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La muerta resucita cuando a tu amor me asomo, la encuentro en tus miradas inmensas y tranquilas, y en toda tú... Sois ambas tan parecidas como tu rostro, que dos veces se copia en mis pupilas. Es cierto: aquélla amaba la noche radiosa, y tú siempre en las albas tu ensueño complaciste. (Por eso era más lirio, por eso eres más rosa.) Es cierto, aquélla hablaba; tú vives silenciosa, y aquélla era más pálida; pero tú eres más triste.
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Poeta
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No tienes tú la culpa si en tus manos mi amor se deshojó como una rosa: Vendrá la primavera y habrá flores... El tronco seco dará nuevas hojas.
Las lágrimas vertidas se harán perlas de un collar nuevo; romperá la sombra un sol precioso que dará a las venas la savia fresca, loca y bullidora.
Tú seguirás tu ruta; yo la mía y ambos, libertos, como mariposas perderemos el polen de las alas y hallaremos más polen en la flora.
Las palabras se secan como ríos y los besos se secan como rosas, pero por cada muerte siete vidas buscan los labios demandando aurora.
Mas... ¿lo que fue? ¡Jamás se recupera! ¡Y toda primavera que se esboza es un cadáver más que adquiere vida y es un capullo más que se deshoja!
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Poeta
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Oh mar, enorme mar, corazón fiero De ritmo desigual, corazón malo, Yo soy más blanda que ese pobre palo Que se pudre en tus ondas prisionero.
Oh mar, dame tu cólera tremenda, Yo me pasé la vida perdonando, Porque entendía, mar, yo me fui dando: "Piedad, piedad para el que más ofenda".
Vulgaridad, vulgaridad me acosa. Ah, me han comprado la ciudad y el hombre. Hazme tener tu cólera sin nombre: Ya me fatiga esta misión de rosa.
¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena, Me falta el aire y donde falta quedo, Quisiera no entender, pero no puedo: Es la vulgaridad que me envenena.
Me empobrecí porque entender abruma, Me empobrecí porque entender sofoca, ¡Bendecida la fuerza de la roca! Yo tengo el corazón como la espuma.
Mar, yo soñaba ser como tú eres, Allá en las tardes que la vida mía Bajo las horas cálidas se abría... Ah, yo soñaba ser como tú eres.
Mírame aquí, pequeña, miserable, Todo dolor me vence, todo sueño; Mar, dame, dame el inefable empeño De tornarme soberbia, inalcanzable.
Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza, ¡Aire de mar!... ¡Oh tempestad, oh enojo! Desdichada de mí, soy un abrojo, Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.
Y el alma mía es como el mar, es eso, Ah, la ciudad la pudre y equivoca Pequeña vida que dolor provoca, ¡Que pueda libertarme de su peso!
Vuele mi empeño, mi esperanza vuele... La vida mía debió ser horrible, Debió ser una arteria incontenible Y apenas es cicatriz que siempre duele.
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Poeta
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Dolora a Elmira
Era muy niña María, todavía, cuando me dijo una vez: -Oye, ¿por qué se sonríen las flores tan dulcemente, cuando las besa el ambiente sobre su aromada tez? -Ya lo sabrás mas delante niña amante, le contesté yo, y una mañana, la niña pura y hermosa, al entreabrir una rosa me dijo: ¡Ya sé por qué es!
Y la graciosa criatura blanca y pura se ruborizó y después, ligera como las aves que cruzan por la campiña, corrió hacia el bosque la niña diciendo: ¡Ya sé por qué es! y yo la seguí jadeante, palpitante de ternura y de interés, y... oí un beso dulce y blando, que fue a perderse en lo espeso, diciendo: ¡Ya sé por qué es!
Era muy joven María, todavía cuando me dijo una vez; -Oye ¿por qué la azucena se abate y llora marchita cuando el aura no la agita ni besa su blanca tez? ¡Ya los sabrás más delante, niña amante, le contesté yo... después! Y mas tarde ¡ay! una noche, la joven de angustia llena, al ver triste a una azucena, me dijo: ¡Ya sé por qué es!
Y ahogando un suspiro ardiente, la inocente me vio llorando... y después, corrió al bosque y en el bosque esperó mucho la bella, y al fin... se oyó una querella diciendo: ¡Ya sé por qué es! Era muy linda María, todavía, cuando me dijo una vez: -Oye, ¿Por qué se sonríe el niño en la sepultura, con una risa tan pura, con tan dulce sencillez? Ya lo sabrás mas delante niña amante, le contesté yo... después!
Y... murió la pobre niña, y en vez de llorar, sonriendo, voló hacia el azul diciendo, Ya lo ves mi hermosa Elmira, quien delira sufre mucho, ya lo ves! Y así, ilusiones y encanto, ni acaricies ni mantengas, para que, al llorar, no tengas que decir: ¡Ya sé por qué es!
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Poeta
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Miró Celia una rosa que en el prado ostentaba feliz la pompa vana y con afeites de carmín y grana bañaba alegre el rostro delicado;
y dijo: “Goza, sin temor del Hado, el curso breve de tu edad lozana, pues no podrá la muerte de mañana quitarte lo que hubieres hoy gozado;
y aunque llega la muerte presurosa y tu fragante vida se te aleja, no sientas el morir tan bella y moza:
mira que la experiencia te aconseja que es fortuna morirte siendo hermosa y no ver el ultraje de ser vieja.”
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Poeta
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Rosa divina, que en gentil cultura Eres con tu fragante sutileza Magisterio purpúreo en la belleza, Enseñanza nevada a la hermosura.
Amago de la humana arquitectura, Ejemplo de la vana gentileza, En cuyo ser unió naturaleza La cuna alegre y triste sepultura.
¡Cuán altiva en tu pompa, presumida soberbia, el riesgo de morir desdeñas, y luego desmayada y encogida.
De tu caduco ser das mustias señas! Con que con docta muerte y necia vida, Viviendo engañas y muriendo enseñas.
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Poeta
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AMAR POR DENTRO
Oceánico. Abanico. Mirar dentro de la piel propia. Amar. Del. Mirar el dentro por dentro. Azul profunda rosa. Un pensamiento, una emoción, una memoria. Un amor, amar, por dentro. Como espumosa ola, una burbuja. En la distancia más cercana. Estamos... Adentrando el destino de los ayeres. Hoy.
De la misma manera, mañana, tarde. Al Despertar Dormidos. ¡Sin hacerlo la primera vez!. Una Primavera. ¡De un paso enorme...Puente!. Es un mirar dentro. Amar al amor profundo.
Un sueño. Es un mirar dentro. Y... Desafiar lo desconocido. Por la piel del tiempo. ¡Sin cambiarlo!. Al amor que duerme. Mar y cielo, Fuego y aire.
Amar por dentro. En las íntimas distancias. Y Probar a los fantasmas. Amado. Atrapados por primera vez. Con El amo. A los recuerdos. ¡Sin tiempo!. Bajo la piel que se aniquila. Belleza sin igual. Amar por dentro. ¡Si nada se ama igual!. Por siempre.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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VIRTUOSO NACER... (En Castellano Medieval)
Como si nunca oviese nascido Día escuro e nebuloso Que alunbrara La montaña escura Esta rosa floresció De piedras fuertes e duras Su noble meneo e gentil semblante Perdiendo cansancio, tomando folgura
Esta rosa floresció E poco a poco todo assi paresce Non sé desir cuanto... E assi andando por entre rosales Cuesta sofrir su trago amargoso Como si nunca oviese nascido
Esta rosa floresció Fué un día doloroso Día escuro e nebuloso E commo cuando topa en algún foyo Commo aguila monta aire bolando Qué mortal seyendo... Se mostró celeste...
E así lo verás de fecho pasar Como en fechos virtüosos Cómmo este canto cantan Qué d´una clara fuente claro cresce Mas de la vera nobleza Mas la alunbran que claros cristales...
La mi grant sed... Que Frutales e flores fruten e florescan Verdad e franqueza Caliente la una e la otra fría... De dos bivas fuentes en fechos virtüosos... Pues non se dilate ya más nin detenga Su noble meneo.
Auctor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Cantos blancos
Blancas están la rosa y tú. En mi corazón al cantar. Al cantar y cantar. Y al soñar el cielo.
El cielo bajo el agua. Agua de luz, agua de sed. Orilla blanca...Blanca y verde. Y como blanco el jardín.
Blanca tú...Blanca, blanca. Y la rosa juntas cantan. En mi corazón. De luz cuando llueve.
Y la llave lleva sueños. Y el cielo en agua baja. Gotas...Gotas...Gotas de rocío. Pulpa de lucero y acero.
Manto de ilusión y de distancia. Estancia y constancia. En extraña circunstancia. Cuna, candado y cerrojo.
De mis besos...Luceros tus senos. Alfombra callada y jardín. La luz que llueve. Lleva llaves de sueños.
Sueños distantes, sueños y sueños. La rosa y tú...Blancos...Blancos. Cantos en mi corazón. Cantos blancos de orilla verde.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Maravillosa Quisiera poder repetir ese momento que tuvimos los dos Esa hora que nuestros labios no se separaron En que nos dijimos todo sin siquiera abrir los ojos Esa hora que nuestras almas ciegas se miraron
Vivir nuestras vidas juntos es algo que no resultaría Lo se y lo digo Ahora no, es algo que nos dijimos con agonia Y sin embargo Sabemos que tu y yo juntos somos armonía
Pero ahora se algo que tu no sabes Algo que mi corazón no se anima a decirlo Un secreto tan oscuro que me hace no responderte aunque me llames Yo solo se que nuestro amor pende de un hilo Ya no me llames ya no me ames, Prometelo, dilo!
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Poeta
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