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Soy yo El que del cielo Una estrella Te quiere bajar Y en las noches de amor te hace vibrar
El que ilumina tu camino El que susurra a tu oído en cada despertar.
Soy yo El que te cuida noche y día Aun sin estar cerca de ti.
Soy yo El que con un poema Quiere expresarte, Todo lo que siente este corazón. Soy yo Aquel que te conquisto Con la verdad y te ha enseñado El significado de la palabra amar.
Soy yo El único que te puede amar así. Únicamente yo.
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Poeta
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Sin ti, yo siento Que la vida se me va Que no hay una razón para vivir.
Sin ti no tengo Nada que contar, y mi vida va hacia el final.
Sin ti mi corazón se parara Y mi mente se estancara En la obscura noche Fría de un adiós.
Mi vida va llegando a su final Tendría que ser más hombre y aguantar O buscar otros amores Tratando de ser otro o cambiar.
Sin ti, No puedo imaginarlo, ni pensar que Vuelva a enamorarme.
Sin ti Yo moriría y mi alma quedaría Sin derecho a revivir.
Sin ti.
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Poeta
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Oh palabra impune E indeseable Solo traes muerte Y destrucción.
Dañas, no importando Las acciones de castigo Ni que vidas tú te lleves Derramando sangre Por el mundo A placer.
Impune, despreciable Y cobarde tú eres. Das tristeza a este mundo Embargándonos de felicidad Y libertad.
Los humanos te creamos Sin saber tu fortaleza Dios nos guíe en este mundo, hacia La paz y libertad.
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Poeta
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Temor te tengo a ti Momento. Muchas veces tenebroso Otras veces de esperanza Casi siempre de dolor.
Soledad implacable Que caes en mi vida No se sabe en que momento Te aparecerás.
Junto a ti lloro y rió Mis problemas sabes tú Soluciones he encontrado Y mis problemas he logrado resolver Junto a ti.
Cada día Eres parte de mi vida No eres buena Ni eres mala Eres simplemente “Soledad "
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Poeta
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Virgen guadalupana Madre nuestra Madre divina y celestial.
Virgen morena Dulce amada Mía Gracias por que Día a día Bendices nuestro hogar.
Virgencita del cielo Madre maravillosa y milagrosa Que por nosotros velas Muéstranos el camino Danos tu bendición y la fuerza Para poder vivir con amor En este mundo de dolor.
Apoderada de nuestras vidas Virgen Guadalupana Quiero agradecerte tu amor Por que nos cuidas Por que nos amas. Quiero decirte Gracias Guadalupana de mi amor.
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Poeta
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Cuando el ambiente no nos permite respirar con comodidad, cuando sobre la mente solo reposan muy pensadas oraciones violentas con la que, sin escrúpulo alguno, pretendemos hundir más el cuchillo. Las miradas suelen chocar con un intervalo constante, los improperios en voces silenciosas aumentan y, aunque en algún momento se amaron, hoy no tienen la concentración necesaria (ni quieren tenerla) p Cuando el entorno se vuelve pesado no es posible siquiera esbozar alguna mueca parecida a una sonrisa, el recurso sarcasmo, las continuas críticas hacia cualquiera que sea la debilidad del contrincante y cualquier otra sarta de inútiles modalidades de defensa sin riesgo de ataque se hacen presentes. ara hacer ímpetu de memoria y exorcizar alguna visita al mirador, aquel primer beso alumbrado por dos farolas en sus últimos segundos de vida útil, quizás, recordar las escenas cursis que hacía años atrás se atrevían a exhibir sin mayor pena, el estupor de aquel encuentro físico, los abrazos cálidos en el primer viaje juntos, aquella navidad en la que se hizo exasperante la ausencia de la otra mitad, atreverse – sin miedo alguno- a buscar en la casi infinita memoria algún momento en el que una discusión trivial no significaba el final de nada. Ni el comienzo de nada. Las fuerzas disminuyen; el amor también. Aquellas personas que, sin miedo alguno podían atreverse a echar un polvo rápido en cualquier baño por no poder controlar el deseo inherente de eso que llamamos amor, esas mismas personas que soportaron las críticas y juicios imprudentes de seres ajenos (y no ajenos) por el gran paso que se disponían a tomar. Hoy, esas dos personas que hace una treintena de años dejaron atrás todo tipo de críticas para embalarse de sentimiento con el único escudo que puede utilizar una pareja: el amor. Hoy esas dos personas no soportan las miradas, no parecen guardar ningún rasgo de aquel empalagoso sentir, sufren sobremanera con el simple hecho de estrechar las manos que años atrás acariciaban los sexos sin pudor, sin miedo. El odio parece ser el único sustituto lógico, total antagónico de una trama en la que no hubo ni enemigo ni rival más allá de lo que sus propios sentimientos refutaban… o confirmaban. A pesar de tener el milagro de una vida engendrada por la máxima demostración de amor como rasgo en común, ya no había modo ni manera de mantener una conversación civilizada. Ahora se comportan como dos soldados enemigos, dispuestos a acabar entre sí, aunque de esto dependa la vida de millones de personas. Ninguna de las partes se ha parado a pensar en ese cuerpecito joven que nació fruto de un sentimiento tan lejano al que hoy por hoy profesan, ni él ni ella se pararon a pensar en cómo podía esto afectar el crecimiento de aquella personita. Se estrechan las manos con calor y odio, intercambian papeles y se sientan en la misma mesa ¡ya no se aman!, se sientan frente a frente, pero ellos no hablan pues ahora los intermediarios encargados de romper toda señal de lo que en otrora era un amor lindo y puro empezaron sus ataques, usando la jerga legal típica de estos abogados indignos que viven de esto, de darle el pisotón final a una historia. Es evidente que ella no pensó en su hija cuando permitió que aquel extraño acariciara su ingle, profanara sus senos, relamiera su lengua y se apoderara de su sexo, es evidente que ella, ¡la esposa mala! No pensó en las consecuencias cuando traicionó el amor de su esposo, de su hija… de su familia. Es evidente que él no pensó en su descendencia cuando, al descubrir el moretón (o mordisco) en el entrepierna de su esposa arremetió contra ella en un catastrófico ataque de celos que terminó con una visita madrugadora a un hospital y con una mujer con fracturas múltiples en las costillas y alegando algo tan estúpido como “Me caí por las escaleras”. Era evidente que éste matrimonio no debía continuar, pues ya estaban rotos los márgenes de respeto, por fallas recíprocas y malévolas que terminaron adhiriendo existenciales traumas a la unión. Los abogados siguen intentando llegar a un acuerdo amistoso, mientras esas dos personas que antes se amaban con tanta intensidad, callan esperando algún alegato final, hoy no pueden recordar aquella primera vez en la que hicieron el amor o aquel primer aniversario… Hoy él, solo puede recordar el espantoso segundo en el que golpeó tan terriblemente a aquella traicionera mujer, Ella, solo puede recordar aquel penoso sexo basado en una química tan tonta, que acabó con su matrimonio. Ambos se sienten culpables, ya no recuerdan las cosas que los llevaron a amarse, solo pueden recordar los desplantes y las cagadas que hoy, los mantienen allí, odiándose. Ni él ni ella, se detuvieron a pensar en la pequeña hija, y ella, aunque los vea a ambos durante su crecimiento… Tendrá que crecer sola, siendo la única afectada por la falta de conciencia de sus progenitores, lo que ella deberá entender con el pasar de los años, es que muchas veces el amor no es suficiente. Y aunque ahora resulte precario el esfuerzo de sus padres en darle el doble de la atención que faltó en aquellos fatídicos momentos, ella (como si se tratase de una característica inherente a su ADN), solo recordará lo que en algún momento la hizo sufrir.
Héctor L. González.
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Poeta
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FOGO APAGADO
El deseo es sólo un sueño Despierto y matar a mi dulce idilio En un amanecer gris, sombrío Monstruo de la realidad, el martirio
Chico guapo, porque me atraen? No me gusta tu boca ... [No me besas] Pasas y no mirar para mí, además de Incluso no sabes de mis quejas.
Se trata de la erupción, el fuego, la nariz ... Cuando la abstinencia como un soldado En carne seca pellizcos, los deportes
En la funda se llega al tope Son sueños que se hacen en mi mente Noches con el sol poniente, el fuego de descuento!
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Poeta
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Le pedí a la luna aliviara mi dolor con su luz resplandeciente iluminara el corazón. Cantaba en la orilla del mar aquella hermosa canción que en una noche serena formó un idilio de amor.
Como perlas cristalinas inundaban el recuerdo cuantiosas gotas heladas desde lo alto caían, cuando tocaban la piel en agua se convertían. ¡Tan solo lágrimas brotan y para siempre las pierdo!
La decepción me envolvía, mi ruego nadie escuchaba el sereno de la noche a mi cuerpo perturbaba. Descalza sobre la arena tu silueta me aguardaba corrí al notar la presencia hasta el lugar donde estabas.
Bajo una fría llovizna te tomaba de las manos. ¡Y besaba tantas veces al amor que añoro tanto! Volvió la canción bonita, la que ahora mismo canto, así nos fuimos queriendo dos corazones cercanos.
Julio Medina 9 de enero del 2011
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Poeta
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El mensaje / recurso de casación
Cuando te escriba un mensaje a su amigo tomada desde el corazón, y sólo él, es enviado, la verdad es lo que los olores agradables.
El sentimiento es el aura brillante. Tal vez porque la verdad es insustituible. Y el amor es la razón la verdad de nosotros.
Para que el fuerte y silencioso para siempre Y tanto y que la razón del amor se convierte en la razón. No haber tenido jamás, el olvido ...
¿Por qué ser tan descuidado cuando se metió en la emoción. No copie sus sueños, no sus sentidos, no transcribir tu olvido, no te olvides amigo.
Permítase no puede comprobar en la claridad de tu luz claro, cállate, silencio ... Dime mi amigo, de mí para ti, compartir conmigo su amor esta ambigua.
No pegue las palabras frío, como si sólo desenganche. Tráeme líneas débiles, grácil, divertida, pequeña, pero la suya, eliminación de este corazón que tiene, y, creo yo, es mi amigo.
GRACIAS POR TU COMENTARIOS
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Poeta
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A lo lejos... tu imagen difusa, Borrosa como la niebla. Lejana cual la distancia. El viento con su queja, me habla de ti Y yo que camino al borde de mis tristezas. Te pienso, y solo y en silencio, te vuelvo a amar.
Por donde vayan tus pasos, voy tras tu sombra. No sé cual es mi destino, por amarte así. Espero que llegue el día en que te detengas, y si miras a tus andares; Me verás a mí.
Al que cabalga en el viento Para ir tras tu huella Y en la cima de la montaña A tu amor cantará Y en bandadas de aves, vendrán eternos poemas. Y cada uno de ellos; Con una flor para ti.
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Poeta
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