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Del sol de mármol
¡Qué lejos se oye el sol del mármol!. ¡Qué blanco huele cada siglo añejo!.
Por el amarillo aliento que buscamos. Por el vientre antorcha que llevamos.
Mientras el alma teje cada cuerpo. Mientras el fuego canta cada flama.
La montaña sueña con campanas. La mañana sigue sin relojes.
Vaya, vaya.-------Ya va el vapor. ¡Por el valle!.---De ventanas. ¡Por el oro!.-----Del desierto.
Vaya, vaya.-----------Ya va el hueco. ¡Arriba del éter!.----Con los ecos. ¡Arriba del sueño!.---Con las nubes.
El mármol del sol. Sí...¡Qué lejos se oye!. Sí...¡Qué blanco huele!.
¡Con el vientre amarillo, amarillo añejo!. ¡Con el alma de fuego, fuego del cuerpo!. Mientras, mañana, la montaña antorcha.
El. Sol del mármol. Aliento cada siglo. Tejiendo campanas. ¡Con montañas de relojes!. ¡Con añejos sueños!. *** Es la sinfonía qué duele, qué buscamos*** Y En El Mármol El Sol Habita Sin Tiempo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Me queda media hora
para sumergirme en la laguna de tus ojos
media hora escasa
paupérrima
violenta
terminante
para musitar tras tu lágrima
que me alejo
Déjame un puñado de silencio
un abrazo anclado
al alma encarcelada
que te grabará
en secreto
Media hora apenas
para alzar mis huesos
de tu lecho
apartar mis raigambres
de tu cuerpo
y despertar del sueño
con el agua fría
con la camisa blanca
la corbata de seda
los zapatos lustrados
mis documentos
Media hora
que se escapa en el silencio
ni un te amo
ni un reproche
Parto inexorable
sin despedirme
Me queda media hora
Alcanza para un café
o un té con canela
Cuídate mucho
me conceden tus labios
la media hora se agota
raudo alcanzo mi valija
y sin poder mirarte
frunzo el ceño
beso tu mejilla
y un hasta pronto
mentiroso
rasga el aire
Una paloma
ensucia la vereda
y el golpe de la puerta
a mis espaldas
cancela el último minuto
El amor se esfuma
y un avión me espera.
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Poeta
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ROMANCE MARINO
Caminaste, sirena, por mi alcoba, con pies de plata, curvilínea y sobria. No había en tus párpados artificios, cubrían tus pechos púdicas gracilarias. frente a mujeres de voluptuoso talle traías la ventaja del silencio.
Posaste para mí tu desnudez exclusiva. Aspiré tu aura de corales, intenté retener tus ojos milenarios. No pude tocarte, apenas si musité cuatro requiebros. La seducción fue mental: por tus pestañas vibraba el clímax de un acuoso hemisferio violentado.
Te deseé sin tapujos. Con escalofríos te pensé a mis anchas, quise fertilizar tu vientre de pez, mutar hacia tus misterios polares, ser concubino de esos senos formales.
Busqué la Atlántida hasta aprender tu idioma. Me habló de espumas y garcias tu blonda imagen. Te quejaste nostálgica del acero, desatino de torpe ribereño.
Posabas para mí tu desnudez exclusiva, me permitías memorizar cada milímetro, pero, al fin y al cabo, humano, busqué de prisa mi cámara fotográfica para archivar en mi vanidoteca la conquista del siglo… Se escurrió en un instante el mito. Volviste presurosa a la musicalidad ahogada de un caracol marino.
Entonces, el mar, celoso, con su bofetada fría y su resaca se llevó mis sueños y mi soberbia machista. Las carcajadas mundanas anunciaron que, disgustada, te habías llevado mi pantalón de baño.
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Poeta
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Revienta los escrúpulos, sacude el raciocinio Olvida la majadera presión de calendarios Canta conmigo un susurro rojo Emborráchate en el remolino de un merengue Fúgate conmigo a volar un vallenato Saborea la nocturnidad del sudor Embarazadas de viento, las nubes van pariendo el arco iris Cabalguemos las auroras Sigamos los trinos desordenados de gorriones Nada quiero con la lógica Deja seducir tus muslos en el roce de mis labios Nademos en las espumas de un cometa verde Fluya el magma de la vida a borbotones Déjate llevar por el placer oculto Plasmemos fantasías en el tacto que explora Fusionemos nuestros cuerpos de milongas Libres de prejuicios, las vertientes rompen rocas Desconecta ya tu inteligencia Suficiente lumbre sugiere tu mirada Ascendamos entrelazados a la cima Violines gitanos serán nuestra antesala
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Poeta
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PATRIMONIO Enfrentando a la isla de ojos múltiples, azorado ante mi imagen desambulada, vengo vendiendo los colores, desnudando los huesos asombrados, tiritando un verso humilde para correr y no llegar tarde. Quiero –no sé si quiero- Es necesidad –sí, eso- de levantar mi labio imberbe y ofrendarte mi único regalo que es racimo. La propiedad única que llevo: este amor, carne, fuego, sensaciones, un sueño común, mi verso. Entregarte lo que soy, tan sólo eso, aquí, extendido. Con el grito humedecido, con mi juventud tan breve, con esta tortura larga persiguiéndome cuando lejos de ti presiento el hijo. Todo lo que tengo eres tú, yo mismo y ese hijo que vendrá para el invierno. Casi siempre al decir algo, me lo encontré ya escrito. Tan sólo frente a ti se cuelan albos la página y el cielo Por eso, así, humilde peregrino mi verso llegue a ti llevándote esto: : ajuares tejidos en luna y rosas, todo lo que no pude callar y aquí te he escrito… Es mi patrimonio ínfimo. Te lo dejo… Para que en el grito primero de nuestro primogénito, mi tacto agradecido te acaricie en la brisa. Y si de algo estoy seguro es que ahora sí llegaré a tiempo.
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Poeta
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Soy marginal como un álamo
Insistente profeta en mi tierra
Soy marginal, inmigrante en lo propio
Intuyendo de prisa un destino severo
Soy marginal, germinando proyectos
Con el pecho incompleto
con un lastre grotesco
Soy marginal, inventor de mis días
Aleteando escondrijos
Insolente de vida
Soy marginal, es un trueno mi espera
vagabunda quimera
de nidal sin más piedras
Soy marginal, aspirante a voz digna
Enarbolo embriagado
mis plegarias furtivas
Soy marginal, sin patente es mi juego
No empadronan la ira
No tributan los sueños
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Poeta
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Fugaz, vendedora de claveles
Medallas amarillas desgranadas
De sueños y manteles ataviada
Llegó su invitación como paloma
resabio de jornadas veneradas
Nos fuimos a su mesa emancipados
de tejidos y discursos ya gastados
Asistimos lentos, solitarios,
Ingenuos persistentes
Elitarios
Inquietos y tozudos
Soñadores
Algunos mesurados como un piano
La pausa coloquial fue sin censuras
Enarbolamos fe en el hombre
Nos embriagó más que el vino,
la aventura
Una oda a la amistad
Una bengala
Oasis de trompos o campanas
Reencontrar otra vez las carcajadas
Madrugada ex alumna,
Amiga es su vertiente liberada
Ideas que brotaban ateridas
Pretencioso soñar
Líneas furtivas
Confianza en ser aún alternativa
Brindis final
Ronda ligera
Mesa ex alumna
Pasajera
Luego,
cada cual a lo suyo
Sus quimeras
Las mujeres, los hijos
Y esta espera
Madrugada ex alumna
Azul anfitriona
De vinos zarandeados
Con su collar de prosas
Con su proyecto endeble
lastimada de sol y abrazos
se ha esfumado.
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Poeta
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Déjame recopilar besos antiguos
Ordenar esos carruajes de novios que nunca tuvimos
Retomar las mañanas festivas de cada domingo
Repasar chocolates con naranjas de inviernos
Déjame de nuevo
esperar madrugadas en el Tatio
para sortear fumarolas de espuma
Declararte mi amor en la calle del gato que danza
Energizarnos en la pirámide del Louvre
Crecer en tu impronta egipcia
Regalarte arcoíris en Saint Michel
Caminar la Feria del Libro en Madrid
Declamar a dúo en la Puerta de Alcalá
Coleccionar eclipses para decorar
nuestros apocalipsis musicales
Tirar las cartas para inventar amaneceres
Mojarnos los pies en las termas altiplánicas
Caminar cementerios extraños
en innovadora tertulia social
Recuperar los humedales
a punta de protestas
Déjame hurgar mis cajas de archivos
Diseñar con nostalgia un avión de papel cuadriculado
y embarcarme paseandero
en un planeador constelado
hacia tu regazo y tu pecho,
percibiendo latidos,
en pasión renovada,
envuelto para siempre
en la locura del amor.
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Caligrafías de Amor 2011, Valparaíso, 3 de abril.
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Poeta
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Me perdere debajo las uñas que arañan toda mi piel.
Seguire tus pasos, aquellos agri salados, que me saben a dulce desaprensiva, terca miel..
Flotando por los cielos de tu perfume que impregna todo tu immenso ser.
Y sere mas esclavo que nunca de aquello que dije, pero tan libre como siempre, de todo aquello que nunca, te dire
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Poeta
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De tu creencia persiste la duda, de tu ternura persiste este desamor.
En los enredos aliñados con dudas, se persiguen las manos, aquellas torpes que un día, te soñaron.
Se pierden por sueños de realeza, sueños dorados que el alba despierta.
Una vez saltadas todas las horas, que te pudieran entrever.
Te volviste invisible, te esfumaste en el paisaje mas triste, que tu ojos nunca llegarán ha ver.
Sombra de soles sombra de ternura sombra de sombra azul de rosa desapareciste, otra vez.[center] [/center]
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Poeta
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