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La oscuridad presente esta, un mundo de sueños y pesadillas, abstracto y surrealista, viniendo de un lugar desconocido.
La luna brilla esta noche, es hora de salir, los mortales duermen, las criaturas de las sombras se divierten.
Salid a festejar, la noche nos invoca, es un homenaje, a todos los angeles oscuros.
La oscuridad se vive, estamos aqui, para divertirnos, ser parte de esta fiesta de sombras, luz y oscuridad.
Erick R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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Gostaria de ter um amor livre como as nuvens. Enquanto amar: ser lento e maravilhoso, assim na terra, como no céu.
Quando “desamar”: ser simples ao se dissipar. Sem vestígios, sem sombras e sem... Nuvens.
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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Todas vienen aquí conmigo, no tenemos una cámara para ver, no pienso que estoy solo en este mundo, la cámara no me deja ir, y el veredicto no es amor o alma. No se lo que es el amor, solo espero vivirlo, sentirlo, tocarlo, el amor es algo invisible. Busco el estéreo, está muy lejos de mi también, no pienso que estoy solo en este mundo, no pienso que estaré mucho aquí también. Sintonizo en la radio, una canción algo melancólica, a su ves tranquilizante, una y otra ves, se repite en mi mente. El mañana vendró hoy, no se si estoy listo para recibirlo, es el tiempo lo que lo decide, si viene o no, para estar preparado, si viene ese momento tan enigmático. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Las cosas que mueren jamás resucitan, las cosas que mueren no tornan jamás. ¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda es polvo por siempre y por siempre será!
Cuando los capullos caen de la rama dos veces seguidas no florecerán... ¡Las flores tronchadas por el viento impío se agotan por siempre, por siempre jamás!
¡Los días que fueron, los días perdidos, los días inertes ya no volverán! ¡Qué tristes las horas que se desgranaron bajo el aletazo de la soledad!
¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas, las sombras creadas por nuestra maldad! ¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas, las cosas celestes que así se nos van!
¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!... -de llagas infectas- ¡cúbrete de mal!... ¡Que todo el que llegue se muera al tocarte, corazón maldito que inquietas mi afán!
¡Adiós para siempre mis dulzuras todas! ¡Adiós mi alegría llena de bondad! ¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas, las cosas celestes que no vuelven más! ...
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Poeta
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(A mi querido amigo A.F. Cuenca.)
¡Entrad!... en mi aposento donde sólo se ven sombras, está una mujer muriendo entre insufribles congojas... Y a su cabecera tristes dos niñas bellas que lloran, y que entrelazan sus manos y que gimen y sollozan. Y la infeliz ya no mira ni tiene aliento en la boca, y cuando habla sólo dice con voz hueca y espantosa: "¡Yo tengo hambre! ¡Yo tengo hambre! Por piedad ¡Una limosna!" Y calla... y las niñas gimen... y calla... y el viento sopla... y llora... y nadie la escucha, ¡que nadie escucha al que llora! ........................................... ¿Y la oís? - ¡Ay!, hijas mías vanse por fin a quedar solas... solas... y sin una madre que os alivie y que os socorra... solas... y sin un mendrugo que llevar a vuestra boca... Adiós... adiós... ya me muero... ya no tengo hambre... y la mísera expiraba ¡"Una limosna"! entre angustias y congojas, mientras que las pobres niñas casi locas, casi locas la besaban y lloraban envueltas entre las sombras. Después... temblando de frío bajo sus rasgadas ropas, caminaban lentamente por la calle oscura y sola, exclamando con voz triste al divisar una forma; ..."¡Me muero de hambre!" Y la otra... ...¡"Una limosna"!
Enero de 1869.
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Poeta
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Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu rostro y tus acciones vía que con palabras no te persuadía, que el corazón me vieses deseaba;
y Amor, que mis intentos ayudaba, venció lo que imposible parecía: pues entre el llanto, que el dolor vertía, el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste: no te atormenten más celos tiranos, ni el vil recelo tu inquietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos, pues ya en líquido humor viste y tocaste mi corazón deshecho entre tus manos.
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Poeta
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Interrogándonos analfabeteados.
Huir llueve con piernas el materno suelo. En lágrimas En gotas En distancias Con las rodillas hasta los codos La mañana qué no regresa Con la tarde, ni con la noche ¡Sólo hay espacio insaciable! ¡Qué agobia, qué agobia! Las puertas... ¡Claramente!.
Huir de los recuerdos De las cosas--- ¡Qué nos prolongan! De las imágenes qué nos hacen Ser---Lo qué somos---Siendo seres De los recuerdos de otros... ¡Y de nosotros mismos! Pasado... ¡Presente prolongado! Edificados entre las cosas ¡Sin ser ellas!---Solo siéndonos.
Huir de nosotros mismos. ¿A dónde? - La obscuridad fosforece - - La mano encuadernada - ¿Es libro? Amarillo el otoño en la hoja Bajo el cejo párpado la luz Ilustra los harapos... ¡La orilla de los helechos! ¡La multitud, incendio en sombras! ¿Huir por la U? ¡Ir por la H!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Mujer-agua, suspiro de noche, viento que galopa como caballo exaltado, mujer que late como remolino al que nadie lo escucha. Hablas para ti, y dilatas tu cuerpo todas las mañanas como cíclope cansado de vagar en la penumbra. Te tiendes al Sol con la nostalgia de junio, por el camino de calles largas, como el fruto en la mesa, al calor de tus manos. Nada se ha dicho y estás aquí -tan pequeña- con rostro de madera y alas de pino, y miras con tus ojos fatigados por la vigilia, inventas signos y exhalas en mi pecho. Mujer, te reconozco tras el espejo-agua porque te traigo dentro, como lluvia de mi sed.
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Poeta
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