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Cuando mi amor se escriba en tu frente y tus tierras secas en mí se humedezcan entre tu ser y el mío se hará un puente que permitirá que en nuestros corazones las esperanzas, las ilusiones amanezcan.
Cuando te preguntes cómo es el amor que llevo en mi esencia y te ofrezco levanta tus ojos hacía mi dorado albor y verás entre las nubes del azul cielo un musical y alegre viento muy fresco;
allí danzantes entre sirenas y el mar encontrarás la estela que lleva mi amor si entras muy lento, en ella verás brotar ese dorado y rojo que buscas con luz y que en mi alma y rostro se sabe rebozar.
Penetra profundo con tu mirar mi ser empapándote de mi esencia lozana y de mis pasiones que te harán renacer sintiéndo conmigo el amor de verdad que de nuestros centros emana.
Ven, y mírame con serenidad Que tu mirada, las fisuras allana.
Yamila.
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Poeta
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Atrapas mis deseos en el aire con la pasión que emana de tus ojos sonriente te atreves a ajustarme a tu cuerpo, con ardientes antojos.
Me dices que me amas muy consciente del fuego que se escapa de mi centro acuciando el deseo en mi vientre que me empuja a tus brazos sin sonrojos.
No es tarde para amarnos por completo es tiempo de pasiones, es buen viento que trae las caricias de tus dedos tan sutiles y cálidas como en sueños.
Ámame con la fuerza de tu mar ese que canta con sus olas todo el tiempo la música que nos suele embriagar hasta hacernos cóncavo y convexo.
Toca mi espalda con tus besos sedúceme con el aroma de tu cuerpo elévame y manténme en desvelo sacando de mí, música como gaitero.
Une tu aliento a mi aliento y explora cada curva de mis deseos empalma mi alma con tu alma será tan intenso, como cascada de dos mil metros.
Escala mis montañas hasta su pico y reescribe la historia en mi cuerpo en él están las estrellas y el cielo donde has querido habitar hace tiempo.
Extrae de mí esos gemidos intensos los que al imaginarte se vuelven versos une tu pasión a mis deseos y explotarán mil volcanes en nuestro lecho.
Yamila.
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Poeta
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Ahora que te tengo bajo la lluvia y la luna llena el espacio con tu hermosura me dice el cielo quien es el que lo habita cuando tus ojos me sonríen y me obligan a deshojar margaritas.
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Nisiquiera tus pasos he sentido solo en sueños tus manos me han tocado y el rumor de ese anhelo deseado en el cielo nocturno se ha extraviado.
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Ya sé donde se teje la esperanza; en el cielo de otoño en tu corazón de viento rojo y a la orilla de tu playa.
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Me encontraste, te encontré en ese paraje tan desolado en donde no cabía más que las ganas de amarnos hasta la eternidad.
Yamila.
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Poeta
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Te amo con tu cabello despeinado con la barba sin hacer de tres días con un cigarrillo en tus labios apagado y un teclado donde tus ideas germinan con un café frío o recalentado.
Te amo tontamente en la noche donde bajo las estrellas y las deshojo como margaritas sabiendo que con tu luna versan.
Te amo así, con tus rosas mágicas entre sábanas de hilo blancas en ese espacio del amor forjado lleno de ti, de amaneceres inmaculados.
Te amo amor, en la oscuridad de la noche cuando el profundo silencio apresa nuestras enamoradas voces y la pasión en nuestros cuerpos arrecia.
Te amo en tonalidades fuertes como también en las pasteles pero deseo tenerte en mi regazo para alizar tu cabello alborotado.
Solo sonrío imaginandote a mi lado.
Yamila.
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Poeta
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Amante de tu vida entera de tus sueños, aun de tus quimeras de cada inhalación y exhalación que a tu interior desnuda ante mis ojos y mis pasiones ante ese sol que nos despierta.
Amante tuya, sin duda alguna de tus formas, de esa estela que vas dejando en cada verso de la noche, de tu luna llena amante de tus dudas, de tus miedos de esos besos de albas tiernos.
De esa inmensa locura que llevas en tu centro en tus manos, en tus ojos donde me reflejo encontrando la fuente del amor sincero amante, loca amante, de tu vida entera de tus desvaríos, de tu dulzura que atraviesa mi alma y la enmiela.
Amante de ese aroma que dejas en cada espacio en cada letra, con tus ausencias amante tuya, amante recia, amante eterna dorada como mañana fresca de alma alegre, de alma inquieta de ese largo silencio, hasta tu vuelta
Amante de tus desaciertos de tus imperfecciones como de tu certeza amante tierna, pasional y concreta incansable y adorable; amante loca, como nuestras metas.
Yamila.
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Poeta
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Recuerdo tu nombre, solo por esa simple sonrisa, por esa pequeña entrega de palabras y sueños de fantasía, Por el tiempo que compartimos día tras día, por esos ojos de ternura y profunda mirada. No fui nada para ti, nada importante, solo una amiga; no viste en mí más que un pequeño refugio donde podías dibujar tus sueños e inventar un futuro de nubes rosas y hermosas auroras, donde la espuma del mar era danzante, brillante; encontrabas en mí el espacio para desahogarte. Hablabas y hablabas mientras yo solo podía mirar e imaginar tus labios en los míos; cuando tus palabras volaban como hojas secas en ese círculo de fantasía y vocablos tiernos que tú construías, y cuando se te escapaba una que otra frase de amor que nos acogía y cuando de pronto me mirabas a los ojos y podía escuchar un te amo entre dientes como suave brisa. Yo soñaba e imaginaba, mientras veía como se movían tus manos; por momentos tan suave como burbujas al viento y otras con tanta fuerza que podía sentir tu varonil cuerpo pegado a mi espalda con ese sutil aliento detrás de mi cuello, el que me hacía perder el equilibrio, elevándome a un universo de deseos y pasiones; no escuchaba tus palabras, no sabía de qué me hablabas, solo sentía como cada gesto, cada movimiento tuyo me desequilibraba, haciéndome perder la conciencia del tiempo y de lo que nos rodeaba. Escalabas con cada palabra dicha mis sentimientos, convirtiéndose en amor inmenso, el que me calaba hasta los huesos; y lo pensaba, y lo imaginaba, que cada uno de tus sueños iban encadenado a mi alma. Sola; quizás desorientada, me pegue a ti con cada una de mis ganas, esas ganas de amar y ser amada, con ese calor que guarda mi centro y que grita por desplegar alas. No lo supiste; pero lo mío era enamoramiento, de tu alma, de eso tan profundo que dejabas salir cuando me hablabas, de tus poses, de tus movimientos; de esos sueños que me contabas en las noches de sosiego, mientras tomábamos una copa bajo ese palo viejo. No lo sabrás, es mi secreto; que nos hicimos el amor en ese circulo de palabras bajo las ramas de ese tronco viejo, donde las hojas secas crujientes fueron nuestro lecho y donde muy cerca de mi oído el susurro del viento nos traía los te quiero. Te amé completo, tanto fue, que todavía te siento cuando recuerdo cada detalle vivido en esas noches de sosiego bajo las ramas de ese árbol longevo No lo sabes, ni lo sabrás, que hicimos música con nuestros gemidos, suspiros tibios y la fusión de nuestros alientos y que recorriste cada fuente de mi amor con tus labios, con la palma de tu mano y la yema de tus dedos; fue mi sueño. Es mi sueño; que volvamos a la sombra de ese árbol de tronco maduro, como maduros son mis sentimientos, el que guarda mi secreto; donde tus palabras y mis deseos se mantienen a la espera de un nuevo tiempo, de un real encuentro. Méceme en tus brazos, arrúllame con tu centro; solo vuelve por un momento a ese árbol viejo donde te esperan mis ganas de amarte así sea por un tris de tiempo; en mis sueños. Son mis sueños, no los tienes, yo los tengo, acunados en mi interior como fuego eterno.
Yamila.
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Poeta
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Cuanto amor hay en tu mirada y esa intensa ilusión despertando con el alba más un roce de brisa en tu piel madurada y ese rocío tierno de luna inmaculada.
El tiempo ha corrido dejando surcos en tu rostro y en tu cabello hilos de plata sudorosos es esa vida a cuestas, con virtudes y con fallas que hacen en ti, el amor dulcemente añoso.
Vuelas en calma en la infinitud de tu tiempo llevando en tus alas las marcas de tus sueños los que te han dado la plusvalía en tu hermoso verbo lo que ha hecho crecer el amor en tus suelos yermos.
Caminas despacio, aun cuando el tiempo te acosa en una vorágine de un sentimiento hambriento escalas montañas disfrutando de las rosas sin permitirle al alma que sus sentimientos sean plenos.
Vuela alto y cabalga en praderas frondosas a fin de cuentas la vida es una sola si así eres feliz, seguro tu alma al cielo adosas encontrando la plenitud que en tu espíritu libre se forja.
Vuela, vuela cual libre mariposa, encontrarás tu camino en ese horizonte ancho y dorado, donde el sol reposa y la lágrima que queda en unos parpados finos el tiempo la secará donde las estrellas flotan.
Yamila.
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Poeta
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Porque sos quien me da muchas esperanzas las ganas, la visión, los sueños, la calma porque sos grande e infinita alegría mis profundos anhelos noche y día.
Porque me das amor de forma intensa porque tus besos a mi piel entregas volviendo mi llanto en ventura densa y tus caricias en mi cuerpo impregnas.
Porque sos el aroma a cielo inmaculado más la sonrisa y la mirada discreta y el ejemplo del amor abnegado.
Porque sos el tiempo de amar sin etiquetas y el trino de pájaros sincronizados… Porque así sos… Vida colmando mi vida.
Yamila.
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Poeta
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Elevóse el silencio cual cometa en la brisa calentando el paisaje divirtiendo el sendero donde corren las ganas del cortejo sin prisa y el amor se contempla como ardiente brasero.
Asercóse la tarde más con ella la risa que se lleva por dentro como fuerte aguacero calentando el deseo donde el amor revisa el perpetúo anhelo de acariciar primero,
al espíritu blanco que a todo ambiente irisa en tonalidad rosa siendo el suave asidero de cientos de colores que a la pasión precisa, y da el color correcto para aquel romancero que canta con el alma de forma muy concisa y al corazón se pega volviéndolo mielero.
Yamila
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Poeta
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He sentido tus dulces besos a través de todo este tiempo y tus manos y dedos, acariciando con ternura, cada uno de mis sueños.
He llorado desnuda bajo la lluvia mientras acaricia y lava mi alma arrancando desde lo más profundo el amor que insiste y te reclama.
Son tristes y gélidos momentos que laceran profundo el alma olvidando nuestras canciones y nuestro espacio de calma.
He sentido y palpado el amor en toda su redondez y anchura también su pasión y dulzor como su recia bravura.
Pero he sentido la silenciosa noche tocar con sutileza mi ventana para entregarme la luna plata y que sonría siempre mi cara.
También he sentido el tiempo con ilusiones bordadas es ahí donde a él me trenzo siendo en sus brazos llevada,
a campos soñados y abiertos donde moran mis flores amadas y una condescendiente brisa mece hermosas y relucientes almas aladas.
He visto eternos amores en almas cuidadas.
Yamila.
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Poeta
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