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GANAS...
Cuando el agua bebe la sed del sol. El fuego incendiado apaga la ceniza. Parada en las alas rojas del aire. La lluvia toma una siesta. En una gota un día una hoja.
Del libro inseparable de la vida. Con el paisaje desprendido de la noche. En las tumbas salvajes de la piel. De la blanda desnudez de la calle. De la puerta vacía de la luna. De la casa llena de la muerte.
¡Ganas... Si perdiéndola aprendes!. ¡Ganas... Si olvidándola recuerdas!. ¡Ganas... Si meciéndola enterneces!.
Por el campo que sangra en la tarde. ¡Dad!... Alimento a las nubes. Dad, dad sustento a los granos. Dad, dad fuerza a las almas. Dad, dad impulso a los sueños. Con los días los meses los años.
¡Ingenioso inmenso inolvidable!. Un espejo se refleja en otro. Un año se abona en otro. Una vez se cultiva con tino. Una vez de muchas muchas... ¡Ganas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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REALIDAD AZUL
El beso azul de los recuerdos. Vive en la aurora de los sueños. Despierta la primavera. Del olvido. Del valle frío. Del corazón de noble roca.
Una sonrisa tierna. Entre las dulces pupilas. Flores de brisa fresca. Sombra protectora de
Las horas tibias. Los años del bosque amigo. Los caminos cristalinos, una nube. Vuela la noche entre las hojas.
Del tiempo recuperado. De la esperanza nueva. Del elixir de la prudencia. Del perfume de la cautela.
Por el suelo que esta sangrando. Por las lápidas que siguen llorando. Por el anhelo que murió. Por las almas que se perdieron. ¡Con toda la dignidad humana!.
En la calle. En el aire. En el mismo verde del verano. La realidad azul se hizo gris celeste y evidente.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ACLIMATÁNDOSE
Amar rama y raíz riza las hojas, parpadeantes después por la vida, que mueve desconociendo la muerte, del tiempo tinta distinta distante, un momento un segundo primero.
Cuando el aliento falta, cuando vuela, cuando del humo una chispa, escapa, cuando al cielo planta, una esperanza, cuando el joyero llora llamas llano, llamando al lago algo flamante.
¡Aclimatándose estacionado!.
Dueño del ensueño con empeño, como un paño en el puño de niño, creyéndose cayéndose del tronco, amarillento en la copa poco opaco, casi otoñal retoño al año añil.
Y en el mar remar remarcando, a las hojas pestañear al viento, como la brisa es ama, de gotas, aire espuma y olas. Al amar el mar, de hojas, más que otoño a los retoños.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Arrugas del tiempo Autor: Pierre Reverdy 1889-1960 ( Francia ) De ¨El Tragaluz oval¨ 1916 Versión: César Moro.
Arrugas del Tiempo
Cuanto más grito más fuerte es el viento La puerta se abre Arrastra la piel y las plumas Y el papel que vuela Corro por el camino tras las hojas Que echan a volar El techo se rebela Hace calor El sol es un imán Que nos sostiene
Desde kilómetros Me gusta el ruido que haces Con tus pies Me dicen que corres Pero nunca llegarás nunca
El Viejo aficionado al arte tiene una sonrisa idiota Falsario y ladrón Animal nuevo Todo le da miedo Se apergamina en un museo Y participa en las exposiciones Lo he puesto dentro de un volumen en el ultimo anaquel
Ya no cae la lluvia Cierra tu paraguas Que vea tus piernas Abrirse al sol
Autor: Pierre Reverdy Francia 1889-1960
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Poeta
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MANZANA DE FUEGO
En la manzana de fuego el amor, teje las nubes. Días y noches.
En el hogar de la primavera. ¡Un sueño de mil colores!.
En las dulces mariposas de piel y miel. En las raíces de las mañanas. En las hojas de la aurora. ¡La manzana teje al aire rojo!.
Tormenta del cálido viento de azúcar. Donde el dolor verde nace.
Y el tiempo amarillo guarda el otoño. En la sombra de las ilusiones perdidas.
Las estrellas construyen las tardes. Con el canto de los huertos. En el aliento de las frutas. En el desnudo de los sueños.
¡El fuego es de nácar!. El amor fabrica nubes.
En la manzana de fuego. ¡El fruto es el futuro!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Amblar Ambliope
Del papel cegador la razón tiene la noche atrapada en gélidos encantos de las hojas del viento.
Hablando el otoño al fondo de las piedras pardas despertando a la izquierda del amoroso reptil. Por la soledad que respira viajera en el veneno musical del aroma cansado en la desnudez.
Del escritorio clamando fiebre con las aves ligeras en los párpados del ritual que ladra curioso. Donde las horas pasan los minutos petrificados con el humo frenético del año que olvidó ser.
¡No, no, no, las cadenas están en calma crudas!.
Por el armario que prefiere ser ojo sin precio cerrado, en los dedos caminantes, y la risa rebelde agria. Leyendo al cuerpo las figuras inevitables hiedras ante las tardes de la ingenuidad monótona.
Entre los pétalos sedientos del rostro tibio excelso de la mirada que quema, y escribe de viva carne. Porque la cama duerme bajo el tapete despierto que persigue un alfabeto suculento inocente.
Y gritan los harapos no cantes a esa luna cabal que en las noches intercambia las estrellas.
¡No, no, no, dibuja ni la lluvia repartida ni letrada!.
Por El Amblar Ambliope Donde Solo Los Pájaros Cuelgan Los Picos Escarpados.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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HÍBRIDA HEREDAD
Voy a fabricar una idea con tantos otoños como he visto despertar en las hojas en el amarillo de los ecos olvidados por las ventanas amontonadas del espejo de mitológicos recuerdos y sabor desigual en la homogeneidad de la envidia en las casas que levitan desmejoradas pero también en el árbol arrodillado con los sueños de un pámpano de la quietud con pantomima de la hojarasca con donaire y viceversa.
¡Por esa hibridez, desamparada hendidura!. En las respuestas al imposible, en los dioses adictos a las alabanzas, y hambrientos, de culto y privilegio sobre otros, fanatismos indignantes desentonando, las mínimas razones, erróneas dudosas duplicadas decorosas, por el látigo laudable legible legión, entre pedales pecadores pecuniarios, con el rendimiento reprimido resorte, más allá del instinto instruido infame, menos que elaborado elástico embrutecido, y viceversa.
Voy a fabricar simetrías paradojales, en el último futuro olvidado, en el pasado que vendrá sin restricciones, anudando enemistad y desarmonía, por el barrizal farolero y acalorado, con aquéllo desgarbado y elegíaco, en la oquedad de la argamasa, por la ignominia baladronada y fatua, de aquel escarolado escarpado, amante de la infusión de la matraca, desenfrenado enjugascarse. Del Sillón Escaso De Sesera Desalmado Cándido Fanático Descarriado Entre tanta... ¡Híbrida heredad!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Inteligible Desentono
Hay muertes tan tranquilas, tan suaves, como la naturaleza, en una semilla en las hojas, del fruto gozado y el otoño sufrido.
¿Yo qué sé?. En el invierno fracturado. en la fe sin rostro, perdida en el cielo. ¿Yo qué sé?. En la primavera invidente, en la crepitación ignorante de criptas. ¿Yo qué sé?. Me preguntan las dudas. En la puerta. De las ventanas heraldos. Del piso en la mirada. Del suelo sangriento. De cruenta ignorancia. En la epidemia. De las almas enfermas. De los sillones que mandan.
¿Yo qué sé?. Hay muertes tan tranquilas, tan suaves, como el silencio extendido, en una lágrima dulce, en una mirada profunda. ¿Yo qué sé?. De los ojos en los ecos, de los huecos en los huesos, de la sangre de las almas enfermas.
¿Yo qué sé?. Si no soy nadie, sin haberlo vivido en los mares, que ladran en la calma remota, de las ausencias cultivadas, en las tinieblas que flotan, de los hilos inventados. ¿Yo qué sé?. De las desdichas sin humo, del fuego inútil de los que hubiera habido, enredado en las pestañas sin luz, en el faro ufano del pecho desierto, donde todo se olvida con el acero del tiempo, en las campanas que tocan, desentendidas, del desentono, de la vida, que se apaga, injustamente, en el polvo, humedecido, tempestuoso. ¿Yo qué sé?. De la absurda sinfonía, que teje la tierna eternidad sin tono.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ARRUINADO
Aquel aire, aquel arenoso amarillento, aquel maizal como pocos, con el cual se tejerían sobre espumas, las colinas de las tardes en que soñaríamos cobijados por las ramas en el esplendor de las hojas, caminando con la luna, aquellos oleajes que habían sido decorados con ayuda de las aves, eran dibujados ahora dificilmente con los tensos músculos temblando, estos días hechos con las horas alargadas en las miradas inquietas con presteza por el color de las nubes que cargaban tormentas anchas entre la verde mofa de los lejanos campos.
Esterilidad, puros sueños ignorados. Experiencia inútil. Concluido el tiempo nada hay más que hacer, nada más qué esperar. Es la esencia pura de la ruina, decadencia concreta, estrapalucio objetivo, la misma quiebra del desmedro. Solo aceptándola se supera, y no por ignorarla desaparece. ¡Así es, quiérase o no!. Sepultada la esperanza absurda, sucumbe de tiempo en tiempo, la fe atónita oficiando, el incienso antes de haber sido gastado el compromiso en la contemplación donde la vida se escapa recogiendo playas en el corazón de un caracol infértil. Pensaba. Lo que más recuerdo de aquel día fue lo gris de la tarde, el polvo, lo agrietado del suelo, y la ingenuidad que a veces ponían los zapatos ante los arroyos secos colgando una lámpara en la madrugada humedecida deseando todo enlagunado. Él, ocupando la sombra bajo el encino a la izquierda de la salida del sol, se escondía. Pensaba qué nadie lo vería desde el ayer bebiendo sequía. Y ahora qué sólo llueven botellas vacías en la inofensiva sonrisa sin preguntas oyó las infinitas respuestas posibles como dueño de la película de suspenso, pero... Pareciendo todavía la de un hombre perdido en el mundo. Todo natural, todo indudablemente coherente en el desierto frío por los mordidos recuerdos desnudando el espejismo de ser traspasado por los ojos secos de los musgos que colgaban para verlo todo, y cubrían de vidrios rotos los últimos confines inundados...
Por fin se dijo qué este cielo se obscurece ahora como homenaje al fracaso tanto tiempo negado; Este ambiente asfixiante que encierra sobre los silencios el olvido que va descendiendo hacia las tinieblas mayores; este ambiente hace temblar cualquier costumbre de las necesidades absurdas de los faroles del acantilado oculto en las comunes enredaderas con sus imborrables heridas sin ver al pórtico fornido por el torbellino del agrio estio en el trance fatal de la insolación que fulgura toda flama perfumada con acero.
Así fue la desolación entre la merma y el fracaso, la peor infamia del espíritu agusanado irremediablemente benigno con la tarasca y pernicie caminando alegremente por las calles al constelarse el desamparo con los encajes de verde malva en los mínimos horrores de la incertidumbre con toda la indignidad y la honorable bajeza recibiendo los laureles perdonados dulcemente en la desgracia mayúscula del alma Pobre pues, fue aquel maizal esculpido en las canteras ahora que lo cuento, y que me dices, están deterioradas las mismas nubes rodeando al embarcadero que ya no existe.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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LA CENIZA DE NUESTROS SUEÑOS ___Tudor Arghezi ( Rumania ) 1880-1967
Fué poeta y novelista. Ingresó como monje en Monasterio Cordeleri, encarcelado en 1916 por su neutralidad política, y de nuevo en 1944 por sus escritos contra la autoridad nazi instalada en su país. En 1965 fué declarado Poeta Nacional con máximos honores. Esta es versión de: Pablo Neruda.
La ceniza de nuestros sueños...
La ceniza de nuestros sueños se derrama a montones en nosotros, como caen en los cántaros los pétalos azules, atacados por un insecto oculto entre las hojas.
Se agita el viento y gime. La tierra se funde con el cielo, las ciudades son maraña y laberinto, hondos laúdes de blasfemia, y el aire es frío como el hierro.
La tierra es un molino hueco con larvas mendigando un aposento, moviéndose en el polvo que se muere que se pierde en confusiones y desastres... La tierra de los sueños que no fueron...
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Poeta
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