Del Dorado Recato Cuando Muere...Muere un mundo de labios...Y tus besos son agua sagrada...En mi desierto ayer...Donde vive como adagio entre plata y carbón, angélico y benévolo...
Dormido y dolido. Es un medio mundo. El mundo. En la familia. Y el hermano, en cada hombre.
Los besos. En un beso. Del desinterés alegoría. Tantas veces. ¡Oh!. Esperanza. Ya estás débil.
Ya no te siento, ya no te veo. ¡Esperanza!. Beso del futuro. Eres solo un reflejo en la luna. O un sueño del sol. Labios de nube.
Ayer del beso del agua. Del agua del tiempo. Cuando muere. Un beso. Del ayer del nunca.
Como murió el ahora. Un ahora fugaz, tan fugaz como siempre, como siempre ha sido.
El beso, del polvo, al hombre. Cuando, el aliento, que se le va. En Un beso Una esperanza Una eternidad Cuando Muere Un beso, no dado, olvidado. ¡Antes de nacer!.
Ella tiene en sus labios el sabor de mis besos, y yo sigo regando de su aroma a café, Tiene la piel encendida y el alma partida… Esperando caricias… que ya no daré.
Ella guarda un tesoro escondido… Un ramo de flores, metido en su pecho Son palabras amantes que a su oído dijera… Y ya no diré.
Semana a semana lava una prenda que luce orgullosa Esa que eróticamente lucía su cuerpo de Venus Mi camisa a rayas y cuadros azules, Que también ella usaba…y que ya no usaré.
Ella tiene mi corazón en sus manos Acariciándolo con su voz tierna y sus besos secretos Cantándole versos como una oración… Los que ya no oiré.
Ella se lleva los cotos de mis primaveras Dejándome echado en la espalda el otoño Un camino de martirios y lirios cuando llegue el invierno Por el cual, ya no volveré.
Pero no puede llevarse mis lágrimas ni su recuerdo Son cosas guardadas con celo en mi alma, Porque soy seguro que tarde o temprano Por ella, lloraré.
Graduado en Literatura Inglesa en 1915, padeció una grave alteración de la vista, fué notable escritor, ensayista y poeta. Autor de la magnífica obra: ¨Un Mundo Felíz¨. Este es versión de: Jesús Isaías Gómez López.
Amor extraviado
El vino tinto que lentamente caía y rebosaba en la concha de la perla, donde los labios se habían rozado, tan livianos y veloces como los pétalos desnudos de la rosa a la deriva sobre el lento estribillo de laúd del canto estival de la abeja: riéndose mientras descendían, memorias doradas: inciensos de sueño, regalos de infancia, azules como el humo que transportan los lejanos horizontes, frágiles como las alas de Ariel: -
en la pira estas cosas entrañables extendí; y se prendió la llama, y fuerte la aticé, y, cargado de esperanza, pude contemplar el pasado en ruinas. Ansioso, ante el fuego menguante me arrodillé, Fénix, para recibir tu inmortalidad... pero sólo hubo cenizas al final.
VEN ESPIRITU CREADOR ___Rabano Mauro (776-856 d. C.)
Poeta, escritor, filósofo, teólogo alemán. Nació cerca de Maguncia. Este es un himno qué se reza o se canta en latín desde hace 12 siglos, en celebración litúrgica del Pentecostés, y en el principio del cónclave cuando cardenales eligen al nuevo papa, así como en otras actividades eclesiásticas.
VENI CREATOR SPIRITUS VEN ESPIRITU CREADOR (Himno)
LATIN
Veni, Creator Spiritus mentes tuorum visita Imple superna gratia quae tu creasti pectora.
Qui diceris Paraclitus, altissimi donum Dei, fons vivus, ignis, caritas, et spiritalis unctio.
Tu septiformis munere, paternae digitus dexterae, tu rite promissum Patris, sermone ditans guttura.
Hostem repellas longius, pacemque dones protinus, ductore sic te praevio, vitemus omne noxium.
Per te sciamus da Patrem, noscamus atque Filium, teque utriusque Spiritum credamus omni tempore.
Deo Patri sit gloria, et Filio qui a mortuis surrexit, ac Paraclito, in saeculorum saecula.
Amen.
ESPAÑOL
Ven Espíritu creador; visita las almas de tus fieles. Llena de la divina gracia los corazones que Tú mismo has creado.
Tú eres nuestro consuelo, don de Dios altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú el dedo de la mano de Dios, Tú el prometido del Padre, pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos, infunde tu amor en nuestros corazones y con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra frágil carne.
Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto tu paz, siendo Tú mismo nuestro guía evitaremos todo lo que es nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre y también al Hijo y que en Ti, que eres el Espíritu de ambos, creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre y al Hijo que resucitó de entre los muertos, y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos.
Adormecido en este mar de agonía Camino por las calles en silencio Mirando las pisadas de tus huellas Celeste, cual firmamento infinito De pasado que se llevó el olvido.
Morir en tus brazos abnegados Cuya alma inmortal delira Esperando el amanecer del día Y escuchar tu canto hecho poesía.
Labios que hoy se oprimen Emanando silencio adormecido palabra que se queda muda Como piedra dentro de mi boca, Esperando ser liberada cual esclava del yugo de su amo.
Déjame expresarte dos palabras Déjame decirte que: ¡te amo! Es solo lo que espero expresarte Antes que marche A tierras lejanas, Y te deje sin palabras en la boca Y me lleve tus besos de recuerdo.
Nos siguen voces mustias, inconexas, lejanas, del color de los cirios sin la flor de la llama. Ocultamente viven en la tez escarlata de los labios aéreos, inmóviles como alas de lentas mariposas. De pronto se abren rápidas, para cerrarse en climas de misteriosa calma. Vuelven a abrirse súbitas, y son como parásitas de selvas guturales, audífonas y mágicas. Y vuelven a cerrarse sumisas; y traspasan libidental orilla de nieves y de granas.
Se alejan de los tímpanos, envueltas en las gasas de acentos y de músicas y espíritus que vagan. Sedientas de silencio, perforan las murallas; se van como espirales; se desintegran, pasan girando en las elípticas; se tiñen de invioladas auroras superiores; sus números enlazan con todo lo absoluto de cifras y distancias. Tal vez alumbran solas por siglos, como brasas de estrellas abolidas, o púrpuras precarias, hasta que al fin sintiéndose remotas, inhumanas, recuerdan longitudes, descienden y reclaman calor para su hielo; raíz para su savia; salud para el estrago que albergan enigmáticas. Y asedian los oídos, insisten y taladran; circulan como vientos; aturden como ráfagas; y oscuras y furtivas y agónicas, se abrazan a las dormidas lenguas, y nuestros labios hablan sin saberlo, un idioma de vidas apagadas; de abecedarios grises y exangües consonancias; de muertos que regresan, de sombras y de nada.
Angulados La palidez comparte Al viento Las hojas Del libro Mejillas Cuadradas
El horizonte contigo Conmigo El alivio sin permiso Recuerdos del mañana Movibles sin espacio Olvidos del nunca Quieto con el tiempo De Placeres simultáneos... Por el vacío idéntico del siempre qué no crece ni decrece, y sólo es los márgenes amables del ser completo en la consciencia de la impureza transitoria.
¡Amarginados!. En la cama dormida. Una almohada risueña resbala.
Surcando desiertos deseos destinos dispersos. Por el amor enfermo enriquecido anhelo. Dejó las nubes secas. Ecos del mañana.
Del ayer silencio Una Vez Tal vez Entre Muchos Nuncas
Iguales. En las olas, diferentes, enamoradas.
¡Amarginados húmedos desiertos días reverdecidos!.