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OPULENTA MAJEZA (Neosurrealista)
Ayer el mar cayó, en la noche verde, aún penumbra en la semilla, del agua desprendida del cristal.
En los últimos años, y en el seno de una aurora, cenicienta, por un latido que florece, y asorda el pensamiento frágil, en la ciudad plagada de edificios, entre las costas árticas, de indiferencia implacable, y el hostigamiento arrinconado, en el aire de las esquinas, saturadas de vacíos en la ruina, que ocupan un lugar destacado, en las áridas pupilas.
Hoy que la espuma del viento, camina por detrás, del sol virginal fugaz, en el templo de la sombra.
Concebida de manera unilateral, y simplista, de aplicaciones estereotipadas, y artificiales de un mecanismo verbal. Siendo el fenómeno, por otra parte, mucho más frecuente, y más antiguo, de lo que lo dejarían, entrever los dedos de una mano. Como un regio tesoro, que se palpa, de tanto en tanto, apagado, y lejano, en el turbio oleaje, que bosteza en la empinada loma.
Por el cabello callado, en la piel de las palabras, en el clavel goteando, en la mirada pura de la brisa.
Con las marcas de cinceles, desnudos en la piedra, y poderosas cicatrices, vegetales, a tres metros de altura, de una gentil sonrisa, subiendo a tientas, por los obscuros corredores, de cabezas grises, esculpidas en el agua sin anteojos, dispuesta a retirarse por el humo, que viste sus atuendos cotidianos, enclavado entre las altas colinas, con ventanas sin vidrios, colgada de una jarra, y acusada de asalto.
Cuando el tiempo inventa, el corazón de los relojes, en el susurro de la sombra, que la sonrisa eterna deshace.
Entre las rocas sin hogar y las hojas salvajes del hielo civilizado del ninguno, en cualquier parte. ¡Qué empieza a ser olvido!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Sueños de un zapato
Caminos gastados por el tiempo Infancia dormida en los cabellos de plata Otoños amarillos... Hojas verdes de noche Un sueño. Una sonrisa. Una lágrima. ¡Niños de esperanza!... Sueños rosas. Un zapato... Sueños nuevos... ¡A veces!.
¡Un día como un siglo de sueños!.¡Sueños del suelo y del cielo!. Noches dormidas bajo la cama. Días de piedras y polvos. A veces. Una dulce bota... Grasa y tinta. Húmedas grietas por la vida... ¡Olor a talco... Otras veces!.
¡Un día como un año de dolores! Algodones dormidos en el suelo. Las noches prolongadas. Días rápidos. Frescos perfumes de flores. Brillantes pieles... Serenos pies... Lentos. Un camino plano. Cielos en cada suela. Un niño feliz. Hombre. Trabajo. Descanso.
Un zapato. Como un hombre libre... (Absoluta fantasía) Sueña caminos ¡Vive gastando tiempos! Una vez si, si, sííí... Otras muy poco, poco muy poco. Vive un pequeño mes, un enorme momento. Un día pesado, perdido, perdurable... ¡Periférico perífono! Un año eterno... ¡Mil muertes diarias, ocultadas, provocadas! ¡Sueños dulces y extraños!... Del olvido increíble. De los labios Por el camino del zapato... ¡Que ahora camina solo! La consciencia del cuerpo que lo habitaba se ha esfumado... ¡Cómo sus sueños!... Como sus... Como... Co... C...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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El vigoroso desaliento
Es como el aire si lo leyeras____sacaría sus letras secas de polvo__húmedo del fuego del hielo del hilo hiel hoguera con la espina que rebana el lirio transparente, el ópalo orgulloso tímido maíz, trigo temeroso.
Por aquella cumbre amante de los ecos, donde la puerta descubre a las ventanas, el fondo del espejo escondido en las rocas, paredes, indemnes, entre un sabor verdoso, como la espuma anaranjada del primer sol.
El vigoroso desaliento es. Esto, eso, y otro tanto más.
Ahora que el vino se fue y regresó solo, el lino fino con el llanto vano, sin encontrar dados en la mano, sin encuadrar círculos en el triángulo, sin encubrir obscuridades en la noche, desnudando sombras temerosas rosas, desnudando nudos mudos rudos.
Como el aire es, si lo escucharas_______voz de polvos, de tiempos perdidos___ momentaniedad, mil veces____ ¡Manto de oro!. Trémulo invisible cuando el color resbala, allá en el fondo de los valles enardecido, el aliento florecido es un cisne destruido, por el vigor de marioneta consumido.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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VÍNCULOS POLIÉDRICOSBeatíficos En las blancas noches sin tarde Porqué a las estrellas bebe de las futuras frutas furtivas el inexorable tiempo del humo en los primeros ojos del sueño de la vida...¡Ámbar ebrio!. en las palabras brisas del áspid del rostro embriagador vacío vínculos de metalurgia. Poliédricos Saltan Los misteriosos relojes Al oblicuo diapasón avieso Al fondo del aroma diáfano En los vientos anudados de placer En el cabello arbolados de dolor Por el rubí de copas caballerosas Por la primavera frágil insatisfecha ¡Quebradizos vínculos a lo lejos!. Vínculos inestables brillan briosos En las campanas de voz embriagada disolviéndose a lo lejos en abismo inútil arrojan azulados instantes calcinados agridulces vinagretas agrietadas. ¡Poliédricos vínculos poliédricos!. Disperso el mar en una gota Del poligonal soñar apasionado Entre polifónico aliento enardecido Por la piel polifacética diseminada En la contracción del mismo suelo Las veredas bajo el agua pulen En la rueda del sacrificio rauda con la cauda existencial de madrugada una luz inútil brilla lento, al gris del tedio, cruel, sin esperar ya más. Flamas ni poligramas. Vínculos por la blanda voz de flautas Poliédricos al humedecer al fuego cenizo Vínculos por la esencia colgada del canto Poliédricos lejanos amando al eco ligero Vínculos al suave acento qué dulce brilla Poliédricos por el sol ligero de humildes En la noche agreste del astro pródigo En la tarde poblada del olor de flores En la brisa seca del recuerdo renacida En la nube qué el viento inmóvil baña...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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OFICIOSIDAD Y ESCOZOR (Texto Neosurrealista)
En esta tarde que mastica una luna en el lago del eco en la mañana ¡Vuelve en polvo la experiencia!.
Este proceso es el medio para aquietar el miedo, en la tortuga que se agita viajando en una carroza tirada por una cabra disgustada que trata de fijar en el reflejo un sólo espejo... Uno de los modelos del propósito versátil, es dejar el cabello hermoso y
saludable, situado aproximadamente a tres metros de la placa magnética de corto alcance, para ver, desarrollar, construir y lanzar una sonrisa con las uñas. Pero los orangutanes no son animales huraños. Así que utilize las gafas que vienen en este ejemplar, y mire de cerca el mural para examinar los rasgos más distintivos de las letras, las palabras se verán, y se encuentran devolviendo la atención a los pocos homínidos con solo unos microgramos grises de la materia en cincuenta años a la redonda...
A medida que se procesan las imágenes ocupadas, tratando de hacer ajustes independientes al clima vertical, permanente e inapropiado para las pobres confidencias de cada estatua indefensa y austera. ¡Y con solo el escozor en la punta de un cabello!. Dejando atrás las huellas de sus seis pies en la nube de la primera roca que utiliza gafas, y que vienen caminando junto al gran cráter guiado a control remoto con una especie de pelota cuadrada.
A partir de estos elementos, el sentimiento sufre las transformaciones electrónicas en la distancia más sencilla, sujeta al cautiverio, y lograda por la perfecta armonía, entre el asombroso espacio del hambre, y el trabajo con el sistema de frenos grises antibloqueo de color más bien crema, y alegando que pudo haberse hecho mucho más... Por otro lado, en tiempos de escasez, se muelen los pecados en unos graciosos morteros preparando un sabroso alimento capaz de atrapar todo apetito.
Es posible, no obstante, que la fotografía sea menos cuidadosa que una escultura, y ahora piense más que las ocasiones por venir, y también que se haya comprado un libro para divertirse por cien años que no saben la verdadera fórmula de la paz. Por lo que el primer paso es una caída del tres por ciento en el producto interno bruto, a pesar de ser ilegalmente inteligente en las servilletas con ropa de fábrica, y en los edificios jubilados con una parrilla eléctrica y galletas .
La pregunta fundamental es un golpe atronador como el más absoluto silencio, en la población de las ballenas dentro de un paquete de cambios en el chasis, y la suspensión tan densa, que no puede verse más allá de unos cuantos centímetros en las parejas de turistas. A pesar de la oficiosidad, los invitados golpean con los palillos las manzanas arrepentidas casi seis veces de su extensión original, y todavía soñar en la selva tropical empleando la expresión ...sería usted tan amable... con las mismas características de un gato comiendo su automóvil , con los pájaros paseando ociosamente en el jardín de los huesos personalizados, y con su vanidad elaborada, independientemente de la opinión de los geólogos, y de las ranas con cualquier grado de envidia... ¡Vaya escozor!. Y de la oficiosidad ni qué...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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VILLANAJE ACREDITADO (Neosurrealista)
Por el grito con sabor a pupila las paredes vegetan astros sobre perros vagabundos entretejidos con musgos ¡Dolorosas burbujas!.
Pues los hombres tienden a ser más propensos, a obtener ganancias inmediatas, que a considerar pérdidas vitales a largo plazo, donde un suspiro, el cielo su esplendor azula, al huir la muerte del horizonte inasible, que cae del peñascal y suena, entibiando la mística pureza, con la flecha que al cielo hería, tarareando al blancor que relaja, la plácida cadera de los cántaros, y al néctar de los rasgos invariables, obsesionados con el mayor provecho posible, de la campana consentida.
Porqué frustrada la lluvia toma una siesta sabor a noche, a sol, de las miserias orfebre, dónde los cabellos peinan un espejo, y las violetas ocultan el rostro.
Entre las más prometedoras fronteras del acuario, donde el cuerpo recuerda, su anterior batalla gratis, en el primer golpe anónimo, de la inconsciencia libre, como el libro de recetas en el mostrador de las boticas, con las más modernas confusiones de remedios y veneno,mcon el hechizo de la perfección de un guijarro, donde hay un corazón sensible que dormita, por la sombra del amor que pesa y pasa, en el tenue cobalto, indeciso y desvanecido, al final de la orgiástica desidia, del ciprés recto y sombrío, porque al pecho abrasa el eco, de mañanas que no son.
En esos infinitivos, antiguos y desusados. A la derecha de cultismos y dialectalismos. Entre tecnicismos y neologismos. Donde los verbos recogen letras y poetas. ¡Y los adjetivos dejan de ser calificativos!.
Ahora que los malentendidos no deambulan, como siempre, en las imágenes insólitas, donde se hacen manifiestos bajo el hielo. Y el verso libre, fabrica tímidos candados, entre cadenas impetuosas, y espinas ágrafas, en función de la onomatopeya del suspiro, que se distiende en las vidrieras de los ojos, con la brevedad del siglo vendedor de globos, donde el reconocimiento viene de espaldas, y el villanaje califica letras, en el acreditado anonimato.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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TÚNELES DE AYERES
Sin los muebles vítreos del grito, de la ráfaga, ufana el abandono, abona con jabón, las últimas paredes, del aire encadenado, que no pregunta, a las sombras, incendiadas las respuestas, del mar hecho silencio, antes del tiempo, lirio, una vez, colirio, colibrí de luna, de libro, ave, flor, pétalo el cabello. ¡En la frente sacudida por el mapa!. Galerías húmedas de ayeres, hoy sones confusos, tallan estrellas, por el espejo que tiembla años.
Años, años y años.
Castaños rebaños, clemencia y castigo, en la puerta que las llaves lleva, lava a los volcanes volcando, enredando al hábito, encrucijadas, descrucificando, clavos espinados, en la esperanza, que perdió el rastro, rostro enarenado, por máscaras desérticas, desventura que viste, y calzan los poetas, en los versos de los piélagos ignotos, en las islas poetisas, que labran mieles, y sufren por el mar amargo, y fiero, el rumor de alerta, como el agua hierve.
¡Túneles de ayeres llenos!.
¡Dónde la muerte su muerte muere!. En la morada que la memoria calla. En la pasión rendida ardiendo. Con el timbre cristalino de amarillo. La brisa enfrente brilla enrojecida. ¡Por vivir viviéndose de vida plena!. Con la música que llueve estrellas. En el huerto que la noche alumbra. Del silencio caudaloso en esplendor. ¡En el bellísimo tesoro que late solo!. Cándido y sereno, iluminando el agua. Al mar cantando, saliendo del abismo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ESPIRALES AFILADAS
Porqué erraba con hierro al destierro...
Con el misterio de la epidermis en la fruta de la brisa recortando al dedo azul las letras dados de pájaros y bronces.
¡Dónde errarían con herrería al desatino!.
En el cabello humillado que vuela y sabe a viento y bofetadas y a rodillas masticadas por las velas de los mirtos.
¡Aunque yerre la nube lloviendo!.
Gladiolas de ojos bellos detrás de los barrotes traicionados por la voz del escondite fragante Tan puerta, tan ventana, del vidrio agrio.
¡Eso que hubieron errado con certeza!.
Haciendo de la aurora espinas y zapatos en la faz tridente de corbata suave hacha del placer alambicado cada escritorio servil al miedo.
Dónde sólo yerra el fuego al calentarse!.
Con el carácter precursor del retroceso En la tercera percepción de la indolencia En la mirada pescadora de los topos Con las escamas tejedoras de retinas.
¡Porqué descubren a la verdad sus mentiras!.
¡Errad, errad, con hierro y fino desatino!. Lápidas alegres columnas de silencio Medallas óseas monedas piadosas ¡Espirales afiladas de la espina enriquecida!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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TE INVITO (Texto Surrealista)
¡Ven!... Vamos a escribir con el trueno ligero que flota con la sombra de la miel en la punta del cabello. Sobre el caballo inexplicablemente menos caballo que el camello del agua, y del agua suspendida detrás del arado que huye, que anuda nubes desnudándose, y apaga un arco iris que ha descubierto los cachorros de las calles, y semáforos angustiados hasta cien kilómetros cuadrados. Tal vez no lo sepas, ya pueden ser feroces en las frutas de seis meses, y calculando como pueden ser las moscas, cuando se instalan nuevos focos, que permiten apreciar los días desconocidos, en la evolución de un mes.
Escribamos de la falla geológica más certeramente circulando cerca del camino antiguo por la debatida irritación de una eventual parada brusca. ¡Sí!... Escenas como ésta, dejan el terreno agreste, y escurridizo, y la calle vertiginosa de los libros que mejor guardan el dinero escondiendo la consciencia que es reemplazada en caso de pérdida o robo.
Mira, esta cueva ha servido para los rituales de los grillos y los sapos. Incluso ilustra sobre las siluetas de las mantarrayas del desierto que nunca más volvió a sufrir con la misma fascinación de las épicas blandas, ni con las expediciones del vaso y la cuchara que son tan vidriosamente plásticas, que ignoran la sed y el hambre, a pesar de las circunstancias adversas en el papel y la tinta de las cascadas calcáreas.
Bueno, sabemos que sólo había algunas abrasiones por la noche antes de acostarse deteniendo la caída del cepillo que revierte el proceso de la miniaturización y sobre todo de la ética boca arriba, en particular en un panteón inexplorado, y de forma gratuita con los mejores resultados.
Escribamos que no a todos nos invade el reluciente edificio independiente y permanente en compañía de toboganes y remolinos, que la mayoría de la gente evita como vertedero de basura disfrutando del viaje dónde los cocodrilos atacan con las preguntas de la escuela como la vieja máquina de coser para protegerlas del sol. Acuérdate como crece un centímetro al año pasando por los deportes extremos, afirmando que es posible admirar los parajes de cadáveres y herramientas, las viviendas sin trabajo, y la blusa que viste de piel dos pares de cuernos de antílope postrado ante un sencillo ladrillo, una taza, cartuchos de balas y un silbato.
¡Piénsalo!. A medida que la humedad crece por el rescate de los platos, y de estar cara a cara con los osos perezosos, las termitas hacen huelga independientemente de las lagartijas, más la demora, capital e intereses, en nada dejan de alterarse derramando la fuerza del turbión, y el drama eléctrico, justo al deshojar las entrañas de mil ausencias.
Mira, te invito a escribir por lo que está ocurriendo al azar, y por la diversificación del miedo y la tristeza, en las montañas entre los remotos latidos color malaria, y en respuesta a las preguntas que se funden una con la otra, llegando a preguntarme el porqué te invito de esta manera. Pues bien, no lo sé, pero creo que debo hacerlo, y sólo sé que te invito, te invito y te invito.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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TRASHUMANTE
El instante ha tocado las alas del violín, que llena el aire de alfombras en los frutos, de las miradas saladas perennes flores, abriendo el vientre efímero del pasado, en las manos invisibles del pecado.
Trashumante. ¡Oh!. Trashumante.
En los portales imposibles del pescado. Está la ventana murmurando soñada. En cada vela en cada esquina encalada. Viento de acero bicicletero, mientras, enrojecen, los deseos saltando las paredes.
¡Oh, trashumante!. Trashumante.
Escondido entre los sillones bajo un zapato. En el techo que se bebe al tiempo. Donde el mar es apresado con un dedo, de dulce lamento, en perdido pañuelo, hecho entre la sábana un sábado.
¡Sí!... Trashumante, trashumante.
Empeñado en ser algodón, carguero ligero, de trenes desesperados con los bosques, al desayunar venados, las mismas letras. ¡Que toman las palabras y las borran!. De los últimos delfines que las escriben.
Trashumante. ¡Sí!. Trashumante.
Bajo el rojo del cabello azul del caballo, amarillo del negro colibrí, con la blanca, sonrisa del perfume, al correr las grises, cortinas del sol, al bañarse las alfombras. ¡Con la voluntad de las nubes desnudas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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