No mires a mi rostro,
déjame besarte y amarte,
imagínate que soy otro
quien solo quiere aprovecharte.
Deja la luz apagada
hagamos el amor en las tinieblas,
cubierto por la magia de la niebla
y de mi cuerpo agarrada.
Descansa tu mente en el vacío
transpórtate a la inmensidad,
una lúgubre felicidad
te llenará del amor mío.
Pero a mi rostro no veas
quiero sentirte a lo oscuro,
es este el éxtasis impuro
donde te librarás de ideas.
Sientes dolor y placer
y lo pides con un grito,
así te complaces, mi querer
en este romance maldito.
Julio Medina
18 de julio del 2010