|
El día que no me ames, te llevarás de mí lo que tú quieras pero no lo que me diste: tu imperioso interés del principio, de verme de besarme, de encenderme piel y sexo con palabras y con hechos, de amarme a cada rato, de dar por mí la vida o la de alguien, de reírte conmigo y de mí, de superarme y esperarme, de aguantarme, de recrearme a tu modo aunque seas como la vida que al final estropea su creación sin miramientos. Y sí, te llevarás de mí quieras o no, estos versos como dedos en la piel que por nostalgia de la razón carnal, inaceptables, distantes, ya imposibles, ignorando que nunca me olvidaste, algún día emplearás para tocarte en tanto gozas y me niegas y te agravias y me ofendes a furtiva trasgresión de tu ‘firme’ nunca más remedando ese vestigio mío.
Safe Creative: 1504023757150
|
Poeta
|
|
Sin remordimiento, como un asesino, he ultimado sinos de amores sinceros; pechos que me dieron todo su latido, clamor de suspiros, entraña de besos y, agónicos ellos: sangre de cariño.
De fonos nocheros a veces me llaman, pero solo callan cuando los atiendo. Si estarán sufriendo mis pobres fantasmas que en mi voz borracha, hallan su consuelo. Mudos, sin lamentos ni reproches, nada.
Y yo no me juego; a ninguna nombro que si me equivoco y su nombre yerro, seguro que ofendo justo a la que adoro. Ternuras evoco y próvido sexo, pero, ¿cómo acierto de mil que memoro?
Domino mis ansias y corto en silencio por ley de criterio de Don Juan en falta; que con su nostalgia de lo lindo y bueno roto en adulterio a la que más ama, es otro fantasma del pasado muerto.
A veces padezco, bebiendo añoranza, la utópica hazaña de ser mujeriego; pues nunca sé cierto si eres tú quien llama. !Mal rayo me parta!, -gruño y me lamento- y me desvanezco con la luz del alba.
Safe Creative: 1411082494462
|
Poeta
|
|
En éste ocaso impávido del día y de mi vida con nubes bayas que en su algodón enjugan auriroja la sangre al tajo largo del horizonte como mi alma embebe mi sangre nostalgiosa al evocar de otrora atardeceres, aunque es tarde en la tarde y en mi savia, de las marrones siluetas de niños exaltados corriendo como hoy a contraluz hacia los eucaliptos, digo sin dudar que una es la mía.
Safe Creative: 1410092301876
|
Poeta
|
|
Después de treinta y tres años de ausencia de este ámbito campestre de mi infancia y mocedad, vuelto definitivamente a él, hallo resarcimiento de nostalgia en el pasado de ambos.
Con sed y deleite evocativos, cierro los ojos y abro brazos y sentidos, y en hondo acopio sentimental, abarco poco a poco las vivencias que recuerdo: sumisas víctimas del tiempo guarecidas con timidez entre las paredes lindamente decoradas por mi madre, algunas, de éste rancho que como un viejo campesino, porfiando a lluvias y vientos, sigue afianzado como puede en su estratégica loma.
De su entorno, mentalmente recorro el monte de redivivos eucaliptos y luego el bajo hasta la cañadita fragante que me enseñó a nadar. Allí está su mimbre y su par de sauces, todos añosos pero con su verdor en mi memoria y su sombrita de soñar amores y triunfos artísticos.
Vuelto a la realidad de todo lo entrañable que compone el lugar, pienso cómo nada de ello pudo retenerme... Comprendido fracaso, pobre hogar, ya que tampoco pude retener amores ni sueños.
Hoy he vuelto aquí, en busca de una oportunidad de esas fraternas suyas. La sé posible porque la luz dorada del poniente que sigue filtrando mi ventana y la mansedumbre y belleza del lugar, que poco aprecié antes, me transmiten esta paz visceral que añoraba al fin y ya creía irrecuperable.
¡Qué lástima haber envejecido faltándonos! Faltando yo, me corrijo, enfrentado ahora al pequeño espejo de acicalarme para el baile en aquellos tiempos, cuyo guiño optimista de ayer me estaba reservado por esta pared en la penumbra de mi cuarto de mozo; noblemente resquebrajado muro, como cascarón que es, del huevo del cual salí a ver un poco de mundo.
|
Poeta
|
|
Cuando me querías, yo llegaba sereno y desde lejos, me sonreían tú y tu casa.
Llegaba al atardecer: Rescoldos por la calle, mi cigarro y el sol entre las cañas.
Comenzaba noviembre y el amor me henchía las venas con turbulencia de parra.
Entonces, a pasional labor y férvida cadencia, vendimiaste, racimo y zumo, mis ansias.
Divisé, cuando me dejaste, guarecida tu sonrisa desde lejos. Tu casa: ¡como tapiada!
Entonces libré mi otoño y el tedio de tu amor desfallecido, ¡barrí envuelto en hojarasca!
Y me fui como no vine: Rescoldos por la pena, mi fracaso y el sol entre nostalgias.
Safe Creative: 1405200891257
|
Poeta
|
|
Este artículo o categoría puede incluir contenido sensible. ¿Seguro que quieres leer?
lety ver4sion 2.0 te quiero a pesar de todo porque el amor sigue en cualquier estado tengo saudade de voce amar e sentirse nas nubens linda aun te amo pronto tengo fe en que volveran esos dias aquellos amores por un futuro mejor no importo el temblor de nuestra relacion añoro tus besos y tu eterno sentir de escorpiana
|
Poeta
|
|
Han pasado tantos años, el rocío todavía está en las rosas, saliste de tu infancia, en un jardín verde.
Ven al jardín y mira los árboles, solías jugar allí cuando eras una niña, mirábamos las nubes, sentíamos el viento en el rostro.
Ha pasado mucho tiempo, desde que eras una niña, ahora eres una bella mujer, nos sentábamos en aquel árbol, para enamorarnos.
El rocío todavía está en las rosas, saliste de tu infancia, en un jardín verde, ven al jardín y sentémonos en la hierba, me sentaba allí contigo, ahora ya crecimos, estas conmigo, estas enamorada de mi, querida niña.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
|
Poeta
|
|
SONETO PARA UN TANGO EN LA NOCHECITA
Jorge Luis Borges (1926)
¿Quién se lo dijo todo al tango querenciero cuya dulzura larga con amor se detuvo frente a unos balconcitos de destino modesto de ese barrio con arboles que ni siquiera es tuyo?
Lo cierto es que en su pena vi un corralón austero que vislumbre hace meses en un vago suburbio y entre cuyos tapiales hubo todo el poniente. Lo cierto es que, al oirte, te quise más que nunca.
Arrimado a la musica me quede en la vereda frente a la sola luna, corazón de la calle y entre el viento larguero que pasó arreando noche.
El infinito tango me llevaba hacia todo. A las estrellas nuevas. Al azar de ser hombre. Y a ese claro recuerdo que buscan bien mis ojos.
|
Poeta
|
|
Cada luna llena, paso las noches recordando, todo lo que hicimos juntos, y lo que no hicimos.
Solo quiero que sepas, que seguiré amándote, hasta el final de los días, hasta el fin del camino de nuestras vidas.
Recordaré tu silueta, tu forma de contonear tu cadera, cuando te acercabas a mi, para besar mis labios.
Esos recuerdos no quiero olvidar, quiero tenerlos contigo, hasta el final, que esta por llegar.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
|
Poeta
|
|
Hermana pequeña, jugando al escondite, aunque mamá te dijo que realmente me he ido, si se olvida de mí, echa un vistazo a mi diario, o lee un poema, el cielo que ilumina la noche.
Un paso mas, hacia la noche, mi pequeña hermana, cuando me fui, dejé un libro de poemas, que escribí para ti, y otro para mi amada doncella.
Voy a decir esto una vez: la luz de la noche los polvos de estrellas, cuando duele por dentro.
Lee todas las indicaciones, sigue adelante, está bien sentirse adolorida, y sólo recuerda, que nada está hecho para durar,
Sé que estás triste, que también pasará, aunque ya no esté aquí, estaré en los brazos, de mi amada fiel prometida.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
|
Poeta
|
|