Quizás te preguntarás… ¿Cómo es que pasado el tiempo, Tanto tiempo, yo aún te sigo queriendo? Y ese haz de luz de luna Que furtivo se cuela por la rendija De tu ventana, En mitad de la noche hará brillar Las perlas que escapan de tus ojos Rodando tristes por tus mejillas, aquellas Que alguna vez mis besos les supe dar.
Mientras tu mente se queda en blanco Y en un hondo suspiro ahogas tu llanto, A lo lejos yo estaré pulsando una guitarra Tratando de entonar una vieja canción De amor, con mi garganta rota Vencida por el tiempo y el dolor Que dejó tu ausencia, una tarde cobriza, Cuando pusiste tus pies sobre la mar Llevándote hasta el panal de miel, Abeja de ojos morunos.
¡Ven!...que aquí en mis labios Todavía navega el sabor de tus besos, Y en mi cuerpo sigue impregnada La fragancia de tu cuerpo moreno.
No sé ni qué hacer ni a dónde ir Si tú no estás aquí, para hablarme Siquiera, para despertar cada mañana y Decirte: “amor… ¿Ya te dije que te amo?
Y escuchar del cielo, la melodía de tu voz, Levantando tus brazos, rodeando mi cuello Musitándome suavemente al oído: “Si amor, toda la noche me amaste”
Ya no me alcanzan las llamas de tu amor, que en los leños secos de mi pecho, tus melodiosas palabras encendieran.
Para vivir, para respirar, necesito de ti, No de tu amor de fantasía, promesa Que en mi cama no se ve cumplida, Y en mi mesa, tu silla está vacía.
Te amo como si el mundo se acabara Y fueras tú, lo único a qué asirse para poder sobrevivir, sobre la faz de esta tierra.
Me aferro a un mañana tan incierto que, He abierto la jaula de mi corazón, para Dejar volar los pájaros que con sus Dulces trinos, nos alegrarían.
Sobre las rosas, los claveles, las orquídeas, Las mariposas con alas ya entumecidas Van cayendo y, a la vera del camino Ya no hay río, esperándote, murió.
En el ensortijado cabello negro de mi Morena, He guardado los sueños de mis Ilusiones, tapizado con alas de mariposas, Duerme la dulce miel, por las abejas traída.
Ella es más bella que una estrella, pues En sus ojos morenos destella el amor; su Boquita es una exquisita frutilla jugosa, Una cereza encendida que sabe a ilusión.
Su cuerpo tiene los aromas de la juventud Y en su pecho arde, la pasión desbordada. Sueño primaveral las formas de su cuerpo Son, deseos humanos míos, de inquietud.
Pero ella no sabe que yo la quiero, porque Decirlo, no pude. Tal vez vagando entre mis Pensares la vuelva a encontrar a ella y Volveré a soñar, como antes, como siempre.
Sólo pasaba pensando en llegar a casa después de una ardua jornada, para verte, abrazarte y besarte. Era hermoso el volver a estar juntos después de tantas horas. Después te pedía que me prepararas un tintíco, mientras me aseaba y perfumaba para ti. Hablar de cosas triviales, ocurrencias del día, era obligatorio pues, entonces jugábamos con nuestras miradas y con palabras de doble sentido, de esas que se dicen los que se aman, en la intimidad de su hogar, ¡Cómo nos gustaban esos jueguitos de seducción! Así conversando la pasión iba creciendo por dentro y después de varias tocadas de manos y otras debilidades más, apurábamos el tintíco, que ya se enfriaba de tanto y tanto tocarnos.
Que me des a beber con tu boca, te pedía, sentándote en mis piernas, ese café parador. Esa era la manera de seducirte y hacerte sentir amada. También un pretexto para irnos quitando la ropa.
Tú: ¡uy… qué calor hace mi amor! Yo: Si amor ¿Quieres que te quite la blusa? Tú: Mmjum..!! – me decías con tu boca pegada en la mía. Yo: mmmm… (Ya no podía decir nada, pero despegando mi boca de la tuya. Tocaba tu piel y tu cuerpo se estremecía, cuando cariñoso besaba las dos blancas palomas que en tu pecho dormían, pero sonrientes despertaban.) Tus grandes ojos claros ya estaban chinitos de pasión, la ropa tirada por el suelo, el tintico a medio terminar, pero las ganas de amarnos con locura nos ganaban. El amor no daba tiempo para llegar a la habitación y creo que el sofá de la sala nos jalaba, pues después de algunas horas, ahí despertábamos. Nada más que para dirigirnos a la alcoba, la noche aguardaba.
En la nívea tersura de tu piel de seda, con el ígneo fuego de mi boca quisiera, escribir beso a beso mi última historia, hasta colmar nuestros ansias de amor.
Ya no hay más luz en mi vida que el fulgor de tus grandes ojos claros, con la dulzura de tu mirar has conseguido borrar de mi, las cicatrices de lobo herido.
Paz y calma has traído a mi corazón, que hoy te escribe con gran ilusión, en espera que de tu boca, deseo de dioses, aparezca un susurro diciendo que: ¡Si!
Me dejaré arrastrar por el hado esta vez, Pondré mi vida en sus manos, pues avizoro Un rayo crucial de esperanza, contigo, Sé que saldré de la penumbra a la luz.
Ayer no más me quejaba de que éste rincón de poetas andaba olvidado y sin promoción, porque después de algunos años sin escribir, éste año volví a hacerlo de nuevo y me encontré con un anquilosamiento total y una modorra pasmosa de algunos escritores para exhibir sus trabajos, para que pudieran ser leídos y apreciados por otros escritores, es mi caso por ejemplo. Poder leer y aprender de los pensamientos de los demás, ya que pertenecemos a diferentes partes del mundo, a otras culturas y cada uno tiene una visión personal de la realidad de acuerdo a su región, los vocablos y el tratamiento de los poemas también son diferentes, algunos muy ilustrativos, otros solo cumplen. El caso es que al parecer el Sr. Travis De Mentia, administrador de ésta página despertó de su sueño y se dio cuenta que yo estaba en la razón. Es mi parecer, porque no sé si es como yo pienso, lo ha hecho bien pero ya con exageración. Ahora tenemos una “hemorragia” de poetas y un aluvión de poemas, tantos que ya no da tiempo para leer a todos y poder seguir escribiendo. Un poema es un escrito que se traduce de las palabras que dicta el corazón, el alma y el tiempo, Espero que el Sr. Administrador tome las medidas necesarias, correspondientes y limite los ingresos de escritos, para poder leer y dejar que nos lean. No es grato subir tres escritos de un porrazo e irse con dos o tres lecturas por poema, seguro que muchos vendrán de otros foros y sus escritos encarpetados, los están vertiendo a diestra y siniestra, pero creo que se debe preservar el orden y el respeto por los demás. Para terminar solo diré que: TODO EXCESO ES NOCIVO. Mis cordiales saludos y respeto a todos los escritores del foro.
Adelita, tu nombre es tan famoso como aquella vieja canción mexicana, creo que también por eso me enamoré de ti, yo soy así, como me conociste, un eterno enamorado de la vida, del amor y de todo lo que brilla, para tal caso, en ese entonces te vi brillar como un lucero solitario en la mañana, tímida por fuera, pero un carácter fiero por dentro. Yo que andaba siempre, medio volando por cualquier rumbo, te vi un poco débil ante los embates de la vida… ¡ha!... pero como yo soy un super nada, me sentí conmovido por tu delicada figura, tu sonrisa de niña y tu juventud. Así fue que decidí hablarte, tímidamente me respondiste entonces, pero poco a poco, a medida que nuestra conversa avanzaba y nuestros secretos nos fuimos contando pues, nos enamoramos, tontamente; yo queriendo salvarte de algo que no había y tú, creyendo haber encontrado al hombre perfecto, sin salir de casa. Absurdos de la vida, indudable. Entonces nos dejamos arrasar por la tempestad de nuestros pensamientos, creyendo que todo es fácil en la vida, debí ser yo quién te lo dijo y así te lo hice sentir. Tú, frágil mariposa que apenas estabas en capullo, de la noche a la mañana… ya te habían crecido las alas y te echabas a volar remontando los aires y sin mí. ¡Qué horror! ¿Qué fue lo que yo hice de ti? Cuando solo pretendía hacerte salir de ese ostracismo en que te encontrabas, hacerte ver que afuera la primavera llega y lo cambia todo, que al sol sale para todos y el amor también, lo logré, pero a qué precio. Hasta ahora estoy pagando los errores que contigo cometí, te escurriste de mis manos como el agua, pero no importa, aun así te quiero y te seguiré queriendo porque sé que tú tampoco has podido olvidarme. Sé que has dormido en otros brazos, pero extrañas los míos, igual he hecho yo, que sigo extrañando el calor de tu cuerpo en mis noches de invierno y en verano, también extraño la tibieza de tu cuerpo desnudo, abrazada al mío… Adelita.
Las promesas que hicimos Todo aquello que nos prometimos Se lo ha llevado el viento, Sin piedad, ni remordimiento.
¿Recuerdas la casa de madera, que junto al río te iba a construir? ¿O aquel Inmenso jardín lleno de vida, de niños, flores, mariposas y abejorros?
Todo sería hecho por nosotros, por Nuestras manos y nuestro cariño. Así quedó grabado en el umbral De mis esquizoides sueños.
Por las tardes yo, salgo a mirar el Paisaje y mirando, el sueño amodorra Mis sentidos. La frialdad del abandono Fui rumiando, a golpes de martillo.
Yo hice la casa, en derredor sembré Las flores. Están las mariposas y las Avecillas, mas por ahí no se oyen risas de Alegría, ni la tuya, ni la de niño alguno.