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Me preguntas importuno, Juan Patricio,
qué requieres para ser un candidato
...¡Se paciente, que el asunto es para rato!.
Ante todo, hay que tener humor y oficio,
porque el arte de obtener un beneficio,
lo consigue un gran político sagaz.
Debes ser un populista, aunque jamás
tus palabras sean tenidas como ciertas;
tu oficina al ciudadano ten abierta,
¡que la gente mire en ti un hombre capaz!.
Si es que quieres derrotar a tu enemigo,
en los medios, tu alta imagen publicita;
para hallar siempre ventaja, necesitas,
ser del clero poderoso un fiel amigo
El político perfecto sabe actuar
y al partido opositor no tiene en poco;
si las cosas no van bien, finge estar loco,
la opinión que te es adversa, hazla callar.
La política es hermosa, como un beso,
tan dispar y devaluada como un peso,
que de sólo ver su imagen, nos desgana.
Muchas veces, en política se gana,
pero en otras, deberás hallarte preso.
¿Que no tienes la experiencia electoral,
que pudiese a tus quehaceres darle pauta,
evitando que te sientas tan pequeño?.
¡Si hubo un asno que aprendió a tocar la flauta,
yo no veo porque cualquier otro animal,
no consiga hacer posible este arduo sueño!.
¡La política, en el mundo, es una ciencia,
que se debe cultivar con gran paciencia!.
¡Date cuenta que no es fácil ser un grillo!,
porque implica ir más allá del estoicismo:
En lo adverso, has de reír con gran cinismo,
o llorar, como lo hacía López Portillo.
Si es que empiezas a escalar nuevas alturas,
y tu plan es adquirir magistraturas,
es preciso ser atento y generoso
con los hombres que te han hecho poderoso,
¡porque son los que te dan gubernaturas!.
¡No hagas caso de la gente, que con ruegos,
pide cambios; tú, más bien, pórtate seco!.
¡dale atole con el dedo a los borregos,
pa’ que triunfe el cacicazgo y lo que es chueco!.
Del silencio encubridor serás devoto,
¡nunca intrigues de algún modo en el partido!,
sé conforme con lo que hallas obtenido,
¡si no que quieres ser un pobre y sucio roto!.
Cuando estés bien instalado ya en tu puesto
y se muestre venturoso el porvenir,
todo tipo de artificios deshonestos
deberás, con diligencia, descubrir;
nunca olvides tus ganancias compartir
con aquellos que te han dado gran poder.
¡Echa mano en tu gestión de lo que sea!,
¡no te importe que un tirano en tu alma vean;
tu conciencia, con dinero, nulifica!.
¡No te importe a tu partido traicionar!,
“pues el fin que se persigue, justifica
cualquier medio que se deba utilizar”.
En resumen, mi importuno Juan Patricio:
Habla mucho, cumple poco tus promesas,
apuñala al enemigo a quien tú besas
¡y persigue astutamente un beneficio!.
POEMA REGISTRADO ANTE EL INDAUTOR (INSTITUTO NACIONAL DE LOS DERECHOS DE AUTOR) MÉXICO.
REGISTRADO VIA INTERNET EN: SAFE CREATIVE.
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Poeta
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Quando a situação
está ficando crítica,
utilizo-me da poética
para atacar a política.
A.J. Cardiais
imagem: google
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Poeta
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Fico procurando sobre o que escrever... Assunto é o que não falta. Mas acontece que eu tenho uma maldita preocupação, com o futuro deste país. Não se espante porque eu chamei de maldita, porque é maldita, sim. Se é algo que me incomoda! E o que nos incomoda, só pode ser maldito. Quando eu vejo um bando de políticos corruptos, usurários, desumanos, “tomando conta” do país, e outro bando que se diz “politizado”, só esperando a oportunidade de se dar bem, eu fico injuriado e tento alertar o pobre do povo.
O povo... Mas que povo? O povo não gosta de política, o povo não gosta de ler, o povo só quer se entreter e esquecer da vida dura ou da vida de duro. O povo já se entregou e acha que não pode fazer nada...
Quando eu vejo esses jovens idolatrando celebridades que só estão preocupadas com o glamour, com os holofotes, as capas de revistas, mas não dizem uma palavrinha sobre o futuro desses jovens, sobre o futuro do Brasil, eu fico injuriado. Essas celebridades podem até dizer que ajudam obras assistenciais, mas isso não muda nada... As obras assistenciais não assistem a todo mundo. Eu quero ver elas fazerem como os artistas da minha geração: Chico, Caetano, Gil, Vandré, Glauber... Eu quero ver elas mostrarem a cara e falarem para o povão: Está tudo errado, vamos mudar essa situação. Não é esse o Brasil que nós queremos. Mas elas não vão fazer isso... Estão todas ricas, milionárias, de bem com a vida. Elas não vão procurar se indispor com os políticos... É a política da boa vizinhança: rico não incomoda rico.
Falando em se indispor com os políticos, eu vi o que aconteceu com o cantor Luis Caldas, aqui na Bahia, porque ficou contra ACM(avô): ele foi condenado ao ostracismo. Se ele não tivesse talento e o reconhecimento dos colegas, teria “sucumbido”. Aí eu pergunto: que “democracia” é essa? E não se enganem não, porque filhos e netos de tubarões são tubarõezinhos. E o povo fica alimentado essas “ferinhas”, na esperança de que elas façam do Brasil um “mar de rosas”. Se elas fizerem do Brasil um “mar de rosas”, elas vão comer o que? Apesar de comerem tudo que encontra pela frente, as rosas não servem para alimentar tubarões. E onde tem tubarões, o mar só fica é vermelho.
O título: Escrevendo para as paredes, é uma analogia ao que as pessoas dizem quando alguém está falando, e ninguém está escutando: falando com as paredes.
Bem, vou postar assim mesmo porque, cada vez que eu leio para ver se tem alguma coisa errada, acabo acrescentado ou tirando “coisas” e talvez até errando mais.
A.J. Cardiais
06.01.2012
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Poeta
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A veces conceptuamos que más cordura tienen quienes gente adulta y madura se creen, demandan aislar su difundida experiencia con la inmadurez supuesta de la juventud.
Y así llegan -mienten con la fuerza tentadora de la sabiduría- siempre quieren tener la razón asimilando a conveniencia su atrevimiento. Aún pretenden conocer del mundo y manejar todo tipo de situaciones, mas no entienden que su ego les traiciona.
Acaso, ¿no fueron sus malas decisiones las que hoy perjudican la tan ansiedad estabilidad?
No es lo que soñaron -recuerdos inmóviles- lágrimas desvalorizadas. Codician escapar de una agitada angustia que parecieran merecerla.
Ni serán sus plegarias las que cambien el mundo, lamentos -sutiles quimeras-, deseos que fenecen aún cuando no terminan de pedirlos. No tiene sentido encargarnos su culpa, remedios artificiales -cobardía externa- Agarras un equipaje lleno de esperanza -no tiene cabida tanta insistencia-
Instan a reclamar y esconden su voz, aprovechándose de la ingenua desconfianza y cansancio producido por la espera. Injusta hidalguía -sonada espera-
No es causa de risa tu ironía –prepotencia- signo de mala educación. ¿Emancipada cordura?
¡Un reclamo les cambia de genio…! -que osadía- gestos prepotentes, órdenes de esperpento. Luego se autoexcluyen, exigiendo que la nueva generación arregle sus mal logrados objetivos. No supieron cuidar la naturaleza, ¡…ni heredaron a sus generaciones el respeto por la vida…!
Recuperas en oprobio tu ignominiosa estrategia -funcional para ti- Pero, no me atrevo a juzgar tu apariencia de mejorar como siempre tu cobarde actuación. Te aseguro -no juzgo-, simplemente escribo verdades que si llegan a lastimarte pues una incipiente conciencia se mantiene en tu alarde.
Respetando vivo el irrespeto de su cobardía que no les permite defender ni siquiera lo que creen -imperioso resultado-
Autor: Quituisaca Samaniego Lilia
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Poeta
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Formularon incómodas preguntas…Los interrogados miraron de soslayo…Luego, siguieron en lo suyo, impávidos, proyectando perfiles, asociándose en la ploma cofradía del silencio…
Les habían asignado a los poetas, estos anárquicos bohemios que rayan la pintura de los solemnes juristas, un rol categórico: Voz de los que no tenían voz, faro guía para que navegaran los faluchos en la noche.
Por justo dieciséis los poetas se la tomaron en serio…Sesionaron por largos manteles clandestinos, concertaron madrugadas y epitafios.
Claro que hubo algunos que prefirieron alardear de herméticos: se tragaron los gritos, se excusaron con crisoles modernistas…
Otros, usando largas botas para el barro, se construyeron palafitos y como los canarios cantaron dulcemente desde sus jaulas…
Pero, los más persistieron. Se pusieron a pintar murallas. Algunos, exiliados, optaron por sesudos análisis sin tiempo y quedaron anclados al dolor de una partida.
Pero, los más, se volcaron a cabezazos, a pura tinta y brocha gorda contra los túneles convivientes…
Fue por dieciséis, acaso menos, los poetas nunca pintaron sus cara, fueron dramaturgos de lo cotidiano. Espartanos gladiadores de la palabra.
Todos ellos, escribiendo, actuando, cantando, grabando o esculpiendo, pintando, gritando o murmurando…También vociferaron. Era la tarea social que les imponían
Y gritaron fuerte. Se tomaron en serio ser voz de los que no tenían voz. Todos ellos estuvieron, a su modo, dándose de codazos para ser vanguardistas. Pero la mayoría, al fin y al cabo en la misma línea…
Se la creyeron: faros.
Con la soledad a cuestas como todos los faros.
Con rompientes a cada verso, como en todos los faros.
Dando a luz esporádicamente, como todos los faros.
Sin pretender avisos luminosos para ayudar al gasto de energía, así son los faros...
Todavía, al menos, nadie ha publicitado diet cola en los faros.
Poetas, faros, iluminando a tientas los apagones…Y ellos se la creyeron…
Pero, justo a la salida, con la garganta ronda, faltando varios, ignorados, dispersos, sin la más mínima antología, los poetas creyeron que el gran eco de todas las voces les respondería. Que manaría de las montañas una respuesta casi absoluta: el eco rompiendo los tímpanos de las cansadas ciudades.
Esperaron, esperaron. En vano reposaron sus espaldas sobre los muros que quedaban. Nada se oía, nadie respondía. Sólo empezaron a ver las multitudes, sólo percibieron algunos abrazos, unas pocas lágrimas.
Y, luego, las carreras, las bolsas plásticas de las liquidaciones y el silencio.
Todos pasaron de largo, los escaparates repletos de testimonios se pusieron amarillos. Los trabajadores del arte quedaron cesantes, cambiando afiliados de aefepé en aefepé.
No los antologó nadie, los discursos perdieron vigencia.
Resultó demodé tanta nostalgia.
Los silenciosos burócratas de siempre, con su amnésica mirada, archivaron los dieciséis, como si nada.
¡Lástima!
Lástima que los poetas se la tomaran tan a pecho.
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Estás solo, tiritando
Has venido a mi portal
Declamados tus derechos
¿quién los vuelve a proclamar?
Son, mi niño, tus derechos
convicción universal
Tus mayores se persignan
Los editan sin parar
Es hermoso su empastado
Son epístola papal
Son poema nerudiano
Se conmueve el más truhán
Son discurso recurrido
Infalible de apelar
Hay consenso, es increíble
Saca aplausos, ¡colosal!
Tu derecho, ¡formidable!
Tu derecho y otro más…
Pero estás frente a mi puerta
-¡si te viera la Mistral!–
No te leo tus derechos
No se trata de imitar
Simplemente, te convido
de mi duro, algo de pan
-quizás logres indulgencia
consecuente intelectual–
Ay, mi niño, tus derechos
¿quién los vuelve a proclamar?
De Miedo al Miedo, 1983
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