles y pueda llegar hasta tu alma para finalmente, puedas amarme eternamente, ser feliz y mi cuerpo termine con esta tremenda obsesión.
|
Poeta
|
|
Soledad, precioso circunstancia de la vida, comunicación interna, deseo. Paso obligado del silencio que exige al hombre pensativo a buscarse en lo perdido.
Soledad, Aparentas estar siempre vacía o ausente de los momentos vitales; pero sin duda eres luz y no olvido que alumbra los obscuros caminos de la multitud de seres confundidos.
Soledad, Abrigo necesario del ermitaño, refugio del labriego en el exilio, para aquél que llora un amor perdido, o del navegante que llora abatido por no tener a los suyos en el navío.
Soledad, Meditación que hace grande y es escuela donde nacen los consejos colmados de sabiduría. De ti se habla en negativo sabiendo que eres el encuentro íntimo, el sitio sublime y reflexivo.
|
Poeta
|
|